Las mujeres quedaron relegadas debido a la crisis en Venezuela - Runrun
Las mujeres quedaron relegadas debido a la crisis en Venezuela
Organizaciones civiles mostraron cómo la crisis generalizada en Venezuela ha afectado de manera diferenciada a mujeres y niñas

La crisis en Venezuela es multidimensional. La emergencia humanitaria compleja ha dejado atrás las necesidades específicas de las mujeres en Venezuela y con la llegada de la pandemia de la COVID-19 en marzo de 2020, la situación no ha hecho sino empeorar. Esto ha generado un incremento de desigualdades sociales que ha impactado de forma diferenciada y desproporcionada a mujeres, adolescentes y niñas. 

Mujeres con VIH, mujeres migrantes y refugiadas, mujeres lesbianas, madres cuidadoras, mujeres defensoras, mujeres pacientes oncológicas. ¿Cómo se han visto afectadas por la crisis venezolana? ¿Cómo los derechos y necesidades de las mujeres son invisibilizados? 

Las organizaciones Prepara Familia, Unión Afirmativa, Centro de Justicia y Paz (Cepaz), Acción Solidaria, Funcamama y Uniandes participaron en el evento “Mujeres invisibles: el rostro de las mujeres invisibilizadas por la crisis en Venezuela”, en el marco del Sexagésimo quinto período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW65), para mostrar la crisis generalizada y su afectación diferenciada en las mujeres y las niñas. 

Son organizaciones de la sociedad civil que han vivido de primera mano las afectaciones de los derechos de estos grupos específicos de mujeres durante su trabajo en el terreno, realizando documentación en el ámbito local y en defensa de los derechos humanos.

A partir de las voceras de esas organizaciones, Runrunes recopiló unas claves para comprender la crisis venezolana a través de las mujeres: 

Mujeres en situación de pobreza 

“La Emergencia Humanitaria Compleja producto de la combinación de factores como la inestabilidad política, y el quiebre del Estado venezolano, ha generado el incremento de las desigualdades sociales y la pobreza subyacente”, señala Carolina Godoy, de Cepaz

¿Qué significa para una mujer vivir en pobreza extrema en La Dolorita, Petare? 

  • 14 años sin disponer de agua potable en sus hogares. Debe esperar a que llueva para redirigir el agua hacia tobos o envases.
  • No tiene servicio de gas doméstico directo, no reciben bombonas y cocinan a leña.
  • No tiene servicio eléctrico directo. Se ve obligada a conectarse ilegalmente al alumbrado público.
  • No tienen dinero en efectivo, lo que se traduce en la imposibilidad de trasladarse en transporte público.
  • Sufren de pobreza menstrual, al no poder comprar los insumos de higiene. Deben improvisar recortando ropa usada.
  • Tienen la preocupación diaria de no tener alimentos en sus casas. Las mayores ceden sus porciones a los otros miembros. La cajas CLAP son insuficientes y manejadas con criterios políticos.
  • Miran con preocupación el embarazo adolescente y a tener que verse forzadas a la práctica del sexo por sobrevivencia.
  • Miran con preocupación la sobre exigencia de los cuidados del hogar durante la cuarentena, lo que eleva el riesgo de deserción escolar en las adolescentes.
  • Se sienten usurpadas en lo más mínimo de su existencia: la cotidianidad. 

Mujeres de la comunidad LGBTI

Quiteria Franco, de la organización Unión Afirmativa, explicó que antes de la Emergencia Humanitaria Compleja y la pandemia, ya una situación de discriminación y violencia contras las mujeres lesbianas, en cuanto a la negación de derechos humanos por parte del Estado. Estos factores hicieron que las afectaciones se incrementaran y se diversificaran.

  • Imposibilidad de proteger a la familia a través del matrimonio, afectando a los niños de estas parejas que quedan desprotegidos. 
  • Violencia entre parejas, discriminación en el lugar de trabajo, en servicios ginecológicos y centros de donación de sangre.
  • Discriminaciones y violencias en lugares públicos como plazas, restaurantes y discotecas.
  • Acoso en centros estudiantiles y universitarios, contra docentes y estudiantes que se identifican como mujeres lesbianas.
  • Sufren de trata de personas, la prostitución forzada, migración forzada, inseguridad alimentaria y disminución en la ingesta alimentaria.
  • Precariedad en servicios básicos y de salud, escasez de toallas sanitarias.
  • Violencia en el hogar contra adolescentes y mujeres lesbianas proveniente de los padres o parejas. Amenazas de “violaciones correctivas” o de ser expulsadas del hogar. 
  • El confinamiento ha traído mayor desempleo.
  • El desempleo es otra consecuencia del confinamiento, porque muchas habían tenido que recurrir al trabajo independiente por la discriminación en lugares de trabajo. 

Madres cuidadoras 

Asistir a un hospital a tratarse cualquier complicación de salud es todo un riesgo, puesto que no hay garantías de obtener la atención adecuada. Ahora con el COVID-19 todo se agrava aún más. 

