Claves I  Régimen de Ortega crucifica a Iglesia católica en Nicaragua  - Runrun
Claves I  Régimen de Ortega crucifica a Iglesia católica en Nicaragua 
Con la detención del obispo Rolando Álvarez, el presidente centroamericano ataca con contundencia a una de las instituciones que le faltaba
ONG contabiliza 200 agresiones contra la Iglesia en Nicaragua desde 2018 a 2022
Conferencia Episcopal Venezolana condenó las agresiones a sacerdotes nicaragüenses 

 

@franzambranor

 

La Iglesia católica en Nicaragua sufrió un duro golpe el pasado viernes 19 de agosto con el encarcelamiento del obispo Rolando Álvarez Lagos a manos de funcionarios del gobierno de Daniel Ortega.

Álvarez, de 55 años y obispo de Matagalpa, es una voz crítica en el país centroamericano, a quien conocen por levantar la voz ante violaciones a los derechos humanos.

La Policía Nacional de Nicaragua acusa al sacerdote de “organizar grupos violentos e incitarlos a ejecutar actos de odio en contra de la población».

También, lo señalan por supuestamente crear un «ambiente de zozobra y desorden» que «altera la paz y la armonía de la comunidad con el propósito de desestabilizar al Estado de Nicaragua».

A Álvarez le dictaron arresto domiciliario, mientras que a siete de sus colaboradores los enviaron a la cárcel.

De acuerdo con New York Times, Álvarez es el sacerdote de mayor rango en ser encarcelado en América Latina en décadas. Y, con esto, Ortega arremete contra la única institución que le faltaba: la Iglesia.

Ortega ya ha atacado a medios de comunicación, empresarios, ONG, políticos, líderes estudiantiles, académicos e intelectuales.

El gobernante no se limita a la hora de detener, enjuiciar y encarcelar a quienes considera enemigos políticos. 

Según un informe de la ONG Observatorio Pro Transparencia y Anticorrupción, la Iglesia católica en Nicaragua registra 200 agresiones entre abril de 2018 y mayo de 2022.

Reducir la Iglesia para aplacar las voces de libertad

El internacionalista Félix Arellano consideró que, luego de sus actuaciones contra jerarcas católicos, el régimen de Ortega está desnudo ante el mundo. 

“Esto representa una nueva demostración de la flagrante violación de los derechos humanos por parte del gobierno autoritario de Nicaragua”.

Por su parte, el sacerdote Alfredo Infante, coordinador de Derechos Humanos del Centro Gumilla, sentenció que Ortega va por la Iglesia después de haber desarticulado al resto de la sociedad civil.

Infante aseveró que la actitud del gobierno nicaragüense con la Iglesia podría responder a varios intereses, que explica detalladamente:

. “Desde el punto de vista socio económico, tal vez una alianza con China y que el gobierno de este país le haya puesto como condición cero organización de la sociedad civil y control férreo de la Iglesia. Y, desde lo social y político, el poder por el poder en una nación con una larga historia de dictadura, para Ortega es necesario reducir a la Iglesia como vivero de libertad. Ortega se apalancó en la Iglesia para derrocar a Anastasio Somoza, él sabe la fuerza transformadora tanto social como espiritual de la Iglesia y por ende está desarticulando su musculatura” , opinó. 

Ortega, miembro del partido Frente Sandinista de Liberación Nacional, está en su cuarto periodo como presidente luego de ostentar el máximo cargo en Nicaragua de 1985 a 1990, de 2012 a 2017, de 2017 a 2022 y recientemente de este año a 2027, luego de unos cuestionados comicios.

La comunidad internacional criticó la falta de transparencia en las elecciones en las que Ortega ganó con un supuesto apoyo del 75% de los nicaragüenses y con siete candidatos a la presidencia encarcelados o exiliados. 

Claves para entender la arremetida contra la Iglesia Católica en Nicaragua

 

 Disputa que viene de atrás

La Iglesia católica asumió un rol preponderante contra el régimen de Ortega en 2018, cuando una ola de protestas provocó la muerte de 300 personas a manos de miembros de fuerzas de seguridad del Estado y paramilitares.

La mayoría de los sacerdotes abrieron sus iglesias para resguardar a los manifestantes y asumieron una postura crítica frente al gobierno en sus respectivos sermones.

Nicaragua vive su peor crisis económica en 30 años, la pandemia del coronavirus ha profundizado la brecha social.

De acuerdo con el Banco Mundial, la pobreza se contabiliza en un 14% y desde 2018 se han perdido más de 200 mil puestos de trabajo en el sector formal.

Además, la tasa de desempleo se ubica en 4,9% y la hecatombe financiera ha provocado el desplazamiento de cerca de 100 mil personas.

 

Operación sistemática

En los últimos dos años, Ortega ha expulsado de Nicaragua al Nuncio Apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag y a 18 monjas de la Orden Misioneras de la Caridad, fundada por la Madre Teresa de Calcuta. 

En junio pasado, la policía arrestó a otros siete sacerdotes por cargos que van desde abuso infantil hasta alteración del orden público.

El también obispo, Silvio Báez, optó por huir del país en 2019 luego de recibir amenazas de muerte y varias emisoras de radio católicas han sido cerradas.

