En un conversatorio para celebrar tres décadas de servicio, el Centro de Atención Nutricional Infantil Antímano (CANIA) presentó este jueves, 26 de junio, el informe de su gestión correspondiente al 2023-2024.
La organización, referencia nacional en salud nutricional, informó que en medio de un contexto creciente de inseguridad alimentaria, ha ampliado su alcance cultivando el bienestar y hábitos saludables en comunidades populares.
En Venezuela el acceso a una alimentación sana y saludable continúa siendo un desafío. La prolongada crisis humanitaria, la diáspora, la situación política y el salario mínimo más bajo de la región, han obligado a que millones de familias venezolanas adopten estrategias de supervivencia para ajustarse al consumo de alimentos.
En su informe, CANIA señaló que para el período analizado “se mantienen las dificultades en el acceso a servicios básicos y las interrupciones de los servicios esenciales en varias regiones del país” y destacó que actualmente no se cuenta con estadísticas oficiales sobre la situación nutricional.
Sin embargo, en el informe, CANIA reveló que en sus consultas ambulatorias atendió a 1.414 niños, niñas y adolescentes, realizó 2.388 consultas iniciales y 5.993 consultas de control en donde halló que 50% de los casos de malnutrición eran por déficit de alimentos, 42% por malnutrición secundaria (asociada a enfermedades crónicas) y un 8 % por malnutrición por exceso de calorías, grasas y azúcares. 73% de las familias reportaron inseguridad alimentaria.
Ante esa realidad, CANIA, fundada en 1995, ha beneficiado a más de 460.000 personas a través de los programas de Atención a la Malnutrición, Desarrollo Comunitario y Gestión del Conocimiento. Además, ha atendido a más de 100.000 pacientes y también ha ofrecido formación a más de 135.000 estudiantes y profesionales.
Referente en salud nutricional
CANIA, ubicado en la parroquia Antímano de Caracas, trabaja con un enfoque interdisciplinario, ofreciendo consultas médicas, nutricionales, psicológicas y sociales de manera gratuita.
Cifras divulgadas por la organización indican que solo en el último año, 1.414 niños, niñas y adolescentes (NNA) recibieron atención, sumando 8.381 consultas, entre evaluaciones iniciales y controles.
Bajo un formato novedoso en el área de intervención nutricional, CANIA ofrece tres tipos de atención con objetivos y poblaciones diferenciadas, donde los pacientes junto a sus representantes con el acompañamiento del equipo tratante son “sensibilizados, informados, fortalecidos y entrenados con el fin de alcanzar, mantener y promover la salud nutricional integral”.
A juicio de Vicente Pérez Dávila, presidente de la junta directiva de CANIA, la organización es “una combinación muy poderosa de rigor técnico y sensibilidad humana para dar sentido a la inversión social desde la empresa privada”.
Por su parte, Carmen Elena Brito, gerente general de CANIA, atribuye los buenos resultados a “un abordaje del tema nutricional centrado en las necesidades de las familias, un trato cercano y respetuoso, la atención interdisciplinaria de alto nivel y la evaluación continua adaptada al contexto”.
Programas bandera
El Centro de Atención Nutricional Infantil cuenta también con tres programas bandera para la atención de los NNA. El Programa Atención a la Malnutrición (PAM) que benefició a más de 5.000 pacientes y sus representantes, bajo dos modalidades: consulta ambulatoria y área de intervención nutricional (AIN) a través de actividades individuales, grupales, presenciales y a distancia. La atención es ofrecida a la población de todo el país de manera gratuita.
“La atención nutricional de la embarazada y posteriormente la de su hijo hasta los dos años, es una estrategia centrada en la prevención del bajo peso al nacer y la promoción, apoyo y protección de la lactancia materna. De esta manera CANIA, interviene en los primeros mil días de vida, una ventana crítica en el curso de vida, con impacto directo en el desarrollo del máximo potencial de la población atendida”, se lee en el informe.
El Programa Desarrollo Comunitario (PDC) este proyecto cuenta con cuatro componentes: comunidad educativa, instituciones de salud, familias y promotores comunitarios de salud, a quienes se forman para fortalecerlos en el tema de la alimentación saludable y apoyar en jornadas de despistaje y evaluación nutricional en instituciones educativas y de salud, así como en complejos habitacionales y espacios comunitarios.
El Programa de Gestión del Conocimiento, gracias a su componente educativo, este programa contribuye a la formación de nuevos profesionales insertados en el sistema educativo formal, en áreas relacionadas con la nutrición infantil. Resalta especialmente en este ejercicio, el fortalecimiento y renovación de alianzas de cooperación interinstitucional con las principales universidades del país. En este sentido, se recibieron por primera vez, pasantes de la Universidad de Los Andes (ULA).
Así es CANIA
En un recorrido por las instalaciones de CANIA se puede observar el nivel de compromiso, responsabilidad y solidaridad de todos los que allí trabajan. Desde la entrada, se respira un clima de confianza y apoyo. Los espacios al aire libre le dan el toque de tranquilidad y sosiego necesario para el bienestar y la salud de los NNA.
CANIA está dividida y perfectamente organizada para atender a niños, niñas y adolescentes de acuerdo a su edad. Desde salones que tienen todo el mobiliario para aprender normas de higiene y de salud nutricional, hasta espacios dotados de cunas y camas para que los niños puedan tomar sus siestas, hasta los comedores que son el lugar donde ocurre la magia en Cania y tanto los niños como sus representantes aprenden sobre nutrición.
Los espacios de CANIA están perfectamente decorados con los trabajos de pinturas y manualidades que realizan los niños durante su estadía en los espacios de la fundación.
Sobeida Morante, promotora comunitaria de CANIA expresó que para ella formar parte de CANIA es “una gran bendición” y que la organización ha causado un gran impacto en su familia.
Morante detalló que ser multiplicadora del conocimiento que ha adquirido en CANIA marcó un antes y un después en su familia y también en su entorno pues siempre está informando en su comunidad sobre buenos hábitos alimenticios.
Por su parte, Richard Villegas, también promotor comunitario de CANIA, afirmó que siente mucho orgullo de pertenecer a la organización. Comentó que lo aprendido en la institución transformó su manera de ver la vida porque ahora cada vez que ve un niño o a una mujer embarazada le ofrece información sobre el servicio que ofrece la institución en la comunidad de Antímano.