“Carraplanavirus” y traiciones - Runrun
Armando Martini Pietri Oct 08, 2020 | Actualizado hace 4 semanas
“Carraplanavirus” y traiciones

@ArmandoMartini

“Carraplanavirus”

El coronavirus es una plaga, con duros efectos incluso en las naciones más desarrolladas del mundo. Pero el régimen chavomadurista que nos azota aquí es aun más temible. En Venezuela la covid-19 es un trágico pretexto para ocultar el fracaso gubernamental.

El castrismo socialista es negación de la producción, criminalización del bienestar y destrucción de ciudadanía. En muchos países, incluso en los que alardean de socialismo -vaga promesa, pero lejana al desastre castrista y fanatismo islámico- los hospitales están atiborrados de pacientes, unos ya contaminados y otros que temen estarlo; el exceso de pacientes supera cualquier capacidad.

En Venezuela reina, además del temor a la covid-19, la angustia y frustración, porque el sistema de salud es otra de las mentiras del régimen. Equipos viejos y deteriorados, sin medicamentos ni insumos; con doctores y enfermeras que se contaminan y mueren no porque falten mascarillas y equipos protectores, sino porque ni agua tienen para lavarse las manos. «Médicos” cubanos graduados a la carrera en un esquema de semiesclavitud, con sueldos que van a La Habana: y nuestros galenos expuestos y desasistidos en la primera línea de la pandemia por un salario de hambre.

Una pandemia pavorosa que nos llega con un régimen que no se preparó para manejarla, a pesar de experiencias mundiales, empezando por los chinos que desataron el problema. Se limita a dictaminar semanas de cierta libertad de movimiento y semanas restringidas. En ambas, los mismos horarios, cierres, problemas, y policías desconcertados armando trancas de tráfico para preguntarle a los conductores a dónde van y dejarlos pasar. Miran por encima las autorizaciones de circulación, en oportunidades falsas, o reteniendo a algunos que luego, previo pago, les dejan seguir su camino.

El país está en cuarentena y en parte paralizado no solo por la epidemia que en vez de reducir crece, sino porque lo que ya venía mal con la paralización sin alternativas se ha puesto peor.

El régimen sigue actuando como si no fuera con él. Aplicando la opacidad de siempre, con cifras que pocos creen; pero ni por equivocación muestran una salida, alguna alternativa como ya están ofreciendo otros países más pudientes -hoy cualquiera es más rico que Venezuela, si hacemos excepción de los chavistas- y más pobres, que alguno hay.

Según los voceros de siempre han llegado equipos, ayuda médica y farmacológica de todas partes, ¡hasta de Cuba, donde por tener, los cubanos no tienen ni dónde caerse muertos!, pero nadie sabe en qué consisten ni dónde están. Aparecen en pantalla sin tapabocas para que sus embustes lleguen sin disimulos ni distorsiones a decir que no es por culpa de ellos, que el país está como un enfermo agonizante por el tan cacareado “bloqueo económico”.

Las traiciones

¡Y esta sangre que no se quita!, clamaba enloquecida de remordimiento y vergüenza Lady MacBeth después de que su marido, por instigación suya y delirios canallas de poder, matara a puñaladas al rey Duncan. Tras asesinarlo, se las ingeniaron para responsabilizar a inocentes, ejecutados injustamente por la mentira de quienes se suponían abanderados de la verdad, lealtad y, ante el sueño del poder, se llenaron las manos con la sangre y dinero sucio.

Como los criminales, buitres de la dignidad muerta en la tragedia de William Shakespeare, son muchos los jefes políticos que alardean defender al pueblo, de luchas por la democracia y oponerse a la tiranía, pero tienen sus conciencias atestas de muerte, tortura, presos y exiliados políticos, enfermos y fallecidos por un coronavirus no debidamente previsto en un sistema de salud devastado.

Los traidores

Los traidores

Aquí, con la política llena de alacranes pican, es su naturaleza. Para esos politiqueros con sangre y espíritu de tránsfugas no hay pasado que mostrar ni futuro que prever. Polígamos de la política, adúlteros propiciando pactos indecentes y desenfrenadas negociaciones indebidas. Evidenciados en videos comprando lujos, contando con deleite y gozo dinero mal habido; basureros de ambiciones bajas e intereses ocultos, hombres y mujeres incompletos, de miradas huidizas, manos sucias siempre escondidas, pozos que acumulan la inmundicia por la falta de tesón, de la indignidad como uniforme, sonrisa dibujada y falta de originalidad para esconder malestares del alma.

El que la hace no siempre la paga; en este país unos han hecho lo peor y quienes pagan son los que no tienen dinero suficiente ni servicios públicos medianamente operativos. Es la carraplana castrista aumentada ad infinitum por la pandemia sin cura ni esperanzas, el llegadero de la desilusión.

El socialismo castrista es carcelero de la libertad y democracia.

Son traidores por naturaleza al punto de que se traicionan a sí mismos. La mediación OEA de Gaviria, Centro Cárter, Vaticano, República Dominicana, Zapatero, Noruega/Barbados, Borrell, fueron y siguen siendo una estafa continuada con premeditación y alevosía. Se robaron, asaltaron la confianza ciudadana. Y aun no conformes, plantean una consulta interesada y conveniente que, de nuevo, será traicionada como la del 16J.   

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es