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Runrunes de Bocaranda: ALTO – PDVSA ENTRE DOS GENERALES: 1976/2020

El Gral. Rafael Alfonzo Ravard (izq.), el histórico pozo Zumaque 1 en Mene Grande, estado Zulia (centro), y el Gral. Manuel Quevedo (der.). La foto del Zumaque es de Menú1973, en Wikimedia Commons.

PDVSA ENTRE DOS GENERALES: 1976/2020

Podría titularse “Auge y caída”. Resumo la historia de nuestra petrolera en estos 44 años con su comienzo en 1976 con el probo, preparado y exitoso general Rafael Alfonzo Ravard, y con su deteriorada y disminuida capacidad de producción y de probidad administrativa -cerrando estos 20 años de retroceso- con el despido del general Manuel Quevedo de su presidencia.

Sus palabras demuestran el acostumbrado caradurismo rojo rojito cuando, tras el fracaso de su gestión, presentó esta cacareada y risible excusa: «Nos tocó ir al frente de una guerra de última generación para desmantelar la economía nacional dirigida por Estados Unidos. Pdvsa es la obsesión imperial, en su intento por destruir el sueño bolivariano». Sorprende, sí, que