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Caracas sopla 458 velas en medio de basura, escasez de agua y tala indiscriminada 

Escasez y cuestionada calidad del agua potable, acumulación de basura y residuos, tala y poda indiscriminada de árboles, degradación de suelos, contaminación y falta de áreas verdes son algunos de los desafíos ambientales que encara el habitante de Caracas, urbe que este viernes 25 de julio arribó a su 458 aniversario.

De acuerdo con el índice Global de Habitabilidad 2025 (Global Liveability Index) elaborado y publicado por The Economist Intelligence Unit (EIU), la unidad de análisis e investigación de The Economist, Caracas cierra la lista como ciudad menos habitable de América Latina y con la peor calidad de vida de la región.

Cada una de las 173 ciudades analizadas recibió una puntuación basada en factores cualitativos y cuantitativos. La capital venezolana está entre las peores capitales a nivel global y es un problema que engloba estabilidad, atención médica, cultura y medio ambiente, educación e infraestructura.

“El derecho ambiental, no solo tiene que ver con algo que garantiza el Estado, sino también con la acción y la actitud de los propios ciudadanos. Comprender que nuestros niveles de consumo afectan directamente al ambiente y no depende solo del servicio de recolección y manejo de desechos.”, sostuvo el director de Ciudad Laboratorio, José “Cheo” Carvajal

El activista sentenció que el Estado debe garantizar que se cumplan las normas establecidas para resguardar el ambiente en función de una vida sana y equilibrada.

“Pero los ciudadanos no estamos exentos de responsabilidad. Todo lo contrario. Podemos ser la masa crítica o una complaciente para que esos derechos ambientales no sean letra muerta”.

Para Carvajal es perentorio señalar y denunciar al Estado cuando promueve acciones ecocidas.

“O que por afán mercantilista hacen del ambiente natural una mina para extraer sus recursos, porque finalmente lo degradan y lo convierten en desgracia para la comunidad de la vida”.

Agua cuestionada

Una investigación divulgada este año por el Observatorio del Gasto Público de Cedice Libertad indica que 85% de las personas consultadas aseguraron que el agua que llega a sus casas resultó cada vez más fétida y sucia que los meses anteriores, en vista de ello fueron blanco de enfermedades estomacales.

Más del 70% denunció presencia de sedimentos, olores extraños y sabores irreversibles en el agua que llega a través de las tuberías.

“El agua potable que llega a nuestras casas debe ser aceptable, es decir exenta de turbidez, color, olores y sabores desagradables. Pareciera que el agua de Caracas es de calidad aceptable al menos perceptualmente, aunque esas características pueden variar a lo largo del tiempo, existen regiones del país e incluso zonas de la capital donde esas características no se cumplen”, dijo Alejandro Alvarez, coordinador de la organización Clima 21.

El documento de Cedice evidenció además que el suministro de agua es inestable y heterogéneo, hay constantes botes en las calles debido a tuberías deterioradas, los cronogramas de racionamiento regularmente no se cumplen y no existe un plan para atender emergencias.

69% de los encuestados considera que se han incrementado los problemas relacionados con la acumulación de desechos sólidos en el centro de Caracas. Aunque la frecuencia aumentó, no cubre la creciente necesidad de recolección.   

Por su parte, 89% destaca que los recolectores de desechos no cuentan con insumos ni equipos necesarios para una correcta labor. Señalaron que han sido testigos de diversos incidentes en vista del nivel de obsolescencia de los camiones y los inexistentes esquemas de mantenimiento. 

89% indicó que el aumento en las tarifas por recolección de desechos no ha representado una mejora sustancial en el servicio

De acuerdo a la encuesta, los principales problemas son inconsistencia en la recolección de basura, la carencia de equipos adecuados, la falta de zonas donde se compacten y traten los desechos y la falta de cooperación de la gente a la hora de clasificar los desperdicios.

