Después de la locura, la sensatez de la primaria - Runrun
Después de la locura, la sensatez de la primaria
Ante el desconcierto, existe una posible salida. La primaria. Que sirva para legitimar el nuevo liderazgo

 

@ArmandoMartini

¿Que se logró con el final del interinato? Nada, dicen con convencida reciedumbre. Otros, por el contrario, aseguran que se consiguió mucho. Lo cierto es que la ciudadanía burlada, traicionada y hasta ahora ciega, se revela indignada, irritada ante la artimaña de embusteros que se adjudicaban la representación legítima opositora.

La verdad, aunque pestilente, al final siempre se impone. Quedan al descubierto los que con mentiras se hicieron ver como contrincantes del régimen. Caen gamboxes y se arruinan disfraces que hicieron creer a una ciudadanía de una pulcritud mientras pululaban en la porquería, que apesta.

Un interinato al que algunos jefes de Estado le quisieron una fuerza ilusoria e imaginaria, por cierto, malversada y defraudada. Se constituyó en 2019 un gobierno escrito en un documento de una Constitución enana, de libro chiquito, con poder y respeto reducido. Y lo primero, en su mala costumbre, fue repartirse cargos diplomáticos y de empresas en el exterior.

Eligieron en su minoría ciudadanos serios y de buena escuela, pero sin iniciativa. Dependían del vaivén político y la componenda amiguera del Estatuto de la Transición que debió llamarse Ley para la Traición. ¿Qué clase de Gobierno era ese? Al único que se le ocurrió algo, y pensó en él para equivocarse, fue el flamante ministro del gabinete, que intentó un golpe de Estado solitario. Y, a descampado, sin saber qué hacer, terminó escondiéndose en la embajada de España, llegando a la conclusión de que la cárcel no le hacía bien.

Washington espera en cómoda disposición. No es cuestión ética ni política, es una postura pragmática. El oficialismo con cuotas individuales manda en Venezuela con la cúpula militar. Porque tiene armas y son cogobierno. Las leyes nacen de estos personajes, y quienes deben discutirlas para luego aprobarlas, no lo hacen. Las reciben y deben ser como ellos quieren que sean. Se reparten el poder, cada lapso, o por sectores.

Venezuela tiene que tomar la decisión de romper con las cadenas del fracaso, la infelicidad, la malaventura e inutilidad. Con un ciudadano sumido en miseria, hambriento, con salario paupérrimo, comiendo de la basura, sin medicinas y la economía estancada, aunque se empeñen en gritar proclamas engañosas, y a las que nadie hace caso.

Ante el desconcierto, existe una posible salida. La primaria. Que sirva para legitimar el liderazgo y dar oportunidad al ciudadano de elegir quién será su representante. Pero la Comisión de Primaria, a pesar de haber anunciado que darían a conocer el cronograma antes de finalizar el año, aún no lo hace y guarda silencio, ¿Por qué? Será que prorrogan esperando la respuesta de quienes dicen representar la neutralidad del árbitro; cuando, en realidad, son infiltrados. El Poder Electoral es obediente al régimen violador de los derechos humanos, investigado por la Corte Penal Internacional.

La necesaria imparcialidad de la primaria

En la vida existen códigos éticos, morales y de buenas costumbres. Si no recuperan la libertad de actuar, se aseguran un lugar en la memoria ciudadana que jamás olvidará la burla, atropello y traición. Serán recordados con desprecio. Pero los caguetas inseguros, y seguros de perder, claman por el consenso y cobardes asustadizos lo plantean, sin considerar que el costo de aceptarlo será rechazado por la ciudadanía.

¿Qué tanto atrae la primaria? Nada, a menos que se organice con excelencia, transparencia, imparcialidad, sufragio en el exterior sin obstáculos y ninguna participación del CNE. Solo así se garantiza un rotundo éxito. Lo sensato es que se publique un cronograma sin demora, porque la dictadura quiere meter sus narices para boicotearla, sabiendo que es la gran oportunidad para unir al país. La primaria es del ciudadano, donde participen todos. El venezolano clama un proceso abierto, inclusivo; tú marcas tu boleta, la introduces en una urna transparente, te quedas, cuentas los votos. De esa manera, la asistencia de las mayorías será masiva y legitimará el liderazgo.

Los venezolanos desean buen vivir, con dignidad, un futuro distinto, en una nación donde abunde lo material y la institucionalidad para una mejor calidad de vida.

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