Salir de nuevo a la calle será tan difícil como el confinamiento - Runrun
Salir de nuevo a la calle será tan difícil como el confinamiento
El Coronavirus impuso cambios en las rutinas, conductas, sistemas económicos, de salud, educación y empleos
Venezolanos se debaten entre el miedo de contagiarse de covid-19 o morir de hambre
Incertidumbre, miedo a salir a la calle y a tomar el transporte público, obsesión por la limpieza y el síndrome de la cabaña son algunas manifestaciones que le pueden ocurrir a los venezolanos

 

@yeannalyfermin

 

Carolina Aguirre confiesa que se enteró de que por el mundo se estaba propagando muy rápidamente un virus altamente contagioso y letal era porque ya habían varios casos en Colombia y miles en todo el mundo. Aguirre, técnico en mecánica dental y madre de dos hijos, comenta que cuando su jefe le dijo que debían cerrar el consultorio para acatar la orden de confinamiento, rápidamente corrió a abastecerse de comida y productos de limpieza, insumos que, con el paso de los días, ya se acabaron y que por la situación económica no hay manera de reponer. 

Asegura que cuando escuchó a Maduro informarle al país sobre la flexibilización se alegró, pero cuando analizó la coyuntura se sintió insegura. “Me da miedo salir a la calle porque trabajo con público y me puedo contagiar, pero más miedo me da no tener nada en la nevera y que mis hijos me digan que tienen hambre. Tengo que hacerlo, no hay de otra”. 

Al igual que Carolina, Haydee Parada también volvió a su trabajo como cajera en una ferretería en Los Dos Caminos en Caracas. Su jefe la llamó por teléfono para informarle que abrirán de lunes a viernes de nueve de la mañana hasta las dos de la tarde. A ella la noticia no le hizo gracia, pero no puede dejar su principal fuente de ingresos en estos momentos. “Quiero volver a la ferretería, pero siento miedo porque cada vez salen más y más casos de coronavirus y por mi trabajo soy más vulnerable a enfermarme con coronavirus”, dijo.  

 

Un salto a la incertidumbre

El coronavirus, al igual que todas las pandemias que han ocurrido a lo largo de la historia, ha transformado la vida de todos los seres humanos imponiendo cambios en las rutinas, conductas, sistemas económicos, de salud, educación y empleos. En Venezuela la situación se complica porque sus ciudadanos se debaten entre la disyuntiva de salir a la calle cuando los casos de la enfermedad se multiplican a diario o morir de hambre por la crisis económica que atraviesa la nación desde el año 2015. 

En cadena nacional, Nicolás Maduro ha afirmado en reiteradas ocasiones que la cuarentena es para prevenir que los casos de covid-19 se multipliquen. Sin embargo, mucha gente no acató la orden y salían a la calle. En lugares como Petare, en el municipio Sucre y en Catia, al oeste de la capital, se podía ver a través de reportes en Twitter, gran cantidad de personas aglomeradas y sin usar tapabocas. Mientras esto ocurría, la venta de gasolina estaba paralizada en el país. Expertos en materia económica y petrolera aseguraron que el confinamiento era en realidad para prevenir un estallido social por la falta de combustible. Como panacea, la administración de Maduro importó cinco tanqueros cargados con combustible y aditivos para procesar provenientes de Irán. 

Según un estudio del Índice Global de Seguridad Sanitaria (Global Health Security Index), Venezuela está entre los 20 países peor capacitados para gestionar epidemias. La nación obtuvo el puesto 176 de 195 con un índice de 23,0. En el ranking compite con Burundi (22,8), Eritrea (22,4), Siria (19,9) y Yemen (18,5).

 

Tan extraña como una normalidad relativa

La psicóloga clínico, Maritza Santaella afirma que el retorno a una “normalidad relativa” en medio de la pandemia del coronavirus no será sencillo, pues los cambios sociales y personales de cada individuo jugarán un papel fundamental en la construcción de las relaciones interpersonales. 