71% aseguró que desconocía las razones por las cuales  se separaban los desechos, evidenciado así una nula campaña educativa en material ambiental y de reciclaje.

Un estudio previo de la organización Clima 21 reveló que tres de cada cuatro caraqueños no recibe agua regularmente y solo 18 de cada 100 la disfruta a diario.

De la misma manera, el 58% de los consultados indicó que reciben agua en un período que oscila entre dos o tres días, hasta una vez por semana, y al menos un 5% la perciben con una periodicidad de un mes o más, esto se traduce en que un 63% tiene un racionamiento de agua entre mediano y alto.

“Aunque no hay información oficial al respecto, la percepción es que existen sectores de Caracas, donde el agua no cumple con los criterios de disponibilidad, calidad y seguridad, aceptabilidad, accesibilidad física y asequibilidad, en este último caso, informes indicaba que desde hace tiempo una cantidad importante de personas deben pagar por cisternas o por botellones de agua”, dijo Alvarez.

Según el informe de Clima 21, un metro cúbico de agua en Venezuela cuesta una milésima de centavo de dólar, lo que puede representar entre un 0,5 y un 0,9% del ingreso familiar mensual.

“No hay información pública sobre el impacto de la falta de acceso al agua y el saneamiento de esta. Pareciera que las partes altas de la ciudad tienen mayores déficits de agua en Caracas”, sentenció Alvarez. 

El coordinador de Clima 21 sostuvo que según el Tratado de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, los Estados tienen la obligación de desarrollar acciones hasta el máximo de sus posibilidades económicas para respetar y proteger el derecho al agua potable de toda la población sin discriminación.

El director de Ciudad Laboratorio, José “Cheo” Carvajal, aseveró que el agua que consumen los habitantes de Caracas va a parar al río Guaire.

“El Guaire no suele ser muy querido porque está contaminado y se supone que el Estado debe sanearlo, pero ¿Cómo se entiende que la acción ciudadana no esté en correspondencia con lo que se le exige al Estado?”, dijo.

El informe de Cedice recomienda a los ciudadanos reducir el consumo de agua, lavar la ropa de forma eficiente, usar pastillas potabilizadoras y no arrojar desechos a los inodoros.

“Hervir el agua que se va a consumir. Almacenarla de manera adecuada, tapada y con mantenimiento constante son las recomendaciones usuales”, acotó Alvarez.  

Tala sin frenos

Desde su aparición, Ciudad Laboratorio se ha dedicado a llevar a cabo un registro de la condición de los árboles en los municipios Baruta, Libertador y Chacao.

La conclusión es que muchos han desaparecido y otros están en riesgo de hacerlo consecuencia de la tala y poda indiscriminada.

“A la tala de árboles, así como el maltrato normalizado hacia estos, debe ponérsele un parado. Inquieta mucho que empresas del Estado, que están obligadas a protegerlos, los agredan de manera sistemática”, dijo el director de la organización.

Carvajal colocó como ejemplo las podas que lleva a cabo la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) y las cuadrillas de limpieza de la Corporación Nacional Juntos.

“Pero también la inconsciencia de particulares que no entienden el valor para la vida que tienen los árboles. Comerciantes, vecinos, gente común y corriente que ve en los árboles, una suerte de enemigo o de mobiliario desechable”.

Durante 2021, Ciudad Laboratorio denunció la desaparición de al menos 300 árboles en cuatro municipios de Caracas.

La expansión urbana, la construcción de nuevas edificaciones, la remodelación de espacios públicos y la falta de mantenimiento son los principales enemigos del pulmón vegetal capitalino.

Carvajal manifestó que la tendencia a dejar exenta de vegetación las colinas, bordes de carreteras, avenidas y calles bajo el pretexto de “limpiarlos”, expone el suelo a la acción erosiva de las lluvias y al calentamiento por radiación solar.

“Esto aniquila la vida que hay en el subsuelo, necesaria para mantener estable a la vegetación”.

