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Las armas, la segunda plaga que azota nuestro planeta

Luego de la pandemia de COVID-19, la segunda plaga que más azota a los seres humanos es la proliferación de las armas de fuego. Según calcula Naciones Unidas, será responsable de no menos de medio millón de muertes en el mundo para el año 2025.

Para librar una lucha general en contra de la violencia es necesario distinguir los varios escenarios, sus actores y sus motivos para poder combatir su alarmante crecimiento en casi todos los rincones del planeta, en unos más que en otros.

 El primer grupo, el más peligroso

Constituido por las Fuerzas Armadas de Ocupación (y/o) Represión (FAOR), que incluye a gobiernos autoritarios con pocos o casi inexistentes valores democráticos. Entre ellos los de China, Rusia, Corea del Norte, Bielorrusia y, en escala menor, los de varios países africanos y asiáticos. Así como los gobiernos de tendencia similar como los de Cuba, Honduras, Nicaragua, Venezuela, México y Brasil.

China y Rusia representan un grave peligro porque la primera quiere expandir su frontera abarcando a Taiwán y creando islotes artificiales para dominar espacios de navegación en el Pacífico. Y la segunda, Rusia, luego de recuperar Crimea quiere terminar de adueñarse de Ucrania y otros países que pertenecían a la vieja Unión Soviética. A esos países hay que añadir un grupo de naciones africanas liderado por la autodenominada República Democrática del Congo, que incluye a Ruanda, Uganda, Angola, Burundi y Eritrea. Estos combaten a grupos rebeldes y pelean entre ellos mismos desde el comienzo del siglo, todos tratando de controlar las grandes riquezas minerales de la región central de África.

 El segundo grupo, América Latina

En este grupo, de América Latina, se da un alto número de víctimas causado por la represión de los gobiernos autócratas. Pero también por los enfrentamientos armados de organizaciones delictivas relacionadas con el tráfico de estupefacientes y de minerales preciosos. Las víctimas, según las Naciones Unidas, se concentran en las siguientes ciudades (entre paréntesis el número de víctimas por cada 100.000 habitantes): Acapulco (71.61), Ciudad de México (69.25), Tijuana (67.94) y Cancún (53.52), en México; Natal (79.21), Río de Janeiro (77.52), Recife (76.52), Bahía  (75.93) y Sao Paulo (70.38), en Brasil; Caracas (84.68), Ciudad Guayana (80.28), Ciudad Bolívar (73.21) y Barquisimeto (42.11) en Venezuela; Bogotá (62.01), Cali (46.3) y Cúcuta (42.38) en Colombia; Kingston (70.02) en Jamaica, San Pedro de Sula (80.04) en Honduras, y Puerto España (74.86) en Trinidad y Tobago.

 Tercer grupo, el más temible

Este es menos fácil de contabilizar, pero quizás el más temible. Se trata de organizaciones de grupos armados que participan en conflictos políticos, tales como los que se están librando en Siria y en el Medio Oriente, incluyendo enfrentamientos entre kurdos y Turquía; kurdos y fuerzas regulares y grupos islamistas (ISIS) y de Al-Qaeda, en Siria e Iraq; y el enfrentamiento entre las fuerzas gubernamentales del presidente Bashar el Assad de Siria y los grupos rebeldes en su contra.

En la península árabe, en el Yemen, Arabia Saudita y una fuerza que tiene su apoyo libra una guerra en contra de los rebeldes hutíes que controlan la zona montañosa del noroeste de Yemen y tiene el considerable apoyo de Irán. Pero en realidad el Yemen se ha reducido a un conjunto de pequeños estados y zonas controladas por un número cada vez mayor de grupos armados, todos los cuales tienen diferentes objetivos y trayectorias. Y que siguen enfrentándose ferozmente a pesar que desde su comienzo, hace seis años, esta guerra civil ha causado el impresionante número de 233.000 muertos.

