OVP: Tuberculosis y hambre suman más víctimas que la violencia carcelaria - Runrun
OVP: Tuberculosis y hambre suman más víctimas que la violencia carcelaria
Por tercer año consecutivo, los problemas de salud se mantienen como la primera causa de muerte en las cárceles de Venezuela, según el informe anual del Observatorio Venezolano de Prisiones
Muchas enfermedades como hepatitis, paludismo, gastrointestinales y cardiovasculares no tienen que llevar a la muerte, pero con la condición de desnutrición, están causando decesos entre detenidos y presos. En Venezuela, esto es una condena de muerte», declaró Carolina Girón, directora del OVP
La directora del OVP  denunció un aumento en el número de cárceles «totalmente controladas por pranes»: «El pran decide si el preso va a una audiencia o no, quién vive en esa cárcel o no (…) están por encima de un juez», sostuvo
El OVP destaca que en los últimos cinco años se ha dado el fenómeno de inversión de la pirámide judicial, donde los procesados superan a los condenados

 

 

La primera causa de muerte en los centros penitenciarios del país son los problemas de salud que se agudizan por el hambre.

Así lo determinó el Informe Anual 2021: Informe Anual 2021: La crisis del sistema penitenciario, un reflejo del abandono del Estado, presentado el pasado 10 de mayo por el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).

De acuerdo con estos datos, en 2021 murieron en cárceles 226 personas privadas de libertad. 90 de ellos fallecieron por cuestiones de salud. Por tercer año consecutivo, los problemas de salud se mantienen como la primera causa de muerte en las cárceles de Venezuela. 

El porcentaje de personas privadas de libertad fallecidas por condición salud con respecto al total de muertes en el año 2021 aumentó a 71,42%. Esto es el porcentaje más alto desde 2017.

En el año 2021, se registraron como principales patologías que afectan a los presos la tuberculosis, desnutrición grave, neumonía, hepatitis, paludismo, escabiosis, enfermedades
gastrointestinales y enfermedades cardiovasculares.

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Gráfico del informe de la OVP

Pese a la proliferación de estas enfermedades, no hay personal médico apostado permanentemente en los penales. 

Por otra parte, la denegación de una alimentación balanceada se ha convertido en el «padecimiento principal de la población reclusa», destaca el Observatorio Venezolano de Prisiones.

Desde el 2017, «el hambre, la carencia de agua potable y las graves condiciones de salud» preocupaban al organismo y en 2021, lejos de solucionarse,  estos problemas empeoraron y trajeron consigo proliferación de enfermedades, pérdidas de vidas y «prácticas inadmisibles dentro de las prisiones como actos de corrupción, situaciones de violencia, motines y huelgas».

«No llega la comida a nuestros centros penitenciarios, todas las protestas comienzan por hambre. No hay agua, ni recolección de desechos sólidos, es una condición precaria. enfatizó Carolina Girón, directora general del OVP, durante la presentación del informe.

«Esta es la realidad que quieren esconder y que se vive en las cárceles venezolanas. Tenemos también enfermedades como hepatitis, paludismo, gastrointestinales, cardiovasculares. Muchas de estas enfermedades no tienen que llevar a la muerte, pero con la condición de desnutrición, están llevando a la muerte a detenidos y presos. En Venezuela, esto es una condena de muerte fáctica», recalcó.

Añadió que los presos políticos que están recluidos en cárceles comunes sufren las mismas penurias: «Si sus familiares no les llevan la comida, pasan hambre, tienen problemas de acceso al agua».

Los estados donde se registraron mayor cantidad de muertes de presos por condiciones de salud en el año 2021 fueron Lara (31), Anzoátegui (21), Guárico (13) y Carabobo (8).

 

Otros datos del informe del OVP en claves

A continuación, algunos hallazgos relevantes del informe sobre la situación de las cárceles del OVP. Las gráficas fueron extraídas de dicha investigación. 

Disminuye la población reclusa, pero no los altos niveles de hacinamiento

El OVP destaca la reducción, en los últimos cuatro años, de la población reclusa total en las cárceles de Venezuela.

«Entre los años 2020 y 2021 hubo un descenso poblacional del 10%, el cual se podría considerar muy pequeño en contraste con años anteriores. Sin embargo, a pesar de esta tendencia decreciente, la situación de los centros de reclusión de Venezuela se continúa caracterizando por la sobrepoblación y por altos niveles de hacinamiento, encontrándose las cárceles de nuestro país, por quinto año consecutivo, con una sobrepoblación mayor al 40% de su capacidad instalada, lo que se traduce en un hacinamiento de riesgo crítico, en atención a los estándares internacionales en la materia», especifica el texto.

En el año 2021, el OVP determinó un hacinamiento crítico del 159,09%, cálculo basado en la capacidad real instalada (21.188) y la población reclusa (33.710).

Reseñan en el informe que se han determinado casos de celdas de 10×10 metros cuadrados en las que sobreviven entre 90 y 100 reclusos, como en el Internado Judicial Rodeo II.

Más procesados que penados

El OVP destaca que en los últimos cinco años se ha dado el fenómeno de inversión de la pirámide judicial, donde los procesados superan a las personas que están penadas.

