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Retornar a la presencialidad es esencial para el proceso de aprendizaje

La Unesco afirmó que el reinicio de los centros educativos en condiciones de seguridad deben ser «una prioridad»
La FVM y el Sindicato de Maestros coinciden en que las condiciones en Venezuela no están dadas para un retorno a las aulas de clases

 

@yeannalyfermin

 

Casi 11 meses han pasado desde que Nicolás Maduro ordenó el cierre total de todos los colegios para evitar la propagación del COVID-19. Desde entonces, estudiantes de educación básica, media y diversificada de todo el país, pasaron de un sistema de educación 100 % presencial, a uno improvisado, desigual y accidentado. 

El año escolar 2020-2021 arrancó en septiembre sin ningún cambio significativo en la metodología de clases a distancia para los estudiantes de colegios públicos, quienes son los más afectados con todas las fallas de los servicios públicos y las carencias de aparatos tecnológicos.

Yolanda Ramírez es la madre de Alejandro, un joven de 15 años que recién acaba de comenzar el tercer año de bachillerato. Ramírez asegura que a su hijo se le dificulta aún más este año escolar por las nuevas materias que se suman al cronograma las cuales deben ser explicadas por un profesor. 

“Este año los profesores deberían, aunque sea, dar una clase presencial a la semana con todas las medidas de bioseguridad, esto motivaría mucho a los estudiantes a cumplir con sus asignaciones y a sentir que tienen el compromiso y la responsabilidad de estudiar”, dijo. 

Pero el pasado domingo 31 de enero, el gobernante Nicolás Maduro en cadena de radio y televisión, descartó el inicio de clases presenciales para el mes de febrero. “Todavía no hemos considerado el comienzo de clases presencial, hay países que les ha ido bien a otros no. Llegará el día en que se combinen las clases presenciales”, dijo.

Dos días después, Maduro cambió radicalmente de idea. Durante la celebración de los 22 años de la llegada del chavismo al poder, el gobernante informó que su gabinete está estudiando combinar las clases presenciales con la modalidad virtual. 

“Hay que volver a las clases presenciales con todas las medidas de seguridad; ha llegado el momento de combinar las clases, las teleclases, las clases indirectas y las clases directas con todas las medidas de seguridad”, afirmó este martes 2 de febrero.

El gobernante explicó que los estudiantes de primero y segundo grado podrían ir a escuelas lunes y martes; los de segundo y tercer grado, martes y miércoles; y los de quinto y sexto grado los días jueves y viernes, por mencionar la educación primaria.

“Me parece que es una buena idea. La estamos evaluando para que los estudiantes de todo nivel se reincorporen a clases presenciales”, dijo Maduro.

¿Volver o no volver?

Sobre volver o no a las aulas de clases, Olga Ramos afirma que hay que pensar en la presencialidad. “El regreso o incorporación a las actividades presenciales es algo que debe evaluarse con mucha seriedad porque es importante para el proceso educativo. Hace falta la presencialidad, pero esta no se puede dar de forma improvisada, puede que no sea completa, tal vez mixta, pero para eso hay que tener planificación y estructura”, aseguró.

Por su parte el presidente del Sindicato de Maestros del Distrito Capital, Edgar Enrique Machado sugiere que el Ministerio de Educación debe asesorarse con los especialistas en tecnología educativa para que el docente adquiera las herramientas y conocimientos para trabajar a distancia u online, proveer a docentes y estudiantes de recursos tecnológicos y optimizar las plataformas de internet y comunicación para que todos tengan acceso. 

Machado insistió que para que se pueda dar un retorno a las clases presenciales, todos los docentes deben percibir un salario acorde a la realidad económica y demás beneficios establecidos en la ley, servicios públicos eficientes en los centros educativos y garantizar la protección de bioseguridad, para educadores, estudiantes, obreros, administrativos, padres y representantes, frente al COVID-19.

Por su parte, Orlando Alzurú, Presidente de la Federación Venezolana de Maestros (FVM), indicó que no solo por las condiciones del país sino por las condiciones de la infraestructura escolar en Venezuela “no puede haber presencialidad”. 

