Reinventarse en pandemia: “De las crisis surgen oportunidades” - Runrun
Reinventarse en pandemia: “De las crisis surgen oportunidades”
El confinamiento no ha sido obstáculo para que sus negocios se vayan a la quiebra, por el contrario, la situación los ha empujado a trazarse nuevas metas
En tiempos de confinamiento la solidaridad siempre dice presente entre los venezolanos

@yeannalyfermin

 

La imprevista llegada del coronavirus paralizó y debilitó la economía de todos los países del mundo, pero en Venezuela la situación ha sido más compleja por la contracción que ya presentaba antes de la pandemia, el desplome de la producción petrolera, la mayor inflación registrada en Latinoamérica y el ingreso salarial más bajo de todo el continente. Sin embargo, nada de esto ha sido impedimento para aquellos emprendedores que decidieron reinventarse y desafiar todas las condiciones adversas.

La cotidianidad que ha surgido como consecuencia de la cuarentena, el distanciamiento y las medidas de prevención sanitaria, ofrece oportunidades que ha permitido a algunos mantenerse a flote y pensar en el futuro.

Sin salir de casa

MG campamentos es un emprendimiento venezolano que se fundó hace 23 años. Al igual que muchos proyectos venezolanos, ha experimentado cambios que no han amilanado las ganas de seguir ofreciendo diversión para los más pequeños de la casa. Con una sede física en Nirgua, estado Yaracuy, la finca está rodeada por sembradíos de naranjas, espectaculares vistas a las montañas, piscinas y muchas áreas recreativas. 

Juan Carlos González, director de planificaciones del campamento MG, comentó que cuando arrancaron solo hacían temporadas privadas familiares con un máximo de 60 campistas, con el pasar del tiempo lograron duplicar la cantidad de niños. Luego migraron a hacer campamentos corporativos -para los hijos de los trabajadores- y pasaron de manejar 300 campistas a 1000 en tan solo un año. Después llegaron los campamentos colaborativos, necesitaban ayuda y en vez de competir con otros campamentos lograron alianzas para poder manejar entre 10 mil y 15 campistas. En el momento de hacer los campamentos comunitarios, que no solo abarcan empresas privadas sino también públicas, llegó la pandemia y como a todo negocio les afectó, pero no se quedaron de brazos cruzados y se lanzaron de lleno al tema online. 

“Empezamos con este proyecto de temporadas virtuales cuando en Semana Santa nos dimos cuenta que los niños ya tenían dos meses encerrados y decidimos brindarle una opción de entretenimiento. Hicimos una prueba piloto donde invitábamos a los campistas a hacer actividades como cocinar, hacer experimentos, actividades que ya hacíamos en el campamento, buscamos la manera de adaptarlas para poderlas hacer en casa”, afirmó Carmen Mibelli directora del área de entrenamiento de los guía de campamento.  

“La crisis de la pandemia nos brindó una oportunidad para abrirnos a un mercado nuevo, abrirnos a un servicio, un producto, una experiencia diferente que puede mantenerse en el tiempo independientemente de que haya pandemia o no”, afirmó González. 

El director de planificaciones del campamento indicó que en estos momentos es cuando más se necesita de la solidaridad del venezolano y por eso todos los campamentos virtuales los están realizando de forma gratuita. 

El refrán popular “si del cielo te caen limones, aprende a hacer limonada”, sin duda, define perfectamente a todos los venezolanos que a diario están pensando en la manera de adaptarse a los cambios para crear exitosos modelos de negocios. 

Protegerse de la lluvia o vender paraguas

Para Luis Moreno, cofundador de Emprered y presidente de la Asociación Civil Banauge, la situación del emprendimiento en Venezuela tiene dos caras. “Hay emprendimientos que se han visto fuertemente afectados porque no forman parte de las áreas prioritarias, para algunos ha sido bastante complejo. Sin embargo, conocemos de empresas que se han reinventado cambiando de actividad o adaptando el servicio o producto de acuerdo con la necesidad”, dijo. 

La historia de Rocco Raspatelli es la de otro negocio que tuvo que reinventarse por la pandemia. Raspatelli  es ingeniero naval, su padre, de nacionalidad italiana, siempre estuvo en el ramo del calzado. Mientras Rocco estudiaba, su padre se encargaba de la administración y de las ventas se ocupaban terceras personas que al final lo estafaron y lo dejaron en la calle, hasta que un día decidió tomar las riendas del negocio y dejar a un lado su profesión. 

Rocco trabajó para marcas como Romano, Reebok y Kickers. Después de todo eso decidió nuevamente montar su propia empresa y con el pasar de los años llegó la crisis económica a Venezuela y las importaciones chinas. 

