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Constructoras de paz | 70% de las embarazadas en Lara no tiene acceso a controles prenatales mínimos
A pesar de las trabas para movilizarse, muchas mujeres decididas a tener cuidados prenatales asisten a sus consultas

El gremio médico del estado Lara advirtió que el 70% de las mujeres embarazadas en la entidad no tiene acceso a controles prenatales mínimos recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

De acuerdo con la red de periodista Mujeres Constructoras de Paz, muchas de ni siquiera van a un solo control y tienen embarazos marcados por la falta de vitaminas, exámenes pertinentes y una alimentación balanceada.

Con respecto al otro 30%, tienen controles irregulares, bien sea por falta de dinero para pagar las citas o por vivir en municipios foráneos a la capital de la entidad.

En el municipio Urdaneta, ubicado a dos horas y media en autobús, muchas mujeres embarazadas tratan de parir en el mismo pueblo para evitar el viaje. Sin embargo, algunas deben trasladarse a la capital por presentar complicaciones.

Marisol Bustamante, defensora de los derechos humanos y nacida en Siquisique, señaló que una de las mayores dificultades que se presentan al momento de los traslados es la falta casi absoluta de combustible.

“Si una mujer se complica primero debemos ubicar un vehículo y luego el combustible para surtir. Hay parturientas y bebés que han fallecido por llegar a Barquisimeto cuando ya el parto está pasado”, explicó Bustamante.

Costos y distancias

Cuando se notó la barriga de María Inés, decidió reunir para viajar hasta Barquisimeto, donde sí se presta atención ginecobstétrica, a diferencia de su localidad, Bobare.

María Inés necesitaba saber cuántas semanas de gestación tenía y si podía dar a luz en el Hospital del Seguro Social Pastor Oropeza.

“En Bobare no hay ginecobstetra público. Privado hay uno solo, que va una vez por semana al pueblo, pero cobra 20 dólares la consulta. Ese es un dinero que yo no tengo”, contó la madre primeriza.

Durante su primera consulta prenatal en el Pastor Oropeza, se enteró que su embarazo estaba cerca de las 32 semanas. Allí, le informaron que tendría un varón y que ambos tenían bajo peso.

Ante el riesgo, le recomendaron a María Inés que, cuando surgieran los dolores, se acercara hasta el Hospital Central Antonio María Pineda de Barquisimeto, pues es el único lugar que cuenta con especialistas de diversas áreas para enfrentar cualquier complicación.

 

Para poder tener una cita en centros públicos como el Pastor Oropeza, María Inés debe hacer una larga cola. Las pacientes comienzan a llegar desde las 5:00 de la madrugada y, si tienen suerte, son atendidas ese mismo día.

La joven viajó en transporte público desde Bobare a Barquisimeto de madrugada. Salió de su casa a eso de las 4:00 de la mañana y llegó al centro asistencial casi a las 6:00. Casi se queda sin cita, pero lo logró.

Para hacer ese viaje, la joven necesitó ahorrar 5 dólares para el pasaje ida y vuelta. También estuvo el día anterior cocinando todo lo que comería en la jornada.

Aquellas que tienen más recursos, pagan entre 35 y 80 dólares la consulta en una clínica privada, dependiendo del centro médico, del especialista y de la cantidad de exámenes.

Sin gasolina ni ambulancias

Alberto Domínguez, directivo del Sindicato de trabajadores del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, reveló que en Lara solo funcionan ocho ambulancias en sus nueve municipios.

Uno de los municipios que no tiene este tipo de unidades de transporte es Urdaneta.

A pesar de las trabas para movilizarse, muchas mujeres decididas a tener cuidados prenatales asisten a sus consultas, tal es el caso de Amanda Meléndez, de 28 años.

Meléndez reside en el caserío La Escalera, en el municipio Andrés Eloy Blanco, a 60.4 kilómetros de Barquisimeto, y recorre a menudo esa distancia, con su segundo hijo en el vientre, y montada en una moto.

Con seis meses de embarazo, Amanda ha viajad tres veces a Barquisimeto para hacerse exámenes y ecografías. Tiene previsto viajar unas dos veces más antes de dar a luz.

“Y lo haré en moto porque la gasolina es escasa en mi pueblo, y cuando hay quieren vendértela a sobreprecio”, dijo la mujer.