¿Qué viven las madres, hermanas, tías, abuelas cuidadoras de hijos o familiares con patologías crónicas? Katherine Hernández de Prepara Familia manifestó que se ven vulnerados sus derechos al pleno desenvolvimiento de sus capacidades, a la salud, a la educación, al trabajo digno, al ocio y al autocuidado están siendo aplazados y vulnerados

  • 95% de las que se internan con los niños o niñas en hospitales o unidades pediátricas son mujeres..
  • Al estar dedicadas exclusivamente al cuidado, no pueden integrarse al mercado laboral. Dejan sus trabajos, estudios, planes, entornos familiares. 
  • Deben movilizarse desde las regiones que habitan hasta hospitales de la capital.
  • No poseen recursos para cubrir sus necesidades personales mínimas: insumos de higiene personal, insumos de higiene menstrual, y alimentos.
  • Carecen de mobiliario acorde para pernoctar en condiciones dignas en las habitaciones de los niños. Las sillas o sofá-camas disponibles para dormir están muy deteriorados. Muchas mujeres cuidadoras duermen sobre toallas y sábanas.
  • Carecen de servicios sanitarios en buen estado. No cuentan con suministro de agua, lo que compromete su higiene menstrual y personal. 
  • Viven en condiciones extremas que ponen en riesgo su salud personal y mental. 

Mujeres pacientes oncológicas

Luisa Rodríguez de Funcamama señala que la organización ha prestado servicios de atención a mujeres pacientes oncológicas en el marco de la Emergencia Humanitaria Compleja. Además, han desarrollado programas como “Infórmate” para comunicar sobre la prevención y diagnóstico oportuno del cáncer de mama y “Cuídate”, programa que promueven estilos de vida saludables para disminuir riesgo de cáncer de mama, talleres de autoayuda.

  • En 19 años se ha reducido la expectativa de vida de las mujeres venezolanas debido a la mortalidad por cáncer de mama.
  • 5 millones de mujeres venezolanas entre 35 y 75 años deben realizarse una mamografía anualmente.
  • Venezuela tiene 14 millones de mujeres, según Cepal en 2020. De total de mujeres, se estimaba que fallecerían 15.928 por cáncer en el 2020
  • 349.238 mujeres (6%) tienen la capacidad para pagar una mamografía en un centro de salud privado.
  • 5.471.390 mujeres tienen que acudir a un centro de salud público 
  • Diariamente fallecen en Venezuela 8 mujeres por falta de atención en cáncer de mama.
  • 3.199 es el número registrado de mujeres fallecidas por diagnóstico tardío y falta de tratamiento de cáncer de mama. 
  • Una de cada 10 venezolanas desarrollará cáncer de mama a lo largo de su vida, siendo el riesgo 8 de cada 10. 

Mujeres defensoras de DDHH

Rosa Elena Acevedo de Uniandes asegura que la organización ha desarrollado un estudio con 168 mujeres en cuatro estados de Venezuela que contaron su trabajo en las fronteras como activistas y defensoras de derechos humanos.

  • 23% de las defensoras han sufrido algún tipo de amenaza e intimidación por parte de militares (47%), justicia (22%), gobiernos locales (18%), educación (8%), diputados (5%).
  • Las defensoras de DDHH se sienten vulnerables, no cuentan con las estructuras del Estado que den respuesta oportuna a quienes canalizan la defensa de los derechos humanos.
  • Sienten que están a merced de grupos armados. 
  • No tienen apoyo ni recursos.
  • Están en situación crítica por la actitud indiferente e insensible de la mayoría de los ciudadanos. 
  • Limitadas por los diferentes controles que ejerce el Estado, tales como las cajas CLAP, gas, gasolina, internet. 
  • Sin garantía para el ejercicio de la defensa de los derechos humanos.

Mujeres embarazadas y con VIH

La falta de cifras oficiales y la opacidad del Estado con indicadores de salud hace difícil medir con exactitud y precisión el impacto de la emergencia humanitaria en las mujeres venezolanas, expresa Natasha Saturno de Acción Solidaria

  • De 133 registros documentados en 2020 en el monitoreo de incidentes, 76 están relacionados al derecho a la salud de las mujeres. 
  • Los incidentes más denunciados o registrados fueron aquellos relacionados a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. 
  • 90% de desabastecimiento de productos anticonceptivos, tales como condones femeninos, píldoras, aparatos intrauterinos. 
  • 50% de desabastecimiento de condones masculinos. Y si se consiguen, su precio sobrepasa el salario mínimo.
  • 57,7% de las mujeres no tienen acceso a servicios de salud de ningún tipo. 
  • La tasa de mortalidad materna es de 112,2 por cada 100 mil nacidos vivos.
  • Médicos y enfermeras se ven obligados a atender a mujeres embarazadas sin recursos. En muchos casos, tampoco pueden atenderlas y deben recorrer varios hospitales en trabajo de parto. 
  • Las mujeres embarazadas con VIH viven con el estigma. 2 de cada 4 mujeres con VIH son discriminadas en centros de atención públicos de salud. Les exigen un “kit de bioseguridad”, prohibido por la ley.