En el último mes, las autoridades nicaragüenses prohibieron que la Iglesia realice algunas misas, procesiones en las calles y colocaron patrullas frente a las casas parroquiales.

 

 El incómodo silencio del Papa Francisco 

Después de un prolongado silencio, el Papa Francisco se pronunció el pasado domingo 21 de agosto sobre la detención del obispo Álvarez.

“Pido a Dios con la intercepción de la Inmaculada Concepción de María, patrona de Nicaragua, un diálogo abierto y sincero para encontrar las bases de una convivencia respetuosa y pacífica”.  

Algunos calificaron estas declaraciones de tibias y piden mayor frontalidad por parte del Sumo Pontífice. “

El silencio del Papa Francisco generaba una angustia mundial. El Vaticano ha dicho que silencio no significa que no estén actuando activamente, yo creo que la gente espera mayor contundencia ante estos evidentes atropellos”, dijo Arellano.

“Ha habido muchos ataques en redes sociales y la opinión pública a Francisco. Yo dudo que el Vaticano no esté haciendo nada. Debe estar moviendo la diplomacia y negociando. Las negociaciones deben ser privadas. En estos escenarios se debe actuar en distintos planos. El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) es una instancia y el Vaticano otra. Tal vez hay una estrategia coordinada, mientras el Celam denuncia, la diplomacia del Vaticano se mueve a otro nivel”, dijo, por su parte, el Padre Infante.

El sacerdote agregó que Francisco no es un Papa comunista, como se le quiere hacer ver.

“Es un Papa defensor de los derechos humanos desde la perspectiva de la enseñanza social de la iglesia, pero de ninguna manera apoya un sistema como el de Ortega. En Argentina salvó muchas vidas negociando en silencio. A Francisco y al Vaticano le toca el rol del padre que tiene que negociar con secuestradores la libertad de su hijo”, agregó Infante.

 

Sacerdotes venezolanos se manifestaron

 La Conferencia Episcopal Venezolana se pronunció ante los hechos acontecidos en Nicaragua. “Hemos seguido con atención y preocupación los acontecimientos que han afectado a la hermana Iglesia de Nicaragua”, reza un comunicado.

“Pedimos a Dios por la pacífica superación de la situación generada por el cierre de medios de comunicación, salida de religiosas, suspensión de actividades eclesiales, detención de sacerdotes y una actitud permanente de enfrentamiento con algunos miembros del episcopado”.

Asimismo, se sumaron las conferencias episcopales de Cuba, Estados Unidos, Perú, Puerto Rico, Italia, España, México, El Salvador, Costa Rica, Panamá, Brasil, Honduras, Bolivia, Colombia y el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam).

“La solidaridad por parte del Celam y de las distintas Conferencias Episcopales ha sido emblemática. Tal vez más declarativa que organizacional, porque todas las Conferencias están en serios desafíos internos a nivel de sus propios países”, sostuvo Infante. 

 

Consulte también: Conferencia Episcopal Venezolana rechaza detenciones a miembros de la Iglesia católica en Nicaragua 

 

Organismos internacionales condenan los ataques

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, dijo que en Nicaragua existe una grave obstrucción del espacio democrático.

“La operación en la Diócesis de Matagalpa lo que hace es sustentar esta situación, hacemos un llamado para que se garantice la protección de los derechos humanos de todos los ciudadanos, particularmente los derechos universales de asamblea pacífica, libertad de asociación, pensamiento, conciencia y religión”. 

Mientras que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) también condenó “la escalada represiva en contra de integrantes de la iglesia católica», al tiempo que urgió al Estado a «cesar de inmediato con estos actos”.

Félix Arellano indicó que el mundo debe elevar su voz de protesta para defender a los perseguidos políticos en Nicaragua.

“Que la comunidad internacional presione es importante, por que lo otro es no hacer nada. El trabajo de ellos es estar luchando constantemente por los derechos humanos, no parar, porque el silencio es complicidad, eso de callarse y ver hacia otro lado lo hacen buena parte de gobernantes latinoamericanos”, sostuvo.

 

Miedo y autocensura

De acuerdo con una encuesta de Latinobarómetro, 9 de cada 10 nicaragüenses se identifican como católicos. Sin embargo, la política represiva de Ortega ha provocado que algunos sacerdotes se autocensuren y los feligreses no asistan en masa a las iglesias por temor a represalias.

El cardenal Leopoldo Brenes, el de más alto rango en Nicaragua, se ha mantenido al margen de la confrontación y celebraciones multitudinarias como la de Nuestra Señora de Fátima han quedado reducidas a una caminata con no más de 400 personas. 

 

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 La permanente criminalización del gobierno de Ortega

De acuerdo con el internacionalista Félix Arellano, el presidente Daniel Ortega ha criminalizado a cuanta institución o persona se atraviesa en su camino.

“Uno no sabe hasta dónde es capaz de llegar un autócrata. Noriega es de la misma calaña de Vladimir Putin. El gobierno de Ortega no tiene ejércitos para invadir, pero está destruyendo sistemáticamente su población, generando miseria, acabando instituciones, ONG, partidos políticos, medios de comunicación y ahora la Iglesia», denunció.

Agregó que, con sus más recientes actuaciones, está violentando el derecho a la libertad de culto «de una de las pocas instituciones que quedaba con un margen de crítica y libertad”.