Limpieza de quebradas 

Carvajal también expuso que las autoridades y los habitantes de Caracas tienen pendiente el saneamiento de quebradas y de ríos. 

“Una manera de comprender esta necesidad es acercarnos a sus riberas, para desde el afecto que produce esa cercanía, generar las acciones necesarias para ese saneamiento”. 

A juicio de Carvajal el bote de escombros en ríos, quebradas, laderas y bordes de caminos debe estar regulado por el Estado.

“Hay que propiciar respuestas a esta situación, pero debe haber conciencia de los ciudadanos a la hora de descartar la basura que producen”.

El director de Ciudad Laboratorio enfatizó que el proyecto del Parque Lineal Río Guaire reúne varios atributos para un ambiente más sano.

“Reutilizar escombros, disminuir escorrentías permitiendo que el agua percole hacia el subsuelo, promover la movilidad activa y sumar árboles a la ciudad”

Un aire impuro 

En Venezuela, el Ministerio de Ambiente no emite información sobre niveles de contaminación del aire y mantiene un rol pasivo con respecto a las regulaciones ambientales de las empresas.

De acuerdo al Centro de Documentación y Archivo (Cenda), el área metropolitana de Caracas y la cuenca del Lago de Valencia son las localidades con mayores registros de contaminantes atmosféricos.

Según el informe Estado Global del Aire desarrollado por el Health Effects Institute, una ONG de Estados Unidos, entre 2015 y 2019, 56.200 personas murieron por causas atribuibles a la polución del aire en Venezuela, lo que se tradujo en 45 fallecimientos por cada 100 mil habitantes. 

“Abruma la normalización de emisiones del parque automotor, evidentemente dañinas, consecuencia de la circulación de buses, camiones, carros particulares, que dejan estelas de humo tóxico en el aire que respiramos todos, incluyendo otras especies vivas”, dijo Carvajal. 

*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.

La capital experimenta una etapa crítica en cuanto a derechos ambientales. Ciudadanos se ahogan entre desechos, padecen de quebradas y desagües insalubres y un aire contaminado producto de un parque automotor tóxico
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redacción runrunes
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Escasez y cuestionada calidad del agua potable, acumulación de basura y residuos, tala y poda indiscriminada de árboles, degradación de suelos, contaminación y falta de áreas verdes son algunos de los desafíos ambientales que encara el habitante de Caracas, urbe que este viernes 25 de julio arribó a su 458 aniversario.

De acuerdo con el índice Global de Habitabilidad 2025 (Global Liveability Index) elaborado y publicado por The Economist Intelligence Unit (EIU), la unidad de análisis e investigación de The Economist, Caracas cierra la lista como ciudad menos habitable de América Latina y con la peor calidad de vida de la región.

Cada una de las 173 ciudades analizadas recibió una puntuación basada en factores cualitativos y cuantitativos. La capital venezolana está entre las peores capitales a nivel global y es un problema que engloba estabilidad, atención médica, cultura y medio ambiente, educación e infraestructura.

“El derecho ambiental, no solo tiene que ver con algo que garantiza el Estado, sino también con la acción y la actitud de los propios ciudadanos. Comprender que nuestros niveles de consumo afectan directamente al ambiente y no depende solo del servicio de recolección y manejo de desechos.”, sostuvo el director de Ciudad Laboratorio, José “Cheo” Carvajal

El activista sentenció que el Estado debe garantizar que se cumplan las normas establecidas para resguardar el ambiente en función de una vida sana y equilibrada.

“Pero los ciudadanos no estamos exentos de responsabilidad. Todo lo contrario. Podemos ser la masa crítica o una complaciente para que esos derechos ambientales no sean letra muerta”.

Para Carvajal es perentorio señalar y denunciar al Estado cuando promueve acciones ecocidas.

“O que por afán mercantilista hacen del ambiente natural una mina para extraer sus recursos, porque finalmente lo degradan y lo convierten en desgracia para la comunidad de la vida”.

