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Runrunes de Bocaranda: LA REFLEXIÓN DE UN AMIGO SECRETO TRAS EL TRIUNFO DE SERGIO GARRIDO
Linda Barinas del 9 de enero del 2021 sugiere abandonar cotos, parcelas y cuotas, imposiciones, vetos o fatuas representaciones y, a cambio, afinar con mira telescópica un compromiso histórico: Venezuela y su libertad

 

¡Linda Barinas, estimado Nelson…!

No se podrán crear tantos casinos, autorizar el funcionamiento ilegal de tantos bodegones, permitir la construcción de tantos edificios de lujo sin regulación alguna que, juntos, permitan compensar electoralmente el hambre, el sufrimiento y las penurias que vive el ochenta por ciento de la población venezolana en los últimos, digamos, diez o doce años.

Esa es la razón por lo que el resultado de las elecciones del pasado domingo en Barinas nos resultara tan obvio, tan predecible.

Recordarás que el análisis lo venimos sosteniendo desde el pasado noviembre bajo la premisa de que Barinas como estado particular refleja a la totalidad de Venezuela. Ergo, de sostenerse en cualquier futuro cercano nuevos procesos electorales, bien locales como regionales o nacionales, los resultados serán similares: un aplastante triunfo de la oposición democrática. Eso sí, manteniendo igualdad de condiciones en ambos bandos.

¿Qué te quiero decir con eso de igualdad de condiciones, estimado Nelson? Pues que el régimen siga adelante con su actual desastrosa gestión política administrativa, es decir, que continúen los hogares venezolanos sin agua, sin luz, sin trasporte colectivo, los niños sin colegios, los abuelos sin jubilaciones decentes, los padres y madres trabajadores devengando sueldos de miseria, los parques y lugares de recreación administrados por el hampa y que el disentimiento en materia de creencias y opiniones se confronte con los cuerpos de seguridad y un sistema de justicia parcializado y altamente costoso, por no decir transparentemente corrupto.

A todo ello, como ocurrió este fin de semana en Barinas, estas realidades acompañadas o representadas por un candidato anodino, incapaz o impuesto, extraño a las realidades, necesidades y exigencias de la comunidad convocada a elegir. Y de parte de la oposición, igualmente, que se sostenga la misma estrategia presentada en Barinas: un único candidato, como síntesis de los recursos político-electorales de todas las fuerzas partidistas unidas, realizando el insustituible trabajo de calle, de barrio por barrio, de casa por casa, con la tradicional oferta de cambio, de esperanza, por la recuperación de fuentes de trabajo y poder vivir en armonía y paz entre los suyos.

Igual que en Barinas, ese o esos candidatos demócratas existen sobradamente en todos los espacios políticos de nuestro país. Transitan, han estudiado, se han preparado y tienen clara noción de lo que es el verdadero “bien común”. No son pocos los venezolanos, hombres o mujeres, altamente calificados que al electorado les resulta uno de los suyos, probo, trabajador, honesto, calificado, necesariamente representativo de un mañana diferente, comprometido con las expectativas de las nuevas generaciones de ciudadanos, sin que sea determinante si es miembro, simpatizante o militante de una específica agrupación política y, mucho menos, si representa o no a una cuota o porcentaje de una cúpula o cogollo.

En resumen, un venezolano integral, consciente de lo que es la política en su acepción griega, así como de su principal herramienta de trabajo: los partidos políticos.

De eso se trata, estimado Nelson, eso fue lo que ocurrió en Barinas. Y es lo que volveríamos a presenciar en cualquier parte de Venezuela de darse las mismas circunstancias o condiciones antes señaladas.

Apelo a tu reconocida extraordinaria memoria cuando analizamos encuestas, unas públicas, otras manipuladas, también las estrictamente confidenciales, bien nacionales, bien extranjeras. Todas señalan reiteradamente un mismo camino: los venezolanos no manifiestan hoy mayoritariamente una conducta basada en ideologías, militancias o disciplinas verticales. Su principal referente identitario a los fines de conocer o predecir su conducta electoral es cómo dejar de padecer, cómo dejar de sufrir, cómo recuperar convivencia, sosiego, oportunidades para que con su trabajo puedan sus ingresos ser suficientes para atender la mesa, la salud, la educción y la vivienda de sus familias. Y eso, tanto la ideología como el elenco de poder que se instauró en Venezuela a partir de 1999 no lo puede ofrecer, mucho menos llevar a cabo, salvo que denigren abiertamente, primero, de Hugo Chávez Frías −quien, como un subproducto del domingo llanero barinés, ya luce ser solo historia, y mala historia− y, segundo, le asignen abierta culpabilidad del desastre que actualmente ocurre en toda Venezuela a Nicolás Maduro Moros.

Y eso, dialéctica y políticamente ¡es imposible! Así que, estimado Nelson, el estado Barinas le ha dicho mucho, pero mucho más a la dirigencia político partidista y a los llamados representantes de la sociedad civil que los análisis de académicos y expertos, las denominadas “political marketing solutions”, las largas presentaciones Power Point, los recurrentes “focus groups” y los supuestos sesudos analistas mediáticos.

La fórmula siempre ha existido, por encima de ambiciones personales, de fatuos o huecos liderazgos, de costosas campañas en redes sociales, de personalismos y utopías futuristas. Ese referente identitario sobre el cual te insisto, estimado Nelson, se expresa o expresaría en lo electoral en todo el país de manera más o menos homogénea: cerca de un quince, máximo un veinte o veinticinco por ciento de la población pudiera votar en apoyo de lo que fue o ha venido siendo el chavismo–madurismo. Por encima de ello, es corrupción, falsedad, trampa, manipulación descarada. Frente a tal realidad, es comprobable que cerca de un sesenta por ciento, máximo un setenta por ciento, clama desde hace tiempo por un cambio. El resto de los venezolanos no responden en cuanto a sus expectativas o conductas, pero, ten seguro, que de hacerlo jamás lo manifestarían en favor de un representante del actual elenco de poder.

Como lo he comprobado en diversidad oportunidades, estimado Nelson, sé que personalmente tienes válido acceso a Leopoldo López, a Henrique Capriles, a Julio Borges, a María Corina Machado, a Antonio Ledezma y a Henry Ramos, y podrías hacerles llegar estas reflexiones escritas en la madrugada de un esperanzador lunes.

Linda Barinas del 9 de enero del 2021 sugiere abandonar cotos, parcelas y cuotas, imposiciones, vetos o fatuas representaciones y, a cambio, afinar con mira telescópica un compromiso histórico: Venezuela y su libertad, en democracia, con bienestar, progreso, paz y convivencia.

Sí es posible alcanzar la jefatura de los 335 municipios, de los 23 estados, el Distrito Capital y la Presidencia de la república, con la formula concretada, sin palabrerías ni retóricas en Linda Barinas: unidad y acción política de calle, con un hombre o una mujer sudándose la camisa, sabiéndose que se es mayoría, viendo cara a cara a ese “Coromotico” que tantas veces nos dibujó el gran Zapata y que hoy, desafortunadamente, aun puebla como gran mayoría nuestras ciudades y caminos.

Desde Barinas, 10 de enero de 2022.

Barinas y el Alma llanera

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