OCHO MESES FUERON MÁS QUE suficientes para que los billetes del nuevo cono monetario perdieran tanto valor de compra que la población, los comerciantes y los transportistas se niegan a recibirlos. Los billetes de más alta denominación —500, 200 y 100 bolívares— solo pueden comprar entre 0,4 y 1,3 % de lo que compraban en agosto de 2018, cuando fueron puestos en circulación.
Cinco de los ocho billetes que conforman el cono monetario no compran ningún producto. Las monedas —de 1 y 0,5 bolívares— son prácticamente inexistentes y su circulación fue tan restringida que es poco probable que alguien tenga una.
El cono anterior tardó unos ocho años en perder su valor y convertirse en materia prima para hacer origami. En contraste, menos de un año se necesitó (debido a la hiperinflación) para que los billetes de 2, 5,10, 20 y 50 bolívares, que nacieron con el apellido «soberano», sean objeto de rechazo por el grueso de la población y seguramente falta poco para que se empiecen a ver carteras y monederos hechos con ellos.
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