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#DiarioDeUcrania | La guerra de invierno

Todo el mundo espera conocer la suerte del conflicto de Ucrania con la llamada guerra de invierno. Putin no puede ganar y al mismo tiempo tampoco puede darse el lujo de poner fin al conflicto

 

El invierno que acaba de empezar, por cierto, algo tempranero. Tanto en Rusia como en Ucrania puede determinar la suerte del enfrentamiento armado entre de los dos países y el balance de las relaciones internacionales afectadas por esta inesperada guerra.

Dentro del panorama “bellum rationes” de Vladímir Putin y Rusia de no querer aceptar derrotas y de Volodímir Zelenski y Ucrania de no querer entregar ni una parte de su territorio, las circunstancias se complican.

Militarmente, Putin puede salir airoso con la iniciativa de destruir la infraestructura de energía de Ucrania para privar a Kiev y su gente de la electricidad necesaria para sobrevivir el invierno y debilitar su combatividad y determinación.

Por eso en los últimos días ha doblado los ataques de misiles y drones en contra de plantas e instalaciones eléctricas y algunos centros habitados, causando daños mayores que prácticamente han afectado un tercio del territorio ucraniano.

Al necesitar Ucrania urgentemente más armas y respaldo militar de los países occidentales, Putin espera que los aliados de Kiev se cansen y no logren seguir de acuerdo en mantener el aprovisionamiento de Ucrania. Al mismo tiempo cuenta con la ayuda de Irán en el suministro de drones y materiales necesarios para que Rusia pueda seguir castigando a su enemigo.

Por otro lado, Ucrania espera recibir tanto ayuda militar pesada, es decir, nuevos elementos de artillería y sistema antiaéreos como centenares de drones adicionales de varios tipos para combatir los ataques rusos.

Kiev está a punto de recibir una importante ayuda de Inglaterra que consiste de un gran número de carpas militares y tiendas y bolsas de dormir eléctricas para sobrevivir el gran frío de invierno para los soldados en las trincheras, cosa con que no cuentan los rusos.

En la guerra de invierno, operaciones tipo guerrilla

Tácticamente, lo que los periodistas han podido entender de los planes ucranianos es que seguirán con más intensidad las operaciones improvisadas tipo guerrilla para afectar los movimientos rusos e interceptar el aprovisionamiento de armas y comestibles para sus tropas.

Mientras tanto, Sergey Javoronkov, investigador principal del Instituto Internacional de Política Económica GAIDAR, de Moscú, dice que últimamente el estado de ánimo en la capital rusa es cada vez más crítico debido tanto al alza del costo de la vida como a la insatisfacción los resultados contrarios a las expectativas creadas por el Kremlin.

“Se suponía que íbamos a ganar fácilmente. Los altos oficiales prometieron capturar Kyiv en tres días, pero, como todos sabemos, lo sucedido en la invasión ha resultado ser bastante diferente,” dice Javoronkov.

También explica que “es conocido que el efecto de una guerra breve y victoriosa puede provocar entusiasmo, pero si la guerra dura interminablemente y no conduce al resultado deseado, entonces viene la decepción”.

La decepción rusa

Es obvio que esta decepción ha roto la frágil aceptación que había asegurado Vladímir Putin con el pueblo a través de la cual la gente había acordado no protestar por la guerra a cambio de mantener un nivel de vida aceptable y poder vivir en paz.

El creciente número de disidentes ahora incluye los trescientos mil reclutas de septiembre que se preguntan si estarán vivos en unos meses; hay que añadir a los primeros trescientos mil reclutas enviados al frente de batalla en mayo tras los primeros fracasos de la invasión.

Finalmente hay que adicionar los ciudadanos que se han ido o escapando de Rusia desde el comienzo de la guerra.

Los datos obtenidos por varias empresas de investigadores internacionales es que la mayoría de los que han salido son jóvenes, educados y con una gran capacidad. El impacto total de su partida en la economía y la demografía del país aún no se ha materializado ni se podrá calcular a corto plazo.

Mientras todo el mundo espera conocer la suerte del conflicto con la llegada del invierno, los más calificados observadores internacionales dan por descontado que Putin no puede ganar y al mismo tiempo tampoco puede darse el lujo de poner fin al conflicto. Pero sigue convencido de salir indemne gracias a su propaganda, represión y eventualmente el cansancio de la opinión pública en los países occidentales.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

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