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Runrunes de Bocaranda: ALTO – LA PROCESIÓN DENTRO DEL TSJ
¿Un frente de los exuniformados contra la corrupción de quienes −supuestamente− han gozado de la confianza presidencial en el TSJ?

 

LA PROCESIÓN DENTRO DEL TSJ

Sin ningún disimulo, desde el más alto poder han venido posponiendo por más de tres semanas la designación de los nuevos magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, tras anuncios de convocatoria a sesiones por parte de la Asamblea Nacional e inmediatamente, a pocas horas de la convocatoria, la cancelación del evento hasta una próxima fecha.

Ahora parece que será después de la Semana Santa. Adentro del régimen, en sus más altas instancias, hay resquemores y dudas cada vez más profundas sobre la confianza y fidelidad de algunos de los nombres que han venido surgiendo en el grupo de “seleccionados”.

Sin tener que ser adivinos, tras la frontal y dura denuncia del diputado Pedro Carreño, (dada su condición de ser uno de los “héroes del 4F” y militar retirado), contra al actual TSJ y específicamente contra dos mujeres que controlarían las sentencias y decisiones, las cosas se han venido enredando a paso rápido para el gobierno de Maduro.

Carreño aseguró que el funcionamiento del Tribunal Supremo de Justicia es “un desastre” y denunció a dos personas que, sin ser magistrados, imponen decisiones: “En este tribunal que se va (implícita en su frase la seguridad de que serán cambiados), se habla de que no tiene 32 magistrados sino 34. Que hay una magistrada 33 que toma las decisiones, y que acabó el litigio en este país. Y hay otra señora que, con la designación, ella es quien decide cuándo hace efectivo, cuándo es la entrega, cuándo juramentan. ¡Un desastre total!”, dijo durante su programa Desenlaces, que es transmitido por Venezolana de Televisión.

A los pocos días, otro “héroe del 4F”, el gobernador del estado Trujillo y también militar, Gerardo Márquez, reforzó lo dicho por su colega Carreño. Aunque fue todavía más explícito en su denuncia: “en el sistema judicial hay un cartel que juega con la libertad de los detenidos”; y otra joya: “Estamos próximos a designar en la AN un nuevo TSJ con magistrados nuevos, de otro nivel, para de verdad acabar con algunas mafias que se habían enquistado en el poder Judicial, y hay que decirlo. Yo no tengo temor”, expresó en su programa regional de radio y tv ¡Háblame Gerardo!

El mandatario regional aseguró que en el sistema judicial hay “mafias enquistadas, corrupción. Y opera “un cartel que juega con la vida del privado de libertad y con su familia. Cancelan montos altos para cambiar la calificación del delito para que tengan un poco más o menos la pena. Terrible lo que allí sucede”, sostuvo. Por ello, celebró que se vaya a designar nuevos magistrados del TSJ y afirmó que luego se debe “cambiar a los jueces en cada uno de los estados para que haya de verdad la justicia verdadera”.

Todo esto indicaría que al ala militar del 4F (los llamados muchachos de Chávez), han puesto una ¿alcabala? ante los posibles nombramientos judiciales.

¿Un frente de los exuniformados contra la corrupción de quienes −supuestamente− han gozado de la confianza presidencial? Lo que si estaría claro es que el actual presidente del TSJ no repetiría en el cargo tras cinco años en el mismo. Después de la Semana Mayor podremos ver con más claridad (¿u oscuridad?) el rumbo de la justicia venezolana. Quizás la presencia −continuada por varios días en Caracas− del fiscal de la Corte Penal Internacional, Karim Khan y sus asistentes, y sus conversaciones con Maduro, sirvan para que se avance en la limpieza ética de los tribunales venezolanos.

Para Juan Guaidó la instalación de un despacho de la CPI en Caracas es un «avance» para hacer justicia y establecer responsabilidades en violaciones de derechos humanos. Para Henrique Capriles, la nueva visita de Khan, sumado al establecimiento de una oficina en Venezuela, «confirma la decisión de la CPI de buscar el camino para que en el país las terribles violaciones de los derechos humanos tengan justicia». «Venezuela va a contar ahora con esta oficina que nos va a permitir un nivel de diálogo efectivo, en tiempo real, más eficiente; y un nivel de asistencia técnica que permita que el memorando de entendimiento de noviembre siga su curso», expresó a su vez Maduro, cuyo gobierno ha negado siempre que violaciones contra los derechos humanos en el país queden impunes.

¿LA POLÍTICA?