“Antes de la pandemia los centros educativos no reunían las condiciones mínimas de higiene y de seguridad para que los muchachos estuvieran en clase. Una vez que llega la pandemia la situación se agravó. Ni siquiera hay productos de higiene, ni mucho menos de bioseguridad para hacerle frente al virus, a eso se le suman los problemas de electricidad, transporte y conectividad a internet”, dijo Alzuru. 

Sobre un regreso semipresencial a las aulas, el presidente de la FVM fue tajante al decir que hasta que no haya un control de la epidemia no se debe volver a las escuelas. 

“Hasta que no existan instituciones que garanticen la bioseguridad de los estudiantes no puede haber ni siquiera clases dos días a a la semana porque uno se puede infectar en un minuto. Lo que debería hacer el gobierno es reconstruir toda la infraestructura escolar para que cuando llegue el momento de volver a la presencialidad sea de manera segura”, dijo. 

Un debate global

El problema no se presenta solo en Venezuela. El pasado 25 de enero, la asesora regional de la Unesco, Mary Guinn Delaney, advirtió, en una entrevista por TVV Noticias, que el cierre escolar por la pandemia del coronavirus conlleva a la “pérdida de aprendizaje” por parte de los estudiantes.

Por su parte, la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay afirmó que «los cierres prolongados y repetidos de los centros educativos están teniendo un coste psicosocial para los estudiantes lo que implica el riesgo de abandono escolar”. Azoulay insistió en que el reinicio de los centros educativos en condiciones de seguridad deben ser «una prioridad».

Las escuelas de todo el mundo han estado cerradas durante una media de dos tercios de un año académico por el coronavirus, según publicó la Unesco este domingo en el Día Internacional de la Educación.

El organismo recordó que más de 800 millones de estudiantes siguen haciendo frente a importantes interrupciones por la pandemia, que ya se acerca a los 99 millones de contagiados y sobrepasó los 2 millones de fallecidos.

La Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría emitió un comunicado sobre el regreso de clases presenciales. En el texto afirma que el impacto social de tener las escuelas cerradas es muy grande. Aseguran que las escuelas parecen no ser espacios de grandes transmisión del COVID-19, pero que sí deciden reabrir los espacios se deben tomar medidas estrictas de bioseguridad.

“Si estas medidas en la comunidad existen, y se toman medidas en los centros educativos, la posibilidad de transmisión en el centro educativo no será mayor que la comunitaria”, se lee en el comunicado. 

En entrevista para Unión Radio, Patricia Valenzuela, integrante de la Sociedad Venezolana de Infectología afirmó que actualmente no existen condiciones para retomar las clases presenciales principalmente por el uso del transporte público, uno de los principales lugares de contagio.

“La educación online genera brechas importantes a todo nivel, la cuestión es que el país debe estar acondicionado, porque no se trata solo del aula de clase con menos alumnos con distanciamiento; sino que deben tomar transporte público y esto no permite que la persona se cuide”, dijo Valenzuela.

El costo de volver a la escuela

Para Francia Requena, docente de Biología y Química en una institución privada, este nuevo año escolar no pareciera que va a mejorar sobre todo para los docentes y alumnos de colegios públicos. “Mis colegas, no son bien remunerados, no es que los que trabajamos en privados sí lo seamos, pero ellos están en peores condiciones y llevan mucho tiempo viviendo con dos o tres dólares mensuales. Ni siquiera tienen un plan que les permita estructurar un modelo de clases acorde a la situación de todos los estudiantes quienes son los más afectados con todo esto”. 

Edgar Enrique Machado aseguró que este nuevo año escolar es peor que el anterior. “Los alumnos no tienen las competencias para abordar el año inmediato superior, puesto que el personal Directivo de los planteles, por instrucciones del Ministerio de educación, promueve a los estudiantes aunque no hayan asistido ni una vez al plantel, en contra de los resultados reales de evaluaciones que consignan los docentes”.

