EFE: La producción ya no alcanza para el sustento de los pueblos petroleros en Venezuela - Runrun
EFE: La producción ya no alcanza para el sustento de los pueblos petroleros en Venezuela
En los poblados orientales, casi todos los residentes tienen en común dos cosas: que un día fueron empleados petroleros y que hoy no tienen trabajo

 

 

Los hombres de los pueblos petroleros de Venezuela, que antaño extraían el crudo que hizo próspero al país y actualmente tanto se necesita por la crisis energética mundial, ahora tienen que sembrar, reparar bicicletas o cazar para poder alimentar a sus familias.

Quienes viven en Punta de Mata o Santa Bárbara -en Monagas- padecen el declive de la industria, que pasó de producir un promedio de 3 millones de barriles diarios (bpd) a 788.000, en la actualidad, según cifras de febrero de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

La inversión y el mantenimiento quedaron bajo mínimos, y las ganancias no son suficientes para generar el empleo y la riqueza de antaño, por lo que los ingresos reducidos van a parar, únicamente, a las arcas del Estado, según explicó a Efe el extrabajador petrolero y residente de la comunidad de Tejero Viejo -Santa Bárbara- Héctor Prieto.

«Tenemos más de 116 pozos que generan ingresos al Estado, que generan ingresos al municipio, que generan ingresos al país y por los que no tenemos ni siquiera ningún beneficio», manifestó.

Prieto trabajó durante 12 años para una empresa china dedicada a la perforación de pozos, pero en 2018 «se acabó el trabajo» y todos los obreros fueron despedidos.

Entonces, no le quedó otra opción que dedicarse a la agricultura para poder garantizar el estudio de dos de sus cuatro hijos, pues es lo que puede costear en este momento.

Reparar bicicletas para sobrevivir

Loany Villalba vive en Punta de Mata y, como la mayoría de sus pobladores, trabajó en campos petroleros de la zona con empresas extranjeras contratadas por Venezuela para la explotación del crudo.

Durante cinco años -entre el 2000 y el 2005- Villalba trabajó para una compañía estadounidense y sus ingresos eran tan estables que decidió deshacerse de su negocio de repuestos y regalar toda la mercancía, la misma que ahora no ha logrado recomprar para empezar de nuevo.

«Ahora volví otra vez a reparar bicicletas, pero no puedo vender repuestos de nuevo porque no puedo comprar, no he tenido oportunidad de comprar más repuestos, de surtirme otra vez, no he podido. Solamente hago el trabajo que hago para comprar comida, para eso es lo que alcanza», contó a Efe.

La historia se repite en todo el noroeste de Monagas, donde el deterioro de servicios como el agua o la electricidad, la falta de transporte público, de empleos y hasta de educación son evidencia clara de que una tierra rica en el codiciado «oro negro» no es garantía de riqueza y bienestar para quienes caminan sobre el petróleo.