Una de las plumas que escriben en www.runrun.es pertenece a Julio Castillo Sagarzazu, quien fuera diputado y alcalde de Naguanagua, cuya visión crítica de la política y los políticos actuales impacta semanalmente. En su última crónica habla de los llamados conversos que tras saltar y brincar −tal cuales saltimbanquis− se olvidan de sus anteriores momentos, cercanías, dogmas y hasta de estupideces pasadas.

Castillo escribe: “En los últimos días fuimos testigos de patéticas declaraciones de dos personajes que han decidido, con la fe del converso, descubrir de pronto que con Maduro se vive mejor. Siempre se ha dicho que la fe del converso es la más irracional de todas. Es la que se muestra con mayor desparpajo y la que lleva a tomar decisiones que sorprenden a los mismos correligionarios que reciben al que viene de otra confesión. Cuentan los protagonistas del desdichado período de la lucha armada en Venezuela que cuando un militante se quebraba y se pasaba al otro lado solía hacerlo directamente a la Digepol, y que así se convertía en el peor de los delatores −e incluso torturadores− de sus viejos excamaradas. Los psicólogos lo explicarán mejor, pero es una huida hacia adelante para tratar de disfrazar la vergüenza.

(…) Uno es Daniel Ceballos exdirigente del VP y ahora del VP oficialista; y, el otro, un personaje que salió corriendo cuando Chávez dijo que investigaría a los corruptos: el exgobernador Luis Martínez, quien hoy y, desde el púlpito de ese templo de la insania que es la AN que sesiona en el Palacio Federal Legislativo, pide perdón a ‘Delcy y a Jorge’ por los pecados cometidos, mientras militaba en eso que él llama la oposición. Son, además, la demostración de cómo el régimen ha encontrado terreno fértil en algunos dirigentes para hacerse una oposición a la medida, una ‘leal oposición a su majestad’, como la que establece la vieja tradición inglesa, como obligación para el partido que queda fuera del gobierno en las elecciones precedentes.

La gran pregunta es: ¿por qué el régimen ha conseguido ese terreno fértil? Es obvio que la respuesta es de elección múltiple, pero en esta nota nos limitaremos −escribe Castillo- a señalar una; sobre la que hemos insistido en muchas otras anteriores. Se trata del abandono, desde hace muchos años, de la formación política de los dirigentes y militantes de los partidos políticos. En efecto, el ‘alacranato’, esa infame institución que se ha establecido en el país, ha conseguido en la falta de formación en valores, en principios y en doctrina, ese terreno fértil del que hablamos.

La formación política ha desaparecido virtualmente del currículo de la mayoría de los partidos. Los liceos y universidades, otrora semilleros y fragua de dirigentes políticos, están casi cerrados y desde hace tiempo dominados por una cierta indiferencia estudiantil sobre los asuntos públicos. Ceballos y Martínez son el producto más acabado de esta realidad. Obviamente no son los únicos, pero es natural que, si los partidos no revisan sus maneras de reclutar y formar sus dirigentes, vendrán muchos más. Cada vez más patéticos y grotescos. Hoy día, la mayoría de los partidos democráticos del país han anunciado procesos de revisión interna y de reestructuración de sus instancias. Se trata, por supuesto, de una buena noticia. No obstante, tenemos que convenir que, en las actuales circunstancias, en las que el régimen ha logrado diezmar, dividir y confiscar los partidos y sus símbolos, se hará muy difícil que el país reconozca estos procesos como eventos que marquen un viraje de las organizaciones políticas. Será, efectivamente, difícil que haya muchas nuevas caras porque los relevos no se improvisan de la noche a la mañana. Y la diáspora, la persecución y el hostigamiento de los líderes lo hace aun más difícil”.

Pregunto yo ahora: ¿esas lluvias trajeron estos malolientes lodos que hoy adornan a una supuesta oposición, a la que el gobierno de Nicolás les encontró su precio justo? ¿Será por eso que la otrora democracia venezolana, contagiada de esos virus crematísticos, es la oposición que no ha arrimado ni una bola criolla para el mingo? ¿Serán planificados milimétricamente todos esos costosos errores y trapisondas que inundan a la política venezolana? ¿Será la práctica del “cuánto hay pa´ eso?” la que predomina hoy día?

No puede ser que en 24 años ni siquiera una acción, una conquista, una esperanza real, haya dado sus frutos.

¿Qué hacer? ¿Nos quedaremos con una burbuja falsa? ¿Entenderemos que hay que unirse para salvar al país? En otro contexto, aproximado, cuando escribo estas líneas escucho a Jesús Seguías en una entrevista radial señalando un tema clave relacionado con los diálogos con Estados Unidos: “Mientras tanto, Biden negociará con Maduro por las mismas razones que Roosevelt negoció con Stalin y Trump negoció con Kim Jong-Un”.