La UE ha hecho la vista gorda con el GNL ruso, mientras que Moscú continúa disfrutando de los ingresos que este rubro aporta
Los países europeos han hecho inmensos progresos en su intento de eliminar su dependencia energética de Moscú, pero aún no puede vivir sin el gas natural líquido GNL -mejor conocido internacionalmente en inglés como LNG- que se produce en Rusia.
Si bien las exportaciones rusas de carbón, petróleo y gas natural canalizados por oleoductos a Europa han caído drásticamente desde la invasión a Ucrania, las importaciones de GNL ruso, una forma líquida y refrigerada que se transporta a través de buques cisterna, han aumentado.
La mayor de esta cantidad de GNL proviene de la empresa privada Novatek, que es la segunda mayor productora de gas natural del país después de Gazprom, y que opera desde el centro Yamal LNG ubicado en el noroeste del círculo Ártico.
Rusia es el cuarto productor de GNL más grande del mundo, representando alrededor del 15 % del suministro total de GNL vendido a Europa, cantidad que se calcula se mantendrá igual el próximo año.
Kaushal Ramesh, analista senior de la empresa Rystad, afirma que Europa desea seguir recibiendo este volumen de gas el mayor tiempo posible, pero advierte que Rusia podría decidir aplicar “recortes estratégicos” como respuesta al intento europeo de cortar por completo los lazos con la energía rusa que en gran parte financia el esfuerzo bélico del Kremlin en Ucrania.
Las sanciones europeas aún no han castigado la importación de gas natural debido a su importancia para la seguridad energética de algunos países. El más necesitado de los cuales es Alemania, la mayor economía del Viejo Continente.
Debido a esta necesidad, la UE ha hecho la vista gorda con el GNL ruso, mientras que Moscú continúa disfrutando de los ingresos que este rubro aporta. Un tácito arreglo que ha pasado desapercibido.
Ramesh informa que la mayoría de las exportaciones de GNL de septiembre fueron a Francia, España y Bélgica, y aclara que algunos de esos cargamentos han sido renviados a países fuera de Europa, incluyendo a China.
La dependencia europea del GNL ruso
Según datos de Rystad en lo que va del año las importaciones globales de GNL a Europa han aumentado un 47 % hasta alcanzar los 86 millones de toneladas cuya gran mayoría ha sido enviado por Estados Unidos y Qatar.
Según los datos proporcionados por Gas Infraestructura Europe, los esfuerzos de reabastecimiento de los países de la UE han tenido un gran éxito. Los niveles de almacenamiento están al 95 % de su capacidad en todo el bloque, equivalentes al 88 % que promedió el bloque en los últimos cinco años en los primeros 11 meses.
De hecho, en las últimas semanas, docenas de barcos repletos de GNL están anclados frente a los puertos de Europa, esperando su turno para descargar sus cargamentos.
Pero todo podría cambiar en la primavera, cuando se espera que Europa intente volver a reducir el nivel de gas proveniente de gasoductos rusos.
No está claro cuántos ingresos obtiene Rusia de sus ventas de GNL en Europa, pero expertos del sector afirman que es casi seguro que es mucho menor que la cantidad que normalmente obtiene por sus exportaciones de gas por gasoductos.
El problema logístico es que un aumento en las importaciones europeas de GNL desde Rusia, que los analistas de la empresa Wood Mackenzie pronostican que alcanzarán los 15.000 millones de metros cúbicos para todo el 2023, no puede compensar la caída esperada de 100.000 millones de metros cúbicos en las importaciones rusas de gas que se calcula serán enviados por tubería durante el mismo período
A diferencia de las exportaciones por gasoductos de Gazprom, las ventas de GNL de Novatek no incluyen los derechos de exportación que es obligatorio aportar directamente de vuelta al Estado ruso.
Es interesante notar que Novatek posee poco más de la mitad del proyecto GNL y que TotalEnergies de Francia posee una participación del 20 %, y dos empresas chinas de energía e inversión comparten el resto.
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