 Cuarto grupo, los delincuentes

Es el más conocido. Y está formado por ese 15 por ciento de la población mundial que los psicólogos dicen que escoge la delincuencia como manera de sobrevivir, recurriendo casi siempre al uso de armas de fuego como amenaza que, en muchas instancias, terminan por usarlas y causar víctimas. En este caso hay una gran diferencia que varía en cada país según donde ocurren los crímenes. Londres, por ejemplo, es la ciudad que registra el mayor número de robos sin víctimas, superior al de Nueva York que normalmente es el escenario de 230 homicidios por año. Esto no extraña porque, según las Naciones Unidas, los estadounidenses son dueños del 42 por ciento de las armas del mundo. Otro dato que condena a los americanos es el hecho de que su posesión de armas de fuego ha duplicado en los últimos 30 años.

A esta altura entra en juego el gran debate, especialmente en los Estados Unidos, de cómo ejercer más control sobre las armas y la consideración de si es legal hacerlo.

Esto se debe principalmente a ley norteamericana (en su segundo mandamiento (Second Amendment) que declara que “al pueblo no se le puede negar el derecho del porte de armas.” Esto choca con las instrucciones de San Pablo, que pidió a los fieles “no hagan ustedes mismos justicia sino confíen en la ira divina.”

Esto, por supuesto, no cae muy bien a la National Rifle Association (NRA) la cual primero emite la pregunta “¿son las armas que matan a la gente o la gente mata a la gente?” y luego recuerda que en los peores años del siglo pasado, cuando el crimen organizado dominaba a Chicago, los civiles armados fueron los que mataron a los gánsteres que azotaban la ciudad, siendo responsables del 71 por ciento sus muertes; mientras que la intervención de la policía solamente logró eliminar un 61 por ciento de ellos. La NRA también usa con mucha frecuencia la frase popular que “Dios seguramente creó al hombre, pero Samuel Colt (productor de los revólveres Colt) lo ha convertido en un ser igual.”

 Quinto grupo, tiroteos masivos

Debido al creciente número de muertos causados por tiroteos masivos o “mass shootings”, la NRA se ha declarado preocupada y ha aumentado la divulgación de instrucciones de cómo defenderse con armas de fuego en un panfleto que se llama DGU o sea “Defensive Gun Use”. En su empeño para evitar la eliminación del porte de armas, a la NRA le preocupa también del aumento de individuos mentalmente inestables o desequilibrados que están participando en tiroteos masivos. Por ello apoya la idea del presidente Joe Biden de aumentar sensiblemente el sistema de chequeo de los antecedentes de todo individuo que quiere adquirir armas con mucho más rigor.

De hecho, el mandatario estadounidense está determinado a eliminar la venta de armas largas o rifles de asalto (assault rifles) que tienen la capacidad de disparar múltiples rondas de proyectiles de mayor calibre y han sido usadas en tiroteos masivos.

Las 5 ciudades que sufren el mayor número de víctimas por armas de fuego en los Estados Unidos (víctimas por 100.000 habitantes) son Detroit, Michigan (1.96), St. Louis, Missouri (1.93), Baltimore, Maryland (1.88), Memphis, Tennessee (1.63), Springfield, Missouri (1.52).

En Europa el número de víctimas por armas de fuego es muy inferior a los de América Latina y bastante inferior a Estados Unidos. Los países que han registrado el menor número de víctimas (por cada 100.000 habitantes) son: Inglaterra (0.23), Polonia (0.26), Holanda (0.58) España (0.62) y Alemania 0.99). Sorpresivamente, los países que registran el mayor número de víctimas son Finlandia (3.25), Suiza con (3.01) y Francia con (2.83). En el resto del mundo los países que registran las menores víctimas por 100.000 habitantes son: Singapur (0.025), Japón (0.06), Islandia (0.07) y Corea del Sur (0.08).

Qué hacer con todos estos grupos va a determinar el futuro de muchos países y pueblos. Unos buscando fortuna a cuesta de otros y los menos afortunados tratando de sobrevivir y mejorar su forma de vida. Los intereses son muchos y varios y hasta que cuerpos internacionales como la Naciones Unidas no logren ponerse de acuerdo y adopten un sistema de mayor protección general, los altibajos de la delincuencia, los conflictos y de las pugnas a veces fratricidas van a seguir azotando a la humanidad.

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