Situación de indefensión del periodismo se profundizó luego del 28J
Censura, persecución, bloqueos y detenciones arbitrarias se han acentuado después de los comicios de julio.
Más de una decena de profesionales del periodismo detenidos, la más reciente la del también dirigente político Biagio Pilieri, páginas de internet bloqueadas, suspensión indefinida de X, persecución, hostigamiento, amedrentamiento, programas de TV y radio vetados, anulación de pasaportes, exilio forzado, censura y autocensura.
Toda esta arista de inconvenientes ha tenido que soportar el periodismo independiente en Venezuela después de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, donde el Consejo Nacional Electoral (CNE) liderado por Elvis Amoroso, dio como ganador a Nicolás Maduro con un porcentaje cercano al 52%, sin hasta ahora mostrar un acta, resultado desglosado, emitir la correspondiente Gaceta o llevar a cabo una auditoría.
Algunos periodistas han debido resguardarse y limitar las coberturas de calle ante la proliferación de funcionarios policiales y paramilitares en improvisadas alcabalas.
Los comunicadores también han tenido que lidiar con el difícil acceso a las fuentes en vista de la cautela de políticos y demás voceros de la sociedad civil, quienes -amedrentados por la discrecionalidad de las autoridades a la hora de aplicar una sanción por emitir comentario alguno- prefieren abstenerse.
“Después del 28 de julio entre las cosas más difíciles está el tener que tomar la decisión de perder uno de los activos más importantes de un periodista, que es la firma, por temor a ser objeto de persecución. La firma no solo sella ese pacto implícito de credibilidad con quien recibe la información, es tu marca personal, y tener que renunciar a ella por protección es un retroceso periodísticamente”, dijo un periodista que prefirió mantenerse en el anonimato.
“A raíz de la represión desatada después del 28J, ahora salimos en grupo, nunca estamos solos, cuadramos pautas entre varios e igual a la hora de retirarnos enviamos ubicación en tiempo real para que vean donde estamos, tenemos que estar borrando chats constantemente, dejamos los equipos en casa y siento miedo cada vez que salgo”, expuso una reportera de calle.
La periodista también expresó que ha llegado al punto de dejar su teléfono en casa por miedo a que sea revisado por una autoridad de manera ilegal. “Otro tema es que duré varias semanas sin salir de casa solo a lo estrictamente necesario, acompañada y dejando el teléfono en casa, solo por temor a que en cualquier revisión -que se ha vuelto común tanto en Caracas como en el interior del país por parte de autoridades – consideren como ‘ilegal’ las conversaciones de trabajo en las que se comparten materiales informativos sobre la coyuntura política actual”.
“Se ha profundizado la situación de indefensión del periodista que ejerce la profesión en Venezuela”, dijo Andrés Cañizález, comunicador social, investigador y profesor universitario.
Cañizález advirtió que el país pasó a otra realidad política luego del 28J.
Otra periodista que a raíz del bloque de paginas y ahora de X, el trabajo se ha ralentizado. “La complicación de trabajar con VPN para acceder a administradores de contenido bloqueados enlentece el trabajo y que además en Venezuela por el uso de VPN en sitios bancarios te pueden bloquear las cuentas”.
Igualmente, el acceso a las fuentes se ha hecho complicado. “La frustración de que las fuentes (tanto expertos como testimoniales) te cancelan entrevistas después de haber pautado por temor a hablar, a complicar los casos de sus familiares detenidos, o simplemente te piden el resguardo de su identidad, es algo que está ocurriendo con frecuencia últimamente”.
Periodismo en máximo riesgo
El analista aseveró que ese escenario configura una amenaza para el periodismo, superior a la ya experimentada en 25 años de chavismo.
“Lo más visible es todo el escándalo que hay en torno a las detenciones, que de por sí es algo muy grave, pero también pasamos a otros aspectos, como que una buena parte del periodismo que se hace para Venezuela no pueda ser leído por los venezolanos con la propagación de bloqueos”, argumentó.
La ONG Espacio Público ha documentado más de 100 restricciones a portales y redes sociales después del proceso comicial.
Cañizález indicó que la anulación de pasaportes a periodistas de manera arbitraria y el constante clima de intimidación conjugan un desafío para que el periodismo venezolano pueda ejercer con libertades: “La imagen que tengo en este momento es la de un periodismo en resistencia, pero una resistencia ciudadana que proviene de la información verificada”.
La suspensión de portales y el bloqueo a X anunciado por Maduro (que inicialmente indicó que iba a ser por 10 días y se volvió permanente) ha hecho que proliferen las noticias falsas o “fake news”, otro aspecto negativo con el que deben lidiar tanto los periodistas como los consumidores de información.
Cañizález manifestó que el periodista en Venezuela se encuentra en un estado de precariedad e indefensión al no poder acudir a instancia alguna para presentar una denuncia a la hora de ser atacado o amenazado.
“Eso profundiza la crisis, pero al mismo tiempo implica un desafío para seguir informando, para continuar contando lo que ocurre dentro de Venezuela”, sumó.
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