“Volver al trabajo con cualquier plan de flexibilización, así se tomen todas las medidas de prevención, va a generar en los ciudadanos miedo, ansiedad y paranoia por el temor a contagiarse con covid-19, en un país donde el sistema sanitario está tan deteriorado”, afirmó Santaella.  

La psicóloga explicó que entre las complicaciones emocionales que podrían sufrir los venezolanos por el retorno al trabajo están la sensación de incertidumbre, el miedo a salir a la calle y a tomar el transporte público, angustia, desconfianza, obsesión por la limpieza y el síndrome de la cabaña o el miedo de salir a la calle y querer permanecer todo el tiempo en casa. 

Por su parte, el sociólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela, Trino Márquez, afirma que no se trata de si la sociedad está preparada o no para una flexibilización de la cuarentena en pleno pico del crecimiento del coronavirus. Explica que el proceso de contracción económica y la hiperinflación más aguda del planeta obligan a los venezolanos a tratar de sobrevivir incluso a riesgo de su propia vida. 

Según un estudio publicado a principios del mes de abril por la revista médica The Lancet, las órdenes de confinamiento no deberían levantarse por completo hasta que se encuentre la vacuna contra el coronavirus. Según este estudio, el levantamiento prematuro de medidas podría provocar una segunda ola de infección.

 

Volver o no volver al trabajo

Una encuesta realizada a través de la cuenta en Twitter de RunRun.es sobre volver o no volver al trabajo en este momento en el que están aumentado las cifras de contagio por coronavirus, de 1358 votos obtenidos 53.6% afirmó que quiere volver al trabajo. 10.9% dijo que se acostumbró a estar en casa y 35.5% manifestó que sentía miedo de salir a la calle a trabajar. Entre los comentarios que se obtuvo en la encuesta, varios usuarios afirmaron que no han dejado de trabajar en ningún momento debido a sus profesiones, otros escribieron que querían trabajar. 

 

 

Mientras pasa la pandemia o logran probar una vacuna contra la enfermedad, Ana Antequera prefiere trabajar desde su casa con las clientas que ha ganado desde hace más de 15 años con su oficio de peluquería. “Yo prefiero esperar un poco más, me da miedo enfermarme y más por las condiciones del país, que no hay ni guantes. Siento temor cuando salgo a la calle, así tome todas las medidas de precaución. Mi socia en la peluquería quiere volver, pero yo le digo que esperemos unas semanas más”, dijo. 

A propósito de esto, la psicóloga clínico y psicoterapeuta de la UCAB, Maripili Golpe afirma que la cuarentena ahora también nos enfrenta a echar de menos la casa y las rutinas adquiridas que facilitaron las vivencias dentro del hogar. Explica que aunque la situación coloca a todos en una zona “límite” lo más recomendable es combinar las dos vivencias y tener un propósito claro sobre lo que se quiere lograr de ahora en adelante.

 

Del 5×10 al 7×7

El pasado 30 de mayo la administración de Nicolás Maduro anunció el plan cinco días de flexibilización por 10 de cuarentena, el cual le permitía a 10 sectores de la economía venezolana funcionar en diversidad de franjas horarias desde el próximo lunes 1° de junio hasta el viernes 5, para luego no volver a laborar por un período de 10 días en los cuales se debía mantener la cuarentena total. 

“Venezuela está preparada para entrar en una fase de nueva normalidad relativa con un plan organizado, disciplinado y consciente, para un proceso de flexibilización que beneficie a la familia  y a la economía”, fueron las palabras del gobernante para ese momento. 

Sin embargo, el mismo 5 de junio la la vicepresidenta Delcy Rodríguez anunció en cadena nacional que la flexibilización (de cuatro días) había sido “un éxito” y que por tal razón la fórmula que se va a aplicar es la de 7×7. Siete días de trabajo por siete días de cuarentena, justo cuando se está dando un aumento exponencial de casos por COVID-19. 