Agua cuestionada

Una investigación divulgada este año por el Observatorio del Gasto Público de Cedice Libertad indica que 85% de las personas consultadas aseguraron que el agua que llega a sus casas resultó cada vez más fétida y sucia que los meses anteriores, en vista de ello fueron blanco de enfermedades estomacales.

Más del 70% denunció presencia de sedimentos, olores extraños y sabores irreversibles en el agua que llega a través de las tuberías.

“El agua potable que llega a nuestras casas debe ser aceptable, es decir exenta de turbidez, color, olores y sabores desagradables. Pareciera que el agua de Caracas es de calidad aceptable al menos perceptualmente, aunque esas características pueden variar a lo largo del tiempo, existen regiones del país e incluso zonas de la capital donde esas características no se cumplen”, dijo Alejandro Alvarez, coordinador de la organización Clima 21.

El documento de Cedice evidenció además que el suministro de agua es inestable y heterogéneo, hay constantes botes en las calles debido a tuberías deterioradas, los cronogramas de racionamiento regularmente no se cumplen y no existe un plan para atender emergencias.

69% de los encuestados considera que se han incrementado los problemas relacionados con la acumulación de desechos sólidos en el centro de Caracas. Aunque la frecuencia aumentó, no cubre la creciente necesidad de recolección.   

Por su parte, 89% destaca que los recolectores de desechos no cuentan con insumos ni equipos necesarios para una correcta labor. Señalaron que han sido testigos de diversos incidentes en vista del nivel de obsolescencia de los camiones y los inexistentes esquemas de mantenimiento. 

89% indicó que el aumento en las tarifas por recolección de desechos no ha representado una mejora sustancial en el servicio

De acuerdo a la encuesta, los principales problemas son inconsistencia en la recolección de basura, la carencia de equipos adecuados, la falta de zonas donde se compacten y traten los desechos y la falta de cooperación de la gente a la hora de clasificar los desperdicios.

71% aseguró que desconocía las razones por las cuales  se separaban los desechos, evidenciado así una nula campaña educativa en material ambiental y de reciclaje.

Un estudio previo de la organización Clima 21 reveló que tres de cada cuatro caraqueños no recibe agua regularmente y solo 18 de cada 100 la disfruta a diario.

De la misma manera, el 58% de los consultados indicó que reciben agua en un período que oscila entre dos o tres días, hasta una vez por semana, y al menos un 5% la perciben con una periodicidad de un mes o más, esto se traduce en que un 63% tiene un racionamiento de agua entre mediano y alto.

“Aunque no hay información oficial al respecto, la percepción es que existen sectores de Caracas, donde el agua no cumple con los criterios de disponibilidad, calidad y seguridad, aceptabilidad, accesibilidad física y asequibilidad, en este último caso, informes indicaba que desde hace tiempo una cantidad importante de personas deben pagar por cisternas o por botellones de agua”, dijo Alvarez.

Según el informe de Clima 21, un metro cúbico de agua en Venezuela cuesta una milésima de centavo de dólar, lo que puede representar entre un 0,5 y un 0,9% del ingreso familiar mensual.

“No hay información pública sobre el impacto de la falta de acceso al agua y el saneamiento de esta. Pareciera que las partes altas de la ciudad tienen mayores déficits de agua en Caracas”, sentenció Alvarez. 

El coordinador de Clima 21 sostuvo que según el Tratado de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, los Estados tienen la obligación de desarrollar acciones hasta el máximo de sus posibilidades económicas para respetar y proteger el derecho al agua potable de toda la población sin discriminación.

El director de Ciudad Laboratorio, José “Cheo” Carvajal, aseveró que el agua que consumen los habitantes de Caracas va a parar al río Guaire.

“El Guaire no suele ser muy querido porque está contaminado y se supone que el Estado debe sanearlo, pero ¿Cómo se entiende que la acción ciudadana no esté en correspondencia con lo que se le exige al Estado?”, dijo.

