Envejecer en Venezuela es una sentencia de muerte - Runrun
Envejecer en Venezuela es una sentencia de muerte
Informes de la ONG Convite y los resultados de la Encovi reflejan que envejecer en Venezuela es una situación dramática para todos los adultos mayores
El Estado ofrece muy poca protección a los ancianos, que cada vez más sobreviven con más penurias y gracias a las remesas de descendientes y otros familiares

 

@yeannalyfermin

 

Maritza Fernández es una adulta mayor, tiene 68 años y vive en Petare, municipio Sucre del estado Miranda. Durante su juventud trabajó para grandes empresas dedicadas a la confección de ropa. Comenta que con su trabajo le fue bien hasta que llegó “el peor año para todos los venezolanos”: el 2017. 

Fernández narra que la crisis económica obligó a su único hijo a tomar la decisión de emigrar a Chile para trabajar y ayudarla con los gastos de las dos enfermedades que padece: hipertensión y diabetes. Desde entonces, ha tenido que estar sola porque no tiene familiares cerca. Ella insiste en que de no ser por su hijo que la ayuda mensualmente, su situación sería totalmente distinta y muy complicada. 

Matilde Berrios es otra adulta mayor, tiene 76 años, vive con sus dos hijas y sus tres nietos en Filas de Mariches, municipio Sucre, estado Miranda. La abuela, como todos le dicen, padece de asma y no puede costear su tratamiento. Sus hijas no trabajan y su esposo falleció hace ocho años, por lo que solo cuenta mensualmente para sostenerse con la pensión, la caja del Clap y los bonos del gobierno.

Por otra parte, Antonio Rosas, de 71 años, usa un bastón para caminar porque en su pierna derecha tiene una várice que se le inflama y le produce dolor. Antonio pasa el día buscando qué hacer para mantenerse. A pesar de que es jubilado del Ministerio de Educación, afirma que el dinero no le alcanza para comprar las medicinas que debe tomar a diario. 

Las historias de Maritza, Matilde y Antonio, son una pequeña muestra de la realidad que viven los adultos mayores en Venezuela, país que según la ONG Help Age International, en 2015 se ubicó en el segundo lugar con las peores condiciones para envejecer en América Latina. 

Un estudio de la organización Convite realizado en el mes de agosto, que evaluó las condiciones de vida y de salud de las personas mayores en Venezuela, arrojó que a 94% de los consultados sus ingresos no cubren todas sus necesidades médicas, alimenticias y de traslado. 

Varios informes de la ONG Convite y los resultados más recientes de la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi), reflejan que envejecer en Venezuela es una situación dramática para todos los adultos mayores y en muchos casos una sentencia de muerte.

La buhonería como esperanza

Según el estudio de Encovi del año 2021, la pobreza total por ingresos alcanzó 94,5%, mientras que la pobreza extrema se ubicó en 76,7%, un aumento del 10% en comparación con la medición anterior. 

Para el mes de abril de 2021, Convite señaló que para ese momento, 72% de los adultos mayores encuestados no trabajaba y que aquellos que aún lo hacen, por lo general se dedican a oficios de la economía informal, especialmente servicios técnicos a domicilio y la buhonería. 

De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, la pobreza extrema se define por ingreso diario de 1.90 dólares. En Venezuela el valor de la pensión es equivalente al salario mínimo mensual, lo cual es mucho menor a ese indicador, pues con la nueva reconversión, ahora se ubica en 1.5 dólares aproximadamente. 

Sin proteínas no hay paraíso 

Sobre el acceso a la alimentación, Convite señaló en su informe que 56 % de los adultos mayores encuestados comen tres veces al día, 31.6% dos veces al día y 2.7% una sola comida. Solo un 8.8% de los que comen sus tres comidas pueden incluir las meriendas. 

49% de los encuestados también indicaron que consumen proteína animal de dos a tres veces por semana y no diariamente como desearían; 20% solo come carne una vez cada 15 días.

La Encuesta de Condiciones de Vida reportó que el porcentaje de hogares sin inseguridad alimentaria (situación en la que las personas carecen de acceso seguro a una cantidad de alimentos suficientes para su desarrollo y para poder llevar una vida activa y sana) se redujo de 6,6% a 5,8%. Otro dato alarmante es que la inseguridad alimentaria leve en 2021 se ubicó en 34,5%.

