Respetemos la diversidad y no dejemos de celebrar la fascinante diversidad humana en un planeta que hasta ahora no tiene comparación en el universo
Después de la caída del Muro de Berlín y el final de la Guerra Fría, la «democracia liberal» estadounidense surgió prácticamente como único modelo político razonable.
Pero luego apareció el islamismo que desafió el liderazgo de Estados Unidos con la culminación del atentado a las Torres Gemelas de Nueva York. Al mismo tiempo surgió China con su despegue económico siempre más incontenible para poner a prueba el liderazgo tanto económico como político estadounidense y de los países del occidente.
China luego engañó al mundo con una serie de liberalizaciones que prometían el lanzamiento de un nuevo formato político. Pero esto, en cambio, ha venido centralizando el carácter autoritario de su régimen sin proponer una verdadera alternativa al sistema occidental.
Ni sueño chino, ni ruso
A pesar de que se sabe que varios líderes políticos chinos tienen muchas dudas, la mayoría sigue el liderazgo de Xi Jinping y declara su sistema político como el mejor del mundo. Argumentan, inclusive, que cada país necesita un liderazgo inteligente fruto de conclusiones alcanzadas por los líderes, es decir los que mandan, y no el pueblo que raramente llega a conseguir altos niveles de educación y conocimientos.
“¿Cómo puede el pueblo tomar decisiones de importancia nacional sin tener todos los conocimientos necesarios para decidir qué es lo mejor?”, se preguntan los defensores del sistema autoritario chino.
Ellos se olvidan de los errores de grandes líderes que han cometido graves errores a través de los siglos, como algunos faraones egipcios, los antiguos zares, emperadores y reyes como Henry VIII, Hitler, Mussolini, Stalin, Franco y hasta muchos papas, que el Vaticano ha considerado infalibles.
Por otro lado, los defensores de los sistemas democráticos argumentan que la verdadera libertad de los pueblos tiene que obligatoriamente reflejar los deseos de la mayoría. Esto significa que la misma se logra solamente a través de libres elecciones que han tomado en cuenta las conclusiones de todos los exponentes de la política y de las opiniones y opciones disponibles.
Sin embargo, el conocido escritor Francis Fukuyama considera que, aunque han aumentado el número de autocracias autoritarias parecidas a la china, ninguna de ellas propone un modelo práctico que pueda considerarse verdaderamente universal.
Por ejemplo, no existe un sueño chino o un sueño ruso que se pueda exportar a otros países y esto explica por qué no existe una «fuga de cerebros” occidentales atraídos por los sistemas chino o ruso.
Democracia… que vivan las alternativas
Si bien muchas de nuestras democracias liberales parecen débiles y caóticas, ningún país o potencia económica ha descubierto y lanzado una alternativa legítima al modelo occidental.
Igual como no se ha podido llegar a una conclusión sobre una sola religión y es más razonable respetarlas a todas dejando a cada individuo la libertad de escoger la que considere que mejor se acopla a su conciencia e intelecto.
Varios filósofos han argumentado que todo esto presenta un universo de opciones carnavalesco y debería ser corregido sistemáticamente a través de estudios que determinen lo que es mejor para el bien de la humanidad.
Puede ser que así sea, pero mientras tanto, respetemos la diversidad y no dejemos de celebrar lo lindo y fascinante de las varias razas, los idiomas y las costumbres de 8 millardos de habitantes de un planeta que hasta el momento no tiene comparación en el universo.
¡Que vivan las alternativas!
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