Consulta popular obliga a la oposición a revisar su narrativa - Runrun
Consulta popular obliga a la oposición a revisar su narrativa
Politólogos consideran que tras la consulta popular debe haber una revisión de la narrativa por parte de la oposición y que sus estrategias deben ser más realistas ante las expectativas de los ciudadanos
Además indican que las cifras de participación pueden ser cuestionables porque no hay un sistema de auditoría institucional y transparente que permita una interpretación clara y tangible

@saracosco

Tras la consulta popular, los diputados de la Asamblea Nacional aprobaron un proyecto de acuerdo en el que acordaron iniciar una “ofensiva diplomática” para que la comunidad internacional no reconozca el Parlamento que se instalará el próximo 5 de enero, tras las elecciones del 6 de diciembre.

En dicho proyecto, todos los acuerdos se concentran en la comunidad internacional, pero no se especifica qué acciones se tomarán dentro del país. En ese debate, del pasado 15 de diciembre, el diputado Guillermo Palacios (UNT-Lara) expresó que con la participación en la consulta se le envió un mensaje a la comunidad internacional para que aceleren su participación en la búsqueda de soluciones a la crisis venezolana.

La consulta popular fue una propuesta aprobada en la Asamblea Nacional, como una forma de rechazar las elecciones legislativas convocadas para el 6 de diciembre, que la oposición consideró que no contaba con las condiciones necesarias. Se llevó a cabo de forma digital y presencial, entre el 7 y el 12 de diciembre en Venezuela y a nivel internacional, para que los migrantes pudieran también participar. 

Guaidó aseguró que la consulta cumplió con los objetivos de movilizar a los ciudadanos, vincular a la sociedad civil y gremios con partidos políticos y el acompañamiento de la comunidad internacional que vio el “rechazo al fraude del 6 de diciembre”. 

Mientras que Blanca Rosa Mármol de León, miembro del comité organizador de la consulta, aseguró que la idea era “gritar” que los venezolanos no quieren más al gobierno de Nicolás Maduro y pedir el “auxilio internacional”. 

Intensificar la presión

Mientras que el primer vicepresidente, Juan Pablo Guanipa (PJ-Zulia) pidió a la comunidad internacional que intensifique las presiones y que así se pueda concretar un cambio político en el país”. 

Días antes de la sesión, el presidente encargado y de la AN, Juan Guaidó convocó a una marcha para este 5 de enero y pidió a los miembros de la Fuerza Armada, ponerse del lado de los venezolanos que se expresaron en esa consulta.

Ante la falta de más detalles sobre un plan o una ruta a seguir, luego de esta convocatoria, los politólogos Marisela Betancourt y Pablo Andrés Quintero, consideran que la oposición debe hacer una revisión de las estrategias y rutas, además de un balance sobre lo que funcionó o no este año. 

Quintero explica que la oposición tiene muchos retos tras la consulta popular. Uno de ellos sería hacer un control de daños y crear una narrativa diferente a la de que la consulta derrotó el “fraude electoral” del pasado 6 de diciembre. El politólogo cree que deben pasar a la acción y eso pasa primero por tener un mínimo de organización interna, que se logra tratando de construir una “estrategia sensata, coherente y que esté ajustada a las expectativas reales de la población”.

“No se pueden seguir prometiendo cosas, no se pueden seguir elevando las expectativas de la gente. La consulta popular fue un acto político y simbólico, pero está muy alejado de la capacidad que tiene la oposición de solucionar algo. Hoy en día la oposición no tiene capacidad de solucionar nada si no está en el poder”, agrega. 

“No se pueden seguir prometiendo cosas, no se pueden seguir elevando las expectativas de la gente. La consulta popular fue un acto político y simbólico, pero está muy alejado de la capacidad que tiene la oposición de solucionar algo. Hoy en día la oposición no tiene capacidad de solucionar nada si no está en el poder”, agrega. 

Igualmente, Marisela Betancourt señala que uno de los pasos más importantes de la oposición es revisar y replantearse complementamente en qué se va a basar la unidad que plantean, “porque hasta ahora no está funcionando, es una oposición totalmente fragmentada”.

Betancourt también coincide con Quintero en la necesidad de analizar la narrativa y que se debe empezar a hablar con más sinceridad a la gente. La politólogo criticó que el presidente Guaidó dijera en una entrevista para El País, que la palabra negociación está mal vista en el país, “pero si revisas las encuestas, la mayoría de la población está de acuerdo con un proceso de negociación y de una transición a partir de elecciones”. 

“Pareciera que se le habla a otros actores, a otros intereses y no a los intereses de la población. Entonces considero que uno de los pasos fundamentales es comenzar a hablarle a la gente con la verdad”, expone. 

Un problema más allá de los números 

En el primer boletín del comité organizador, que se publicó el mismo 12 de diciembre, anunciaron que participaron 6.466.791 venezolanos. De manera presencial acudieron 3.209.714 personas, en el exterior fueron 844.728 ciudadanos y de forma digital se registraron 2.412.354 personas. 

Pero dos días después, en un segundo boletín, informaron que del total de participación anunciados al principio, el 72% (1.739.830 personas) fueron las que completaron el proceso de participación y las que obtuvieron el código de confirmación. 