El informe de Cedice recomienda a los ciudadanos reducir el consumo de agua, lavar la ropa de forma eficiente, usar pastillas potabilizadoras y no arrojar desechos a los inodoros.

“Hervir el agua que se va a consumir. Almacenarla de manera adecuada, tapada y con mantenimiento constante son las recomendaciones usuales”, acotó Alvarez.  

Tala sin frenos

Desde su aparición, Ciudad Laboratorio se ha dedicado a llevar a cabo un registro de la condición de los árboles en los municipios Baruta, Libertador y Chacao.

La conclusión es que muchos han desaparecido y otros están en riesgo de hacerlo consecuencia de la tala y poda indiscriminada.

“A la tala de árboles, así como el maltrato normalizado hacia estos, debe ponérsele un parado. Inquieta mucho que empresas del Estado, que están obligadas a protegerlos, los agredan de manera sistemática”, dijo el director de la organización.

Carvajal colocó como ejemplo las podas que lleva a cabo la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) y las cuadrillas de limpieza de la Corporación Nacional Juntos.

“Pero también la inconsciencia de particulares que no entienden el valor para la vida que tienen los árboles. Comerciantes, vecinos, gente común y corriente que ve en los árboles, una suerte de enemigo o de mobiliario desechable”.

Durante 2021, Ciudad Laboratorio denunció la desaparición de al menos 300 árboles en cuatro municipios de Caracas.

La expansión urbana, la construcción de nuevas edificaciones, la remodelación de espacios públicos y la falta de mantenimiento son los principales enemigos del pulmón vegetal capitalino.

Carvajal manifestó que la tendencia a dejar exenta de vegetación las colinas, bordes de carreteras, avenidas y calles bajo el pretexto de “limpiarlos”, expone el suelo a la acción erosiva de las lluvias y al calentamiento por radiación solar.

“Esto aniquila la vida que hay en el subsuelo, necesaria para mantener estable a la vegetación”.

Limpieza de quebradas 

Carvajal también expuso que las autoridades y los habitantes de Caracas tienen pendiente el saneamiento de quebradas y de ríos. 

“Una manera de comprender esta necesidad es acercarnos a sus riberas, para desde el afecto que produce esa cercanía, generar las acciones necesarias para ese saneamiento”. 

A juicio de Carvajal el bote de escombros en ríos, quebradas, laderas y bordes de caminos debe estar regulado por el Estado.

“Hay que propiciar respuestas a esta situación, pero debe haber conciencia de los ciudadanos a la hora de descartar la basura que producen”.

El director de Ciudad Laboratorio enfatizó que el proyecto del Parque Lineal Río Guaire reúne varios atributos para un ambiente más sano.

“Reutilizar escombros, disminuir escorrentías permitiendo que el agua percole hacia el subsuelo, promover la movilidad activa y sumar árboles a la ciudad”

Un aire impuro 

En Venezuela, el Ministerio de Ambiente no emite información sobre niveles de contaminación del aire y mantiene un rol pasivo con respecto a las regulaciones ambientales de las empresas.

De acuerdo al Centro de Documentación y Archivo (Cenda), el área metropolitana de Caracas y la cuenca del Lago de Valencia son las localidades con mayores registros de contaminantes atmosféricos.

Según el informe Estado Global del Aire desarrollado por el Health Effects Institute, una ONG de Estados Unidos, entre 2015 y 2019, 56.200 personas murieron por causas atribuibles a la polución del aire en Venezuela, lo que se tradujo en 45 fallecimientos por cada 100 mil habitantes. 

“Abruma la normalización de emisiones del parque automotor, evidentemente dañinas, consecuencia de la circulación de buses, camiones, carros particulares, que dejan estelas de humo tóxico en el aire que respiramos todos, incluyendo otras especies vivas”, dijo Carvajal. 

*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.

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