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Las personas desplazadas de la Cota 905

El Estado es el responsable de asegurarles a los desplazados de la Cota 905 condiciones mínimas de existencia digna y garantizarles sus derechos humanos

 

@dhayanamatos

Aunque se haya dicho tantas veces, no está de más repetir que las principales víctimas de las bandas armadas y de la delincuencia social en los barrios son las personas que allí habitan y que desarrollan en esos lugares su vida cotidianamente.

Contrariamente a la opinión frívola y superficial de algunas personas que creen que todos los habitantes de los barrios son malos, vagos o delincuentes, la realidad muestra que la gran mayoría es gente trabajadora, honesta y decente.

Quienes habitan estos espacios son personas que, por un lado, tienen que hacerle frente a las difíciles condiciones actuales existentes en Venezuela para cubrir las necesidades básicas y, por el otro, deben convivir con altos niveles de violencia, resistir a la delincuencia que azota su realidad pero de la cual ni son parte activa ni son cómplices, solo sobrevivientes.

Todo esto viene a colación por los sucesos ocurridos en la Cota 905, en el enfrentamiento entre los cuerpos de seguridad del Estado y la banda del Koki.

Sin Estado ni liderazgo opositor, manda el Koki

Bastante se ha señalado que la fuerza que han adquirido los grupos delincuenciales en el país obedece a la falta de Estado. En ese sentido, la desinstitucionalización que se aprecia en todos los sectores también se refleja en el poder –sustituto del estatal– que las bandas han ido adquiriendo, ante la vista gorda de las autoridades, en algunos casos y, ¿complicidad en otros?

Es difícil no ser suspicaz sobre este tema cuando se observa el arsenal armamentístico decomisado a los antisociales; se genera el interrogante de si es posible que entre al país ese tipo de armamento sin que sea notado por las autoridades públicas.

Por el otro lado, hay que reconocer la falta de empatía de algunos de quienes se denominan líderes de la oposición venezolana y su falta de conexión con las demandas de la gente, sus necesidades, experiencias, trayectorias y recorridos vitales. Parecen estar más preocupados de tomarse una foto con Biden y de las reacciones de Ursula von der Leyen que de conocer de primera mano los problemas que aquejan a esa población venezolana que pretenden representar.

Esa idea de liderazgo político en la cual hay una conexión entre quien lidera y tiene una visión que quiera compartir, comunicar y conectar con sus seguidores, para organizarlos en aras de una meta común, parece divorciada de la forma en que se comportan algunos de los “líderes” de la oposición venezolana. No saben lo que es “patear calles”, recorrer barrios, conectar, escuchar, sentir a esa ciudadanía que quiere respuestas y reconocimiento de sus problemáticas.

Se trata de un liderazgo que no ha sabido ocupar los espacios abandonados por el gobierno y ante este panorama, donde no están presentes ni los unos ni los otros, las bandas criminales gobiernan, establecen las dinámicas y las normas de actuación: son ellos quienes detentan el monopolio de la violencia, hasta el punto que, donde ejercen su mandato, la policía no se atreve a entrar.

Y en este contexto, se va generando un nuevo grupo de víctimas de la crisis sociopolítica venezolana: las personas desplazadas internas.

Bendiciones a La Vega

Los desplazamientos de la Cota 905

Las imágenes de vecinos de la Cota 905 abandonando sus casas, con unas pocas cosas en la mano y cargando a niños y niñas se volvieron virales… ¡Huyen de la violencia! Y huir, en su acepción común, implica alejarse precipitadamente de un lugar que encierra algún peligro.

Esto fue lo que hicieron, se fueron de sus casas por miedo al peligro que ya habían enfrentado y que temían que volviera a suceder. Además, es importante tener presente la violación de sus derechos humanos.

Cuando se huye no se planifica el viaje, ni se organizan los próximos pasos. Se sale y se deja atrás todo, aunque eso implique una vivienda que costó mucho adquirir, los afectos y el cariño de personas cercanas, los recuerdos, los objetos con valor no solo económico sino sentimental, en definitiva, se deja atrás la vida conocida para enfrentarse a nuevos retos y riesgos. Sin olvidar los efectos del estrés postraumático que pueden llegar a sufrir ante lo vivido.

Eso es lo que ha ido sucediendo en la Cota 905 y sobre lo que es necesario alertar.

¿Refugiados o desplazados internos?

A nivel mundial, hay una clasificación de las personas que huyen de sus hogares y se desplazan según crucen o no una frontera internacional.

Las personas nacionales de un país que huyen de sus hogares por temor a un peligro, se desplazan y cruzan una frontera internacional, es decir, se van a otro país, se les conoce como refugiados. En su caso, opera la protección internacional a la cual los países que han firmado tratados en esta materia se han comprometido.

Según el informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) titulado Tendencias globales desplazamiento forzado en 2020, los cinco países de los cuales proceden el mayor número de personas refugiadas, en orden descendente, son: República Árabe Siria, Venezuela, Afganistán, Sudán del Sur y Myanmar.

Esto quiere decir que los venezolanos representan la segunda mayor proporción de refugiados en el mundo; aunque no se le haya otorgado esa condición expresamente, sí ha habido un reconocimiento de que se trata de una migración forzada por la emergencia humanitaria compleja, agravada actualmente por la pandemia de la covid-19.

En el caso de quienes se desplazan internamente, aunque huyen de su hogar, no hay cruce de fronteras internacionales y se trasladan a otros lugares dentro del territorio nacional (Colombia es el país del mundo con el mayor número de personas desplazadas internamente, aproximadamente 8 millones). En este caso, el Estado en el cual habitan es el responsable de asegurarles condiciones mínimas de existencia digna y garantizarles sus derechos humanos. Así las cosas, el Estado venezolano es el principal responsable de la protección de las personas desplazadas internas de la Cota 905.

En el número 18 de los Principios rectores de los desplazamientos internos de Naciones Unidas expresamente se establece que “1. Los desplazados internos tienen derecho a un nivel de vida adecuado; 2. Cualesquiera que sean las circunstancias, las autoridades competentes suministrarán a los desplazados internos, como mínimo y sin discriminación, y se cerciorarán de que pueden recibir en condiciones de seguridad: a) alimentos indispensables y agua potable; b) cobijo y alojamiento básicos; c) vestido adecuado; y d) servicios médicos y de saneamiento indispensables; 3) Se tratará en especial de garantizar que las mujeres participen plenamente en la planificación y distribución de estos suministros básicos”… ¿Está el Estado venezolano cumpliendo las obligaciones que tiene con los desplazados de la Cota 905?

Preocupación por lo que vendrá

El caso de la Cota 905 no es el primero en el cual las personas abandonan sus hogares por los enfrentamientos armados, ya en el país se han dado otros casos. Se desconoce la cifra de desplazados internos y desconozco si alguna entidad pública o alguna organización internacional les están prestando apoyo, por ello quiero alertar sobre esta situación, para que se monitoree lo que les sucede y que estas personas no terminen en el olvido, con lo que se profundizaría aun más su actual situación de vulnerabilidad.

Desplazados

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