Realismo mágico… ¿o no tanto? - Runrun
Armando Martini Pietri Sep 10, 2020 | Actualizado hace 4 semanas
Realismo mágico… ¿o no tanto?

Aquí no parece haber realismo mágico, sino «magia negra». Caraqueños buscando agua en un manantial tributario del contaminado río Guaire, Caracas. Foto Carlos García Rawlins / Reuters.

@ArmandoMartini

El régimen castrista busca con desesperación legitimidad. Calcula que una estafa parlamentaria le traerá al regazo dos pájaros al mismo tiempo. Por una parte, la legalidad y licitud que ha perdido con torpeza; por la otra, una fuerza legislativa capaz de restituirle poder en la Asamblea Nacional.

La unidad hipócrita intentada como chantaje no ha funcionado. Los agrios enfrentamientos son insignificancia, comparados con la perturbadora contumacia de no reconocer el continuo fracaso con voluntad de arrepentimiento, constricción y necesidad de cambio. Se ha impuesto el statu quo, a los titiriteros solo les inquieta el acomodo interesado, conveniente, manipulando para decir lo mismo.

Promover una consulta en una sociedad secuestrada, cuando deshonraron inmisericordes el mandato ciudadano del 16J, es obsceno; un montaje de un supuesto éxito incomprendido, confiados en el apoyo internacional, ignorando su paciencia y límite.

En la danza de incompetencia generalizada, el coronavirus se ha ido de las manos por un sistema de salud que no funciona. Y estanca aun más al país con servicios públicos cada día peores, creciente incredulidad de una ciudadanía atosigada, crisis laboral, desplome apabullante en la capacidad de compra, falta de gasolina, inseguridad, fastidio uniformado que vigila sin vigilar y entorpece sin salvaguardar.

Dentro de todo ese enrevesado realismo de magia negra que es la Venezuela actual se aparece de nuevo, resucita, Henrique Capriles. No estaba jubilado ni de parranda, sino agazapado tras haber sido un dirigente de la oposición.

Reaparece y encuentran libertad decenas de presos políticos. Al día siguiente se coloca la túnica deshilachada de negociador con el régimen usurpador y motor de liberaciones. Aprovechando errores de ambas partes, como reza el refranero popular “agarrar, aunque sea fallo”; “a falta de pan, buenas son tortas”, el régimen busca animar las elecciones que necesita para las cuales no bastan opositores con nombre, pero sin prestigio. Capriles, al menos, tiene tiempo y capacidad de ser el “peor es nada”. Los países que rechazan a Maduro, pero mantienen sus relaciones diplomáticas, parecen aceptar elecciones parlamentarias siempre y cuando tengan creíble ejecución.

Los subestimados impostores no pierden tiempo e invitan a la Unión Europea y Naciones Unidas para que envíen supervisores y veedores. Y sean testigos de la pureza electoral. No es casualidad que el número de asambleístas haya sido aumentado en cien curules, lo cual permite una confiable mayoría castro-madurista junto con un denso grupo de complacientes supuestos opositores, que se harán notar con gritos y bullicios.

Washington no está convencido, pero los antiestadounidenses y cómodos europeos socialistas se sienten atraídos y con ambigüedades asienten. Embajadores como el del dictador turco Erdoğan muestran satisfacción y el defraudador a la familia, amigos, elogiado por medios cubanos, resurge de las cenizas como nuevo dialogante opositor aceptado por europeos, Noruega, la cúpula madurista y La Habana.

La mutación de MUD/Frente Amplio a Pacto Unitario, es patética, cantinflérica. Pero hace su trabajo. Son parte directa o indirecta del régimen, falsos opositores y cómplices por omisión. No existe cambio sustancial ni rectificación; solo reiteración de las mismas pendejadas. El encargado propuso una ruta y su única tarea era conducirnos al cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres, en ese orden. Sin embargo, prefirió la deslealtad e infidelidad, dialogando a escondidas y cometiendo la estulticia imperdonable del 30 de abril. Pero muchos se preguntan, ¿será un falso positivo como cuando aquel le sacó la gallina al difunto y luego se abrazaban?

Habrá elecciones parlamentarias. Qué pase después es una de tantas incógnitas del realismo mágico con o sin coronavirus y el incondicional respaldo habanero. Los tenaces, recios e indoblegables, que no negocian ni dan sus brazos a torcer, no participarán en la estrategia a la medida de los mediocres. Y en contraste con esa visión de la política, errónea y cómplice no se amedrentaran con las críticas, porque se preocupan por acciones y resultados. Los reproches colisionan. Se estrellan con la forma de comunicarse de politiqueros solo preocupados por la convivencia, privilegios y lucros.

No son tiempos para simpatías, cordialidades o agrados, debilidades que desembocaban en cesión y renuncia de principios. Es la verdad que debe imponerse, actos auténticos, palabras sinceras que apunten en una clara estrategia y determinado objetivo para la liberación. Quienes los compartan deben estar convencidos de que el discurso es auténtico, franco y digno de confianza ciudadana.

Como dijo una vez aquél, amanecerá y veremos. Aunque en realismo mágico los amaneceres como atardeceres pueden ser distintivos y muy peculiares.

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