«Esta situación tiene un solo origen: el retardo procesal imperante dentro de todas las etapas del sistema judicial del país. Dentro de las prácticas más recurrentes notamos que una vez la persona es privada de libertad, el inicio de su proceso mediante audiencia preliminar se retarda por actos de incompetencia judicial que van desde la falta de presentación de algunos de los sujetos procesales, impedimentos en los traslados desde los centros de reclusión hasta los juzgados36, innumerables diferimientos, entre otros hechos que denotan una completa ausencia del acceso a la justicia y la celeridad procesal, permaneciendo así la persona detenida por un tiempo indefinido en lo que podemos denominar como una laguna judicial». 

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Se reducen las muertes en general, pero aumentan las muertes por salud

El año 2021 registro las cifra más baja de personas privadas de libertad fallecidas.

Sin embargo, al desagregar las causas, se determina que el total de personas muertas por salud en el 2021 alcanzó el porcentaje más elevado (71,42%).

El resto de las muertes responden mayormente a situaciones de violencia, con armas blancas y armas de fuego.

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Una comida diaria

Se observó en la cárceles que la frecuencia en el consumo de alimentos se limita a una comida diaria, con intervalos que han llegado a superar las 24 horas.

Asimismo, el menú proporcionado no responde a una dieta balanceada con los nutrientes básicos e ingesta calórica establecida por la OMS (2000 a 2500 kcal/día para un varón adulto y de 1500 a 2000 kcal/día para las mujeres).

«Por el contrario, nuestra organización ha registrado que, a lo largo del territorio nacional, el menú mantiene patrones similares que consisten en: agua de arroz, agua de pasta, agua de verduras, harinas, alimentos sin sal y azúcar sin complementos proteicos», describe el informe.

Penales sin agua y cobro en dólares por cisternas

En las cárceles escasea el agua y les exigen a los presos una cuota monetaria para contratar cisternas. 

«Un ejemplo de ello, se ha registrado en los dos penales del estado Lara, donde las cisternas son adquiridas por los privados de libertad oscilan entre 40 y 50 USD, agua que deben administrar para su consumo, aseo personal y lavado de ropa. De igual forma, Internado Judicial de San Felipe, conocido como La Cuarta, las personas en prisión solo reciben el líquido cuando hay visita, estableciendo por las autoridades un límite de 5 litros por recluso, mientras que dentro del penal deben pagar entre 5 y 7 dólares por un botellón
de agua», se refleja en el informe. 

Desnutrición y déficit alimentario

Estos dos problemas son una realidad entre los privados de libertad. Según el OVP, en 2021 aumentaron las denuncias de familiares quienes aseguraban que los internos habían perdido 40 kilos desde la fecha de su reclusión.

En los calabozos también fallecen por temas de salud

64,15 % de los decesos registrados en el año 2021 en los calabozos policiales también por motivos de salud.

Cárceles controladas por los pranes

En la presentación del informe, la directora del OVP,  Carolina Girón, describió que ha aumentado el número de cárceles «totalmente controladas por pranes».

«Ellos son quienes deciden la vida de las personas que están dentro, y también de las del exterior. El centro penitenciario tiene un jefe que es el pran, funcionarios del Estado hace lo que dice el pran, el pran decide si el preso va a una audiencia o no, quién vive en esa cárcel o no. El pran tiene una autoridad tal que él decide cuándo sale el traslado o no. Y si la población de la cárcel que él dirige disminuye y, por tanto, sus ingresos, los pranes exigen que más presos sean enviados a esa cárcel para poder aumentar sus ingresos, se cobra por visita conyugal, por llamada telefónica, por un plato de comida, por agua y todo ello con auspicio de autoridades», describió la vocera del OVP.

Indicó que la situación es de tal magnitud que los pranes se comparten con el Ministerio de Servicios Penitenciarios la dirección de los penales. 

«La mayor población está en cárceles dirigidas por pranes. Ellos han formado autogobiernos y asombra que no solo dirigen a lo interno, sino a lo externo. Un pran está por encima de un juez y esto ocurre en la cara de las autoridades«, sostuvo.

Además, precisó que en las cárceles venezolanas circulan todo tipo de armas. «Solo falta un submarino, porque no hay mar. Hay de todo (….) desde hace décadas hay armas en las cárceles, pero antes las fabricaban ellos. Pero ahora conseguimos armas comunes, armas de guerra que, según la Constitución, solo deben estar en manos de las FANB. Hay granadas, ametralladoras, armas de gran calibre», precisó. 

El OVP ha documentado que al menos 59% de la población reclusa se encuentra en cárceles bajo el control total del pranato: «12% responden a una figura mixta, aquellas en las que conjugan tanto la existencia de la figura del régimen como la figura del pranato, y solo el 29% corresponde a lo que el Estado ha denominado ‘Nuevo Régimen Penitenciario’, discrepando esta información con la cifra oficial dada por el Ministerio para Servicio Penitenciario, que asegura tener un control total del 98.1% de las cárceles del país».

Denuncia la organización la «falta de control efectivo por parte del personal encargado, y del Estado venezolano en general, estando acéfalos más de la mitad de los centros penitenciarios de nuestro país».

Sin datos sobre la pandemia

Girón enfatizó la opacidad con la que se manejó la pandemia en las cárceles.

«Vimos unas fotos de que vacunaban a los presos y no nos consta ni qué fue lo que les vacunaron, ni cuándo, ni si recibieron todas las dosis, tampoco tenemos información oficial de los contagios. Nos manejamos con rumores, no hay forma de corroborar en virtud de que sigue opaca la información. Protocolo no hubo, ni distanciamiento social por el  hacinamiento, ni limpieza de manos, porque no hay agua», describió. 

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