El estudio subraya que, aunque todos los estratos redujeron su gasto en alimentos, el más afectado ha sido el más humilde, pues este ha desmejorado su consumo de alimentos en 13.3%.

Los altos precios de los alimentos afectan de manera importante a los adultos mayores, pues la mayoría de ellos ya no pueden trabajar y dependen directamente de familiares. 

Según la última actualización que presentó el Centro de Documentación y análisis para los Trabajadores (Cendas), la canasta alimentaria para un grupo familiar de cinco personas en el mes de agosto tuvo un costo de $232,80. Un incremento de 17.8% con respecto al mes anterior. 

Según las estimaciones que se hacen a través de la  «Cesta Petare»,  (que realiza semanalmente la Asamblea Nacional electa en 2015 para medir la inflación en el aumento de los precios de ocho alimentos: huevos, harina de maíz, queso blanco, carne, aceite, azúcar, arroz y café) precisa que para la semana del 10 al 16 de octubre, se necesitaron 28.88 dólares para adquirir los productos antes mencionados. 

El lujo de estar sano

El alto precio de las medicinas es otro problema frecuente entre los adultos mayores, pues estos se debaten entre comprar el tratamiento médico o comprar la comida. En el estudio de Convite, 78% de los adultos mayores encuestados usa algún tipo de medicamento, pero solo el 5% dice que puede adquirirlos con facilidad. 48% los compra con dificultad y 17% adquiere solo algunos de los medicamentos recetados. 

Sobre el precio de las medicinas, Antonio Rosas asegura que el tratamiento para la enfermedad de su pierna, más la hipertensión que padece, tiene un valor aproximado de 15 dólares mensuales, dinero que rara vez tiene. 

 Los olvidados del Estado

Los adultos mayores son quienes más dependen del Estado, principalmente porque ya no pueden trabajar. El informe de Convite señala que 48.05% de los encuestados reciben la caja del Clap. Un 59% de los encuestados indicó que los productos le duran menos de 15 días, mientras que 28% afirmó que le alcanza para 15 días y otro 13% un mes. 

La Encovi afirma que 86% de los encuestados señalaron que el promedio de recepción de la caja o bolsa es de cada seis semanas. Estas cajas o bolsas cuenta menos de un dólar al mes pero, con suerte, traen poco más de nueve productos de alimentación. 

Desde hace varios años, las pensiones de vejez dejaron de ser una ayuda para todos los adultos mayores. El servicio que ofrecía el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales en materia de salud ya no es ni la sombra de lo que era hace 20 años. Según las mediciones de Convite, 31% de los consultados tienen acceso a los CDI, 30% a los hospitales, solo 13% a los Barrio Adentro y otro 26% a ambulatorios. 

Sobre la entrega de los bonos del gobierno, la Encovi señaló que 2 de cada 3 mayores de 18 años dicen haber recibido al menos un bono temporal durante el último año, siendo 5 dólares, el valor promedio de los bonos por hogar.

La migración venezolana ha afectado directamente a los adultos mayores, pues estos han quedado solos luego de que sus familiares tomarán la decisión de salir del país en busca de mejores condiciones de vida.

Según las cifras del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), 5 millones 667 mil 835 personas han huido de la grave crisis económica que afecta a Venezuela.

Convite señala que 79% de los encuestados no vive solo, mientras que 10% afirmó que se encuentra en soledad. 17% señalaron que viven solos porque sus familiares se fueron del país.

A merced de la violencia

El pasado 14 de octubre, la ONG Convite presentó su más reciente informe “victimización: vejez en riesgo”, el cual registra las muertes violentas de las personas mayores en Venezuela desde enero hasta junio de 2021. 

El informe contabilizó 102 decesos de personas de la tercera edad en circunstancias violentas, de ellos, 24 fueron asesinados para robarles sus pertenencias, 12 murieron en medio de una riña, 7 fueron asesinados por ajuste de cuentas, 1 fue por sicariato y otro por venganza. 

De las muertes violentas registradas, 3 fueron perpetradas por los propios hijos, 4 por los nietos, 3 por hermanos, sobrinos u otros familiares, 9 por vecinos o amigos y 1 por la pareja.

Convite señaló que el 26.5% del total de las muertes violentas se concentraron en el Área Metropolitana de Caracas (17), y en los estados Aragua (15) y Lara (10). Los victimarios mayormente son familiares directos, vecinos o amigos que conocen el estado de vulnerabilidad en el que viven las víctimas.