El populismo, por José Toro Hardy
José Toro Hardy May 11, 2018 | Actualizado hace 6 años
El populismo, por José Toro Hardy

 

El populismo, como hoy lo conocemos, es una de las mayores amenazas a los pueblos latinoamericanos. No es más que el encumbramiento de los menos capaces que terminan por destruir todo lo que tocan.

Las doctrinas populistas eran algo diferente.  Surgen en la segunda mitad del Siglo XIX  en Rusia y en los EEUU. En Rusia lo promueve un grupo de intelectuales provenientes de la aristocracia que intentaron crear, entre 1850 y 1900, un movimiento para incitar a los campesinos a rebelarse contra el sistema. El padre del populismo ruso fue Herzen, quien se oponía al desarrollo burgués de su patria, pero que se oponía también a la violencia. Otras figuras destacadas del populismo ruso fueron Chernishevski, Levroy, Bakunin y otros.

Simultáneamente surge en los EEUU un movimiento populista radical y clasista (agrario), antirracista  pero no socialista, que busca el apoyo de los productores agrícolas independientes. Actuó entre 1870 y 1910. Su brazo político fue el Partido del Pueblo. Proponía la nacionalización de los ferrocarriles y de la banca, así como la mayor emisión de papel moneda; sin embargo, el populismo norteamericano ya había colapsado a finales del Siglo XIX. Entre sus figuras destacan Jerry Simpsonh, Mary Lease y Tom Watso.

Al terminar la I Guerra Mundial surgen en Europa gigantescas masas depauperadas. En medio de aquel torbellino, cambia la naturaleza misma del populismo. Deja de ser una doctrina y pasa a ser  un instrumento.  Recurriendo a mensajes y discursos llenos de demagogia y palabrerías algunos líderes son capaces de tensar las fibras más íntimas y exacerbar los temores más recónditos de las masas pauperizadas estimulando odios de razas y clases. Imponen algunas de las ideologías más tenebrosas que ha conocido la humanidad: el fascismo de Mussolini  y el nazismo de Hitler.

Concluida la II Guerra Mundial el populismo aparece en Latinoamérica. Grandes masas populares son controladas por algunos líderes carismáticos y demagogos que las engañan y utilizan a sus fines políticos. Al llegar al poder impusieron formas autoritarias o dictatoriales de gobierno, con apoyo militar,  para imponer sus acciones antidemocráticas. Propugnaban un Estado fuerte, controlador, claramente autoritario y paternalista.

Algunos de los líderes populistas más destacados de Latinoamérica fueron Víctor Raúl Haya de la Torre, en Perú (1920-1960); Getulio Vargas en Brasil (1930-1954);  Juan Domingo Perón y su esposa Evita (1945-1955). Encabezaron gobiernos nacionalistas, antiimperialistas, autoritarios y corruptos, que manejaron a su antojo la justicia e irrespetaron la independencia de los Poderes Públicos.  El denominador común fue que dejaron pueblos empobrecidos.

El populismo renace en Latinoamérica con el aumento simultáneo de todas las materias primas que tiene lugar a partir del año 2000 con el llamado “súper ciclo de commodities”. El Foro de São Paulo en 1990, a cuya cabeza estuvo Fidel Castro, había trazado el camino. Líderes como Hugo Chávez, Lula Da Silva, Dilma, Evo Morales, Fernando y Cristina Kirshner, Rafael Correa, Fernando Lugo, Zelaya, Daniel Ortega, Nicolás Maduro y otros fueron sus exponentes. Fueron una suerte de mezcla perversa entre populismo, socialismo y corrupción.

Se trató de políticos capaces de manipular a la gente empleando discursos vacíos y cargados de demagogia. Llegaron usualmente a los más incultos. Contando con ingresos extraordinarios producto del mencionado aumento de las materias primas, convencieron a las masas de que libraban una revolución que cambiaría sus destinos para siempre, cuando en realidad se trataba de un vil engaño pasajero. Una vez más el populismo fracasó, esta vez al caer las materias primas, y va de salida en toda la región dejando una estela de corrupción, pérdida de libertades y frustración. En Venezuela fue mucho peor.

Increíblemente, después de una destrucción inmisericorde donde dejaron al país y a su gente empobrecidos y sumidos en la peor hiperinflación del planeta, una escasez perniciosa, el aparato productivo devastado, la industria petrolera destrozada, millones de venezolanos emigrando a otros países y la democracia desmantelada, en Venezuela tratan de imponer un nuevo capítulo de una de las versiones más corruptas e incompetentes que ha conocido el populismo en el mundo.

 

@josetorohardy