El pasado 12 de junio, Nicolás Maduro decretó la extensión de cuarentena en Venezuela por 30 días más. “Se prorroga por treinta (30) días el Estado de Excepción de Alarma en el país dadas las circunstancias de orden social que ponen gravemente en riesgo la salud pública y la seguridad de los ciudadanos”, especifica la Gaceta Oficial 6.542

La Organización Mundial de la Salud estableció una serie de condiciones para que los países comiencen progresivamente a flexibilizar la cuarentena, entre ellas están: contar con recursos sanitarios suficientes, minimizar los riesgos en lugares con alto potencial de contagio, establecer medidas preventivas en los lugares de trabajo, gestionar el riesgo de importar y exportar casos de la enfermedad y asumir la importancia de que todos los ciudadanos se muestren comprometidos con las limitaciones. 

Sobre el retorno al trabajo, Trino Márquez considera que el Estado y el sistema de salud son quienes deben prepararse para la flexibilización de la cuarentena. A su juicio, en los últimos 15 años la atención hospitalaria se ha deteriorado de manera alarmante.

 

 

 

Un país distinto al de marzo de 2020

Domingo Urbina es albañil desde hace más de 20 años. Asegura que no sabe hacer nada más que construir casas, grandes edificios y cualquier obra que le pidan. Desde que Urbina supo de la noticia de que el sector podría comenzar a laborar bajo el esquema de flexibilización, supo que nada volvería a ser como antes. “Íbamos a comenzar a trabajar en una obra nueva, pero cómo podemos hacerlo, si el trabajo de albañilería es duro y pesado y necesita de muchas personas para poder terminarse, además la economía está prácticamente paralizada, preferimos esperar 

Urbina confiesa que se tomó muy en serio lo de la cuarentena, salía estrictamente a lo necesario, pero los ahorros que tenía destinados para sobrellevar a cuarentena, se le acabaron. “Salí a trabajar cuando Maduro dio la orden, pero me encontré con el miedo de mis compañeros de salir a la calle, la inseguridad de mi jefe sobre si seguir con los planes de la nueva obra o mantenernos en casa y también vi que muchos de mis conocidos están pasando mucha hambre con esta situación”, dijo. 

Las secuelas que dejará el coronavirus en la sociedad venezolana van a ser muy graves, afirma Trino Márquez. “En el plano económico, el desempleo y el cierre de empresas orientadas al área de servicios, restaurantes, transporte y otras actividades comerciales, serán los principales afectados porque con el cierre de estos, el sector formal del trabajo recurrirá al sector informal”, dijo el sociólogo. 

“El coronavirus dejará una sociedad más golpeada, arruinada, pobre y más vulnerable, lo que traerá un efecto negativo sobre el futuro inmediato de la nación”, expresó Trino Márquez. 

Sobre los nuevos cambios a los que deben enfrentarse los venezolanos será el teletrabajo o trabajo desde casa, lo que resulta beneficioso para las empresas porque reducirían gastos, pero fomentará el empleo informalizado por vía remota.

El comportamiento de la gente en cuanto a las costumbres y expresiones de cariño también será un cambio que de deje el coronavirus. “Los venezolanos estamos acostumbrados a expresarnos a través del lenguaje corporal. Va a ocurrir que las personas no quieran asistir a lugares concurridos por temor. Habrá un cambio cultural importante”, aseguró.

La psicóloga Maripili Golpe explica que para asumir la situación es necesario aceptar la realidad, asumirla y hacerle frente. Para sobrellevar la situación recomienda descansar ocho horas, llevar una dieta balanceada, practicar alguna actividad física y conectarse con cosas que satisfagan el cuerpo y el espíritu. 

Golpe afirma que es necesario realizar una preparación psicológica propia y profunda antes de enfrentarse nuevamente a la calle. “Ante la incertidumbre, creatividad y resiliencia”, enfatizó.