La ONU: tiempo de dar respuestas
La AGNU dejó una tarea en el esquisto: hora de revisar la misión de la ONU, de dar respuestas como órgano fundamental de la paz mundial, del orden público internacional y la defensa real de los DD. HH.
La Asamblea General de las Naciones Unidas [AGNU] 2024, tuvo una agenda múltiple donde destacaron los discursos por la paz en las guerras de Gaza e Israel, Ucrania y Rusia; el calentamiento global, la pobreza, la trascendencia de las NNUU y de los organismos multilaterales como garantes de la seguridad, la paz mundial, y las elecciones en Venezuela. Fuertes críticas fueron escuchadas contra el régimen de Caracas por líderes de Europa, EE. UU., Canadá y Latinoamérica, así como la propia ONU como organismo internacional impedido de prevenir, evitar o solucionar conflictos.
Los gobiernos de Argentina, Australia, Austria, Bosnia y Herzegovina, Canadá, Costa Rica, Croacia, Dinamarca, la República Dominicana, Estonia, Alemania, Guatemala, Guyana, Hungría, Irlanda, Italia, Kosovo, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Países Bajos, Panamá, Perú, Portugal, Eslovenia, España, Suecia, Ucrania, el Reino Unido y Estados Unidos, y la Unión Europea, esto es, 31 países reunidos al margen de la AGNU, “aplauden al pueblo venezolano por su participación en las elecciones presidenciales del 28 de julio a pesar de las importantes dificultades”, donde más de 12 millones de personas acudieron a las urnas y ejercieron su derecho al voto, por lo que “su voluntad expresada en las urnas, debe ser respetada”.
La crisis política venezolana es un claro ejemplo de cómo la ONU no ha sido eficaz asegurando la dignidad, la libertad y la soberanía de pueblos indefensos.
La ONU en el abismo
La AGNU dejó una tarea en el esquisto: hora de revisar la misión de la…
Queremos destacar los discursos que hicieron referencia a Venezuela como expresión de apoyo, pero también de fragilidad global para combatir gobiernos ilegítimos y transgresores del derecho internacional, sus propias constituciones y el derecho consuetudinario.
Desde Italia a la Patagonia
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, declaró ante la AGNU que los sistemas políticos democráticos están bajo una presión sin precedentes debido a la “fragmentación económica, el resurgimiento de conflictos y la falta de solidaridad global”. Se refirió a la necesidad de reformar los organismos internacionales, comenzando por el Consejo de Seguridad de la ONU. La primera ministra italiana instó a la comunidad internacional a “que no permanezca impasible por la situación que se vive en Venezuela, donde se está llevando a cabo una brutal represión” pidiendo “alzar la voz” por las víctimas de violación de DD, HH.
Santiago Peña, presidente de Paraguay, también hizo mención de la situación en Venezuela expresando que “los resultados oficiales de las elecciones presidenciales del 28 de julio ignoraron la voluntad del pueblo”. Señaló que “el proceso estuvo marcado por graves actos del régimen chavista, incluyendo persecuciones a los principales actores de la oposición y detenciones arbitrarias“. En ese sentido, reiteró su “apoyo a las fuerzas democráticas de Venezuela que luchan contra el autoritarismo por el retorno a un sistema verdaderamente democrático y no de fachada”.
El mandatario chileno, Gabriel Boric, destacó la necesidad de una salida política que reconozca el triunfo de la oposición en los comicios presidenciales del 28 de julio. “Estamos frente a una dictadura que pretende robarse una elección, persigue a sus opositores y es indiferente al exilio de millones de sus ciudadanos. Se requiere una salida política que reconozca el triunfo de la oposición en las últimas elecciones y lleve adelante una transición pacífica a una democracia en forma.” Una dictadura que es indiferente al exilio, no de miles sino de millones de sus ciudadanos. Condenó el doble estándar internacional en la violación de los DD. HH. y llamó a respetarlos sin importar “el color político”.
