Tomás Straka: El uso de fake news como estrategia política no es un fenómeno nuevo - Runrun
Tomás Straka: El uso de fake news como estrategia política no es un fenómeno nuevo
Straka advirtió que algunos políticos emplean a la seducción para doblegar a la población, y este mecanismo lo utilizan en la propaganda política deshumanizada

 

Un recorrido por el siglo XIX y el siglo XX en Venezuela comprueba que las fake news han sido utilizadas por los diferentes actores políticos de distintas épocas, lo que indica que no es un fenómeno nuevo. 

El Individuo de Número de la Academia Nacional de Historia, Tomás Straka, compartió sus hallazgos sobre los contenidos falseados que han estado presentes en la historia venezolana, a través de un foro organizado por el Observatorio Venezolano de Fake News, en el cual explica el uso de la mentira y el engaño como estrategia política.

«La mentira es una de las grandes armas que tiene un propósito letal en la política, y también aseguró que el silencio es una manera de fake news», afirmó Straka.

El historiador comentó que existen dos tipos de niveles en la fake news: el primero, cuando los medios de comunicación reflejan la mentira del otro y, el segundo nivel, es el que se emplea en la lucha política, específicamente cuando el dirigente político o el partido deja correr los rumores; este último sigue empleándose en el accionar político actual.

Straka advirtió que algunos políticos emplean a la seducción para doblegar a la población, y este mecanismo lo utilizan en la propaganda política deshumanizada.

La mentira en la historia

Straka tomó como ejemplo lo acontecido en el año 1863, cuando se comentaba que los “godos” buscaban restituir la esclavitud, lo que generó que muchos venezolanos estuviesen preocupados, tanto con Miranda como con Páez, de que lo volvieran a ser esclavos.

El director del Doctorado en Historia de la Universidad Católica Andrés Bello, también comentó que Antonio Leocadio Guzmán, del partido liberal, fue un polemista del siglo XIX que usaba el espacio del poder para mentir con regularidad, pues llamó a sus enemigos conservadores, aunque realmente no lo eran.

Tomás Straka observa, en su comprensión historiográfica de aquellos eventos, que “la principal diferencia entre el siglo XX y el siglo XXI era lo tremendamente descarnado que eran a la hora de atacarse con el debate político”.

“La hegemonía comunicacional quiere que toda la prensa sea oficiosa y es lo que logró Gómez y Guzmán Blanco”; en este sentido, el historiador se refirió que no toda la propaganda tiene que ser mentira, sino lograr convencer por las palabras.