#EnPocasPalabras | La importancia de los microchips - Runrun
#EnPocasPalabras | La importancia de los microchips
Si China invadiera Taiwán y cortara las exportaciones de semiconductores, el ejército estadounidense correría el riesgo de ser superado por su principal rival en la supremacía global

 

Drones, instrumentos de alta tecnología militar, tractores inteligentes en campos agrícolas, centros de datos que procesan millones de gigabytes de datos y el último teléfono inteligente, todos estos dispositivos usan microchips, o semiconductores, como “cerebros”.

El inesperado aumento en la demanda de dispositivos inteligentes ha generado una escasez de chips semiconductores tal que esta pueda persistir hasta mediados del 2023. La revista Fortune Business Insights hasta llega a pronosticar que el mercado global crecerá de $ 452.250 millones en 2021 a $803.150 millones en 2028. Un crecimiento anual del 8,6 %.

Por lo tanto, luego de la primordial necesidad del suministro de hidrocarburos y petróleo a escala mundial, la producción y distribución de microchips se ha convertido en el segundo elemento estratégico más importante en existencia.

En Estados Unidos, la lucha para mantener el ritmo en la fabricación de los microchips se ha agravado al perder una gran cantidad de técnicos especializados en su fabricación; a pesar de que estos reciben sueldos de más de $ 100.000 al año.

La categoría más avanzada de semiconductores producidos en masa, utilizados en teléfonos inteligentes, tecnología militar y mucho más, se identifica como 5 nm. Una sola empresa en Taiwán, conocida como TSMC, produce alrededor del 90 por ciento de ellos a escala mundial. Las fábricas estadounidenses fabrican muy pocos.

Preocupacion geoestratégica

La situación causa gran preocupación porque si China invadiera Taiwán y cortara las exportaciones de semiconductores, el ejército estadounidense correría el riesgo de ser superado por su principal rival en la supremacía global.

Por estas razones, la administración de Joe Biden está usando toda su presión para que grupo bipartidista de senadores apruebe un financiamiento de $52.000 millones para impulsar la industria nacional de semiconductores.

El proyecto de ley ofrecería el tipo de subsidios a los fabricantes de semiconductores que brindan otros países, incluidos China, Corea del Sur, Japón, India y Alemania. Naciones que hace tiempo se han dado cuenta de la gran capacidad y de las ventajas que ofrecen estos elementos electrónicos.

La demora en la aprobación de los subsidios necesarios demuestra que ciertas reglas que se aplican para cumplir con exigencias democráticas, tales como su aprobación por parte de todos los partidos políticos, perjudican los proyectos gubernamentales de suma importancia. Cosa que no ocurre en países con gobiernos autocráticos o dictaduras.

Un conocido comentarista que cubre la fuente del Pentágono se queja de que los partidos políticos no sienten que están cumpliendo con sus obligaciones si no se toman mucho tiempo en considerar y aprobar proyectos e inversiones importantes. Hasta que se dan cuenta de su urgencia y dicen: “¡Qué diablos, mejor que lo respaldemos ya!”.

Los microchips, un poco de historia

Es bueno recordar que la historia de la electrónica moderna empezó en el 1960 con la creación del transistor y su integración en grandes cantidades y luego concentrarlo en circuitos integrados siempre más pequeños.

En los 70 era necesario utilizar varios chips para hacer un procesador de una computadora (CPU). Pero en 1971 la empresa norteamericana Intel consiguió por primera vez “imprimir” todos los transistores de un procesador en un único circuito integrado (el Intel 4004).

Hoy en día las empresas del sector están trabajando al 100 % de su capacidad sin poder satisfacer la gran demanda mundial. Y solamente la empresa taiwanesa TSMC, responsable del 54 % del mercado; y la Samsung de Corea de Sur, con el 17 %, son los que han logrado dominar este mercado de última generación.

La empresa norteamericana Intel, que llegó a ser líder en el mercado, hace años que se está quedado atrás. A tal punto que hoy en día tiene que recurrir al uso de elementos de la TSMC para fabricar muchos de sus equipos electrónicos.

La mayor empresa china, la SMIC (Semiconductor Manufacturing International Corporation) ha quedado aun más atrás a pesar de las sumas millonarias invertidas por Beijín.

La cartera de clientes y socios de la TSMC incluye grandes empresas como la AMD, NVIDIA, Qualcomm, Apple, Sony, Huawei, AWS (Amazon), Apple, Google, Facebook, Microsoft, Nintendo, Ford, Tesla y muchas otras.

Esto explica el porqué, debido a su importancia estratégica, la empresa taiwanesa TSMC, que lidera la elaboración de microchips, está al centro de las disputas geoestratégicas entre EE. UU. y China. Y por qué Biden quiere que los norteamericanos se despierten una vez por todas y vuelvan a buscar el mismo liderazgo tecnológico que han logrado en muchos otros campos.

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