Sobre la situación de los maestros, el presidente del sindicato de maestros del Distrito Capital reafirmó que siguen en situación de indignidad debido a que el salario que devengan no tiene poder adquisitivo en un país dolarizado como Venezuela.

“El docente de nivel I actualmente cobra un salario base equivalente a 1 dólar. El docente VI, de la más alta trayectoria apenas llegará a un salario base equivalente 2,5$. Los maestros no  tienen seguridad social, no cuentan con un HCM digno, ni seguro funerario. Una quincena no alcanza ni para medio cartón de huevos en este momento”, aseguró. 

Machado afirmó que un gran número de docentes ha abandonado su profesión, para dedicarse a otras actividades mejor remuneradas. 

“En 2019, teníamos una data de 15.000 educadores en Caracas aproximadamente. De la información que recibimos de nuestros delegados y contactos educativos, podemos decir que una media de 5 docentes por plantel abandonó su puesto de trabajo por considerar que su salario no le permite vivir dignamente, no se le garantizan condiciones de trabajo dignas, ni mucho menos protección de bioseguridad. Esto lleva a una proyección de que 2715 docentes han abandonado la profesión, en los 543 centros educativos que tiene el Distrito Capital”, dijo. 

Clases online han fracasado

Ketherine Villalobos estudia sexto grado y desde que comenzó el nuevo año escolar demuestra mucha apatía a la hora de ver sus clases a través de pantallas y una precaria conectividad. “Mamá no quiero ver mas clases así, no se entiende lo que la maestra dice y a cada rato están preguntando lo mismo porque no se escucha bien…”.

Ana Belén Rojo, madre de Katherine, y quien también es psicóloga, asegura que esta conducta que se presenta en muchos niños es normal porque «cada vez pierden más interés en sacar buenas calificaciones y en hacer sus tareas debido al alejamiento del entorno escolar donde ellos pueden interactuar y compartir experiencias con sus iguales. Tampoco disfrutan de la metodología y técnicas pedagógicas que solo puede ofrecer un docente”. 

Para Olga Ramos, miembro de la Asamblea de Educación y coordinadora del Observatorio Educativo de Venezuela, el problema del programa de educación implementado por el gobierno para la contingencia de la pandemia, es que no está bien diseñado para la educación a distancia.

“Las actividades no tienen las estructuras ni las instrucciones que deben tener. No tienen ningún tipo de apoyo para que los padres y los estudiantes puedan desarrollar las tareas. En los casos en los que los docentes no se pueden comunicar por las diversas razones de manera cotidiana, los estudiantes quedan a merced de lo que las familias puedan resolver, y en muchos casos las mismas no tienen la formación adecuada para acompañar la formación de los estudiantes”, aseguró Ramos. 

A juicio de Edgar Enrique Machado, presidente del sindicato de maestros del Distrito Capital “las clases online son una mentira, ni docentes, ni estudiantes tienen recursos para sostener un proceso de educación a distancia, por otra parte el docente no ha sido instruido para dar clases a distancia. El sistema educativo seguirá en caída bien sea presencial o a distancia, hasta tanto no se inviertan en educación y en los salarios para los docentes”.

Educación en retroceso

A juicio de Olga Ramos “la vocación del docente y los esfuerzos de las familias son los que están resolviendo los problemas que el Ministerio de Educación no está abordando”.

Para Ramos la mediocridad del sistema educativo está condenando a los estudiantes que deciden tomar una carrera en cualquier universidad porque no tienen las herramientas necesarias para desarrollarse. “Una vez egresados no pueden desarrollarse y eso les genera frustración y terminan desertando”, aseguró.

“Esta situación también tiene consecuencias para la sociedad porque una persona que no tiene las competencias ciudadanas genera caos, si no conoce las leyes y sus responsabilidades, si no sabe cómo hacer una solicitud específica o organizarse con sus vecinos, hacer un emprendimiento… el desarrollo productivo de un país también se ve afectado”, sentenció Olga Ramos.

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