 

 

 

“Estas importaciones lo que han hecho es traer calzado importado sin pagar ningún arancel. Demasiado producto importado. Ni siquiera la mitad de los insumos que uno necesita cuesta lo que cuesta un zapato importado chino. Es prácticamente imposible competir con ellos”. 

Cuando llegó el coronavirus a Venezuela, Rocco se fijó rápidamente en las caretas de protección facial y vio en ello una oportunidad de negocio. 

“Vi las caretas tan endebles y mal hechas que me dije voy a combinar la industria del calzado con la industria del plástico. Me dediqué a hacer ciertas pruebas y cree un producto (caretas RONI) con buen acabado, bandas elásticas resistentes, bordes bien redondeados para evitar que tropiece con la oreja, amortiguación en la frente y buen plástico transparente”, dijo Raspatelli. 

El empresario experto en el ramo del calzado lleva tres meses produciendo caretas de bioseguridad, afirma que está trabajando en crear otros productos de protección facial. “Ahorita no estoy haciendo zapatos, estoy dedicado al ramo de las caretas”, afirmó. 

Rocco raspatelli no ha podido distribuir su producto a nivel nacional por el tema de la gasolina, pero las ha entregado gratuitamente a varias instituciones médicas para que se protejan de la enfermedad. 

Digitalizarse no es opcional

Para el cofundador de Emprered, en este momento es factible un emprendimiento, siempre y cuando cuente con el componente digital. 

“Todo emprendimiento que se plantee salir al mercado debe tener un componente digital importante porque si elaboras un producto y no tienes la capacidad de hacérselo llegar al cliente, el cliente buscará otro servicio que le brinde ese beneficio”, afirmó. 

Sobre si es factible emprender en estos momentos, Luis Moreno enfatizó que siempre va a haber necesidades que cubrir y problemas que atender en el país. Lo único que van a cambiar son las necesidades.

“Ahorita los negocios más factibles son los relacionados con el tema alimentación, salud y bioseguridad para evitar la propagación del COVID-19, también todos aquellos relacionados con el agua y las plataformas de entretenimiento, aseguró el presidente de Banauge, Institución modelo en la prestación de servicios integrales a emprendedores y microempresarios.

“De las crisis surgen las oportunidades”

Armando Castillo tiene 21 años, estudiaba segundo semestre de contaduría pública en la Universidad Arturo Michelena en Valencia, estado Carabobo. Meses antes de que anunciaran los primeros casos positivos de COVID-19, había abandonado la carrera porque, por el momento, no podía seguir costeando sus estudios. 

Cuando anunciaron los primeros casos positivos de coronavirus en Caracas, Armando se imaginó lo complicada que se iba a poner la situación y pensó en sus abuelos y tíos que son ya personas de la tercera edad. Desde el mes de mayo es quien hace las diligencias de su familia y también los de otras personas que presentan condiciones de riesgo de llegar a contagiarse con el nuevo virus. 

“Voy al supermercado, a la bodega, a comprar el gas, pagar los servicios, hago reparaciones de tuberías, electricidad, lo que mi gente necesite, si está a mi alcance, lo hago. Hasta le mato los antojos a las mujeres embarazadas, una vez una clienta me pidió que le hiciera el favor de comprarle una malta como a las diez de la noche”. dijo sonriente el joven. 

Armando es como un delivery a tiempo completo, afirma que gracias a la pandemia encontró un trabajo donde es su propio jefe, lo llena de satisfacción y también le deja buen dinero. Asegura que cuando la pandemia termine, seguirá dedicándose a facilitarle la vida a sus vecinos. “Me imagino con una página web donde me hagan pedidos”. 

Economía con respirador artificial

El Fondo Monetario Internacional (FMI) para el mes de abril estimó que Venezuela será el tercer país con peor comportamiento económico producto del confinamiento. 

Por su parte, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó un informe en el que alertaba que las pequeñas y medianas empresas que dependen de las ventas diarias podrán verse sometidas a un grave estrés financiero lo que conllevará al despido de muchos empleados. 

Luz Aimara Morales, directora del Centro de Innovación y Emprendimiento (CIE) de la UCAB, en un artículo publicado en el Ucabista.com afirmó que muchos proyectos se han hecho posibles debido a la crisis, pero advirtió que, aunque el contexto de la pandemia expone ciertas oportunidades que no serían evidentes en circunstancias normales, cualquier interesado en arrancar proyectos de este tipo debe considerar las limitaciones del entorno venezolano.