Bukele, presidente de El Salvador, se defendió de las críticas indicando que en su país y bajo su mandato no se encarcelan a los opositores, no se censuran opiniones ni se confiscan bienes de quienes piensan diferente. “No arrestamos a las personas por expresar sus ideas”, enfatizó.
Guatemala, representada por su presidente César Bernardo Arévalo de León, se manifestó contra la represión y en defensa de los principios democráticos en Venezuela y Nicaragua. “Rechazamos en el hemisferio y en todo el mundo los intentos por reprimir las aspiraciones de libertad y justicia que expresan los pueblos del mundo mediante procesos libres y democráticos como está sucediendo en estos momentos en Venezuela y en Nicaragua”.
Javier Milei no disimuló su disputa con Maduro. La canciller argentina, Diana Mondino, indicó que “hay vientos autoritarios, que soplan en el continente y que espera que no se conviertan en huracán“. Advirtió que la situación política en Venezuela tiene consecuencias para muchos países. Y remató Milei: “El modelo de Naciones Unidas ha sido reemplazado por un modelo de gobierno supranacional de burócratas internacionales que pretenden imponer a los ciudadanos del mundo un modo de vida determinado […] Hemos visto cómo una organización que nació para defender los derechos del hombre ha sido una de las principales propulsoras de la violación sistemática de la libertad, como las cuarentenas a nivel global durante el año 2020, que deberían ser consideradas un delito de lesa humanidad”.
Según Milei “en esta misma casa [ONU] que dice defender los DD. HH., han permitido el ingreso al Consejo de DDHH, a dictaduras sangrientas como la de Cuba y Venezuela, sin el más mínimo reproche […] en esta misma casa que dice defender los derechos de las mujeres, permite el ingreso al Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, a países que castigan a sus mujeres por mostrar la piel […] es esta misma casa donde se ha votado –sistemáticamente– en contra del Estado de Israel, el único país de Medio Oriente que defiende la democracia liberal, mientras se ha demostrado –en simultáneo– una incapacidad total de responder al flagelo del terrorismo.
Estados Unidos, Centroamérica, Sudamérica y el Caribe
Joe Biden, en su despedida de las NNUU, se pronunció sobre diversas problemáticas globales, destacando especialmente el fraude electoral perpetrado por el gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, dijo: “El objetivo único es garantizar que la voluntad y los votos del pueblo venezolano sean realmente respetados, que puedan determinar su propio futuro y sus voces sean “escuchadas […] Venimos aquí unidos en el compromiso de defender los DD. HH. del pueblo venezolano y comprometidos a lograr un esfuerzo inclusivo liderado por Venezuela para restaurar el futuro democrático de la nación”.
El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, afirmó que “no se trata de presentar las actas, se trata de condenar el fraude”. El Gobierno uruguayo y el Gobierno panameño son radicales en su postura sobre Venezuela. No reconocen la victoria de Nicolás Maduro en las elecciones del 28 de julio y no piden la publicación de actas electorales oficialistas, sino directamente el traspaso de poder a Edmundo González Urrutia. El presidente de Panamá, José Raúl Mulino Quintero, fue tajante con el accionar del régimen venezolano y condenó que se autoproclamó vencedor en los últimos comicios. “Adjudicarse un triunfo sin presentar las actas es como querer ganar un juicio sin presentar pruebas”, sentenció.
Interesante subrayar la postura de Irfaan Ali, presidente de la República Cooperativa de Guyana. El mandatario se refirió a las tensiones con el régimen de Nicolás Maduro por el Esequibo y aseguró que “Guyana ha tenido que hacer frente a la agresión de Venezuela”, pero valoró que “el derecho internacional y su aplicación estricta han sido nuestro escudo para protegernos de dicha agresión”. Sugiero responder urgentemente la declaración de Irfaan Alí y recordar(le) que sus actos de disposición y explotación en territorio en disputa –tanto a nivel continental como en la franja marítima– también son actos de agresión y violación del derecho internacional.
