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CLAVES | Venezuela, que fue una potencia petrolera, llega al fin de una era
Si la situación política de Venezuela no cambia, la producción petrolera podría llegar a cero

Foto portada: New York Times.

The New York Times publicó un reportaje en el que relata el declive de Venezuela, país que una vez fue potencia petrolera, durante los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro.

El colosal sector petrolero de Venezuela, que dio forma al país y al mercado energético internacional durante un siglo, se ha detenido casi por completo, con la producción reducida a un goteo debido a los años de mala gestión y las sanciones estadounidenses. El colapso deja una economía destruida y un ambiente devastado, y, según muchos analistas, pone fin a la era de Venezuela como potencia energética.

A continuación 16 claves sobre el reportaje de The New York Times:

Por primera vez en un siglo, no hay plataformas en busca de yacimientos petrolíferos en Venezuela.

Los pozos que alguna vez explotaron las mayores reservas de crudo del mundo están abandonados o los dejan para que emitan gases tóxicos que arrojan un brillo anaranjado sobre las ciudades petroleras en crisis.

Se espera que el país que hace una década era el mayor productor de América Latina, que ganaba alrededor de 90.000 millones de dólares al año por las exportaciones de petróleo, obtenga alrededor de 2300 millones para fines de este 2020, menos que la cantidad total de remesas que los migrantes venezolanos.

Si la situación política de Venezuela no cambia, la producción petrolera podría llegar a cero.

En Cabimas, una ciudad a orillas del lago de Maracaibo, que alguna vez fue el centro de producción de los prolíficos campos petroleros de la región, el crudo que se filtra de los pozos y oleoductos submarinos abandonados recubre los cangrejos que los ex trabajadores petroleros sacan del lago con las manos ennegrecidas.

La desolación de Cabimas marca el rápido declive de un pueblo que hace apenas una década era una de las localidades más ricas de Venezuela.

El club social de PDVSA, donde los lugareños solían reunirse para beber whisky, jugar al tenis y ver películas, está en ruinas.

Después de que se extrajeron importantes reservas cerca del lago de Maracaibo en 1914, trabajadores petroleros de Estados Unidos llegaron al país.

Como fuerza impulsora en la fundación de la Organización de Países Productores de Petróleo en 1960, Venezuela ayudó a las naciones árabes a tomar el control de sus riquezas petroleras.

Poco después de ser elegido presidente en 1998, Hugo Chávez se apoderó de la respetada compañía petrolera estatal para impulsar su radical programa de desarrollo. Despidió a casi 20.000 profesionales del petróleo, nacionalizó los activos petroleros de propiedad extranjera y permitió que sus aliados saquearan los ingresos del crudo.

Tras las sanciones impuestas por EE.UU. los socios petroleros, banqueros y clientes de Venezuela rompieron sus vínculos y la producción se desplomó a un ritmo que superó la recesión de Irak durante las Guerras del Golfo y la de Irán después de la Revolución Islámica.

Es posible que las últimas petroleras estadounidenses abandonen el país por completo en diciembre, si el gobierno de Donald Trump pone fin a sus exenciones de las sanciones.

Analistas dicen que es poco probable que la industria petrolera venezolana atraiga el nivel de inversión necesario para una recuperación completa.

Cerca de las enormes refinerías costeras de Venezuela, los residentes buscan leña y arrastran sus redes de pesca a pie para buscar comida. Sus botes de pesca están varados sin gasolina y sus cocinas se han quedado sin gas.

PDVSA mantiene una producción mínima y ha sacrificado el mantenimiento básico de los equipos con un creciente costo ambiental. La costa caribeña del país ha sido dañada por al menos cuatro grandes derrames de petróleo este año, una cifra sin precedentes, según los biólogos venezolanos.

Las grandes manchas de petróleo también causan estragos en Cabimas, donde los residentes pescan en el lago contaminado con neumáticos inflados y recorren las ruinosas instalaciones de petróleo en busca de un poco de gasolina. Tres personas murieron el mes pasado cuando una pelea por un conducto de gasolina con fugas provocó una explosión.

Lee el reportaje completo de The New York Times aquí.