Además el periodista especializado en la fuente electoral, Eugenio Martínez cuestionó desde un principio las cifras de participación y afirmó que era un dato político, técnicamente insostenible. 

“No hay forma que hoy la cifra de participación presencial fuese 3 millones de personas. Hasta el viernes en la mañana digitalmente sólo habían participado 1 millón de personas”, agregó en una serie de tuits en su cuenta personal. 

 

Pablo Andrés Quintero explica que la oposición no debe encasillarse en la discusión de las cifras de participación de la consulta popular. “Hay que cambiarle la imagen al venezolano de que la oposición va a sacar algo de la consulta, porque realmente no hay forma de darle resultado positivo hacia una forma de materializar un cambio, utilizando las cifras de la consulta o diciendo que el 6D fue un fraude”.

Además dice que no hay forma de verificar si los datos de participación que se anunciaron el 12 de diciembre fueron “inflados” o si las personas pudieron votar más de una vez. “La auditoría que se hizo, no podemos llamarla una auditoría institucional, vamos a llamarla partidista, de un sector político. No está claro realmente cómo es el mecanismo para hacer esa verificación”.

“No hay mecanismos institucionales transparentes, de seguimiento, que permitan decir que ese dato sí existe o no (…) La interpretación de esas cifras es inexacta, porque no es clara, no es tangible. Es una interpretación subjetiva”, añade.

Quintero agrega que lo mismo sucede con los resultados anunciados el 6 de diciembre por parte del Consejo Nacional Electoral (CNE). “Hay una nube tóxica de desconfianza que hace que la gente no crea ni en el chavismo ni en la oposición”.

En este punto, Marisela Betancourt señala que las cifras de participación carecen de credibilidad por parte de la población, porque son cifras inauditables, por lo tanto se pueden poner en duda, pero al mismo tiempo considera que son verosímiles, en cuanto al universo de las personas que se sienten identificadas con la oposición. 

En este punto, Marisela Betancourt señala que las cifras de participación carecen de credibilidad por parte de la población, porque son cifras inauditables, por lo tanto se pueden poner en duda, pero al mismo tiempo considera que son verosímiles, en cuanto al universo de las personas que se sienten identificadas con la oposición. 

“Precisamente era una de las intenciones de la consulta, saber cuál es su capacidad de movilización y más o menos en cuanto rondan los números de afiliación con el planteamiento que propone la oposición mayoritaria”, añade. 

El reto de reconectar 

El diputado electo en las elecciones del pasado 6 de diciembre, Luis Augusto Romero, no cuestiona directamente las cifras de participación en la consulta que hizo la Asamblea Nacional, pero dice que ambos eventos pusieron en evidencia un profundo agotamiento de la gente ante la ausencia de resultados a los problemas que viven los venezolanos. 

Romero, militante de Avanzada Progresista, señala que en los próximos días quedará en evidencia que la consulta popular no tiene mayor trascendencia para la realidad que se está viviendo. “En la medida que pasen los días y la gente perciba que el esfuerzo de movilización no produce ningún resultado, eso va a agudizar la inconformidad y descontento que existe en la población y que se prela con los altísimos niveles de abstención del 6D, así como en la baja participación en la consulta”.

Por eso insiste en que es necesario que toda la dirigencia política, en la que se incluye, debe ser cuidadosa a la hora de convocar o de señalar cuál es el camino a tomar. “Hay un hartazgo, un cansancio frente a una serie de convocatorias que no producen los resultados que la gente espera”. 

Pablo Andrés Quintero también comparte este punto de los sentimientos de las personas frente a la crisis y que hay un descontento con la oposición. Por eso dice que las estrategias deben centrarse en saber cómo piensan los ciudadanos, hacer un diagnóstico social, sociológico e incluso psicológico, para conocer el estado mental de las personas actualmente. 

“A partir de allí hacer una estrategia que convenza al ciudadano, pero que sea práctica, tangible, realizable y que aumenten los niveles de confianza de la ciudadanía”, expone.

Igualmente, Luis Augusto Romero agrega que no se puede seguir “jugando” con la paciencia de la gente. “No podemos seguir haciendo convocatorias fantasiosas. Todo el liderazgo opositor, tenemos que hacer una evaluación de la ruta que hemos transitado. Tenemos que asumir los errores que hemos cometido, todos en alguna medida hemos fallado en sintonizarnos con la expectativa de la gente”. 

“No podemos seguir haciendo convocatorias fantasiosas. Todo el liderazgo opositor, tenemos que hacer una evaluación de la ruta que hemos transitado. Tenemos que asumir los errores que hemos cometido, todos en alguna medida hemos fallado en sintonizarnos con la expectativa de la gente”. 

Insiste en que la ruta para lograr un cambio político en Venezuela es a través del voto y recuerda que el próximo año se realizarán las elecciones de gobernadores y consejos legislativos. Añade que hay dirigentes pertenecientes al G4 que han hablado en privado sobre la posibilidad de participar en esas elecciones, y que en tal caso debe haber una estrategia compartida. “Tiene que haber un debate sincero, amplio, en donde no solamente que los partidos de oposición, sino que estén todos los sectores la Academia, los gremios, etc”. 

Sobre esto, Marisela Betancourt considera que la oposición debe concentrarse en esos comicios y los próximos que estén estipulados a partir de una reestructuración completa. Además de trabajar para un referéndum revocatorio.