El presidente de República Dominicana, Luis Abinader, advirtió en la AGNU sobre el grave deterioro de la democracia en América Latina. “Tenemos el ejemplo de Venezuela que combina la concentración del poder, la persecución de la oposición y la censura a los medios”, afirmó el presidente dominicano. El mandatario resaltó la necesidad de publicar todas las actas electorales y verificar su transparencia para garantizar la legitimidad de los resultados de las presidenciales del pasado 28 de julio, en las que Nicolás Maduro se declaró ganador. “Sin esta publicación no puede declararse un ganador legítimo”, subrayó.
El canciller de la República de Costa Rica, Dr. Arnoldo André, resaltó los retos que enfrenta la humanidad, y en el rol que debe cumplir el multilateralismo, y se refirió a los desafíos de la democracia en la región: “una democracia no persigue ni intimida; no encarcela ni tortura por motivos políticos”.
No más normalización
El canciller de Costa Rica [Arnoldo André] dio con l’état de la cuestión: “No permitamos que, una vez más, se normalice la represión y la dictadura en Venezuela…”.
En consecuencia, una de las grandes conclusiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas fue producir una gran reflexión sobre la necesidad de no vivir en una paz aparente donde la cooperación entre las naciones –como principio fundamental de la estabilidad mundial– aún no es capaz de superar, prevenir o evitar guerras como la de Ucrania, que ha matado a más de 300.000 hombres y herido a más de un millón, o el conflicto en el Medio Oriente o el resurgimiento o permanencia de dictaduras abominables.
Tenemos naciones como Venezuela, donde se vulneran a más de once millones de personas que viven en el umbral de la hambruna. Un régimen con millones de muertos por violencia y más de 8 millones de desplazados, impactando gravemente todo el continente. La humanidad ha estado advertida de este deterioro institucional y poco ha podido hacer para ponerle fin.
Cuba –un régimen que ya suma 6 décadas de autoritarismo, anomia, censura y paredón– aún sigue gobernando y reconocido como Estado- parte de la ONU. Inconsistencias que merecen una revisión según lo alerta la primera ministra Meloni, cuando habla de “falta de solidaridad global, fragmentación e inoperancia del Consejo de Seguridad del ente mundial”.
Las Naciones Unidas, en vez de enfrentar estos conflictos, “invierte tiempo y esfuerzo en imponer a los países pobres qué y cómo deben producir, con quién vincularse, qué deben comer y en qué creer, cómo pretende dictar el presente Pacto del Futuro” [Javier Milei dixit], lo cual evidencia una extraviada misión y objetivo del organismo.
En conclusión, la Asamblea General de las Naciones Unidas evidenció como agenda sus propias debilidades. Mandatarios que elevaron su voz para pasar de la retórica y la diplomacia a la acción. De cómo hacer real la doctrina sobre el deber de prevenir y proteger, la Justicia Penal Internacional de la Corte de La Haya o la resolución de disputas en el Medio Oriente o Ucrania. La ADNU cuestionó cómo la defensa de los DD. HH. se ve afectada por la retórica de la no intervención y la autodeterminación de los pueblos, subyugados por regímenes totalitarios. La capacidad de arbitraje o condena de los órganos multilaterales y de los Tratados de defensa global o regional de DDHH, seguridad y defensa, han sido sustituidos por la conveniencia de intereses particulares, la agresión impune y actos de guerra unilaterales.
El cuento de los derechos humanos
La AGNU dejó una tarea en el esquisto: hora de revisar la misión de la…
La AGNU dejó una tarea en el esquisto: es tiempo de revisar la misión de la ONU, de dar respuestas como órgano fundamental de la paz mundial, del orden público internacional, de la defensa real de los DD. HH. y del desarrollo sostenible [que es libertad] de los pueblos más vulnerables.
Al decir de Charles De Gaulle: “Une cause celle de l’homme, un nécessité c’est les progrès mondiale, un devoir c’est luis de la paix” (Una causa la del hombre, una necesidad es el progreso mundial, un deber es la paz).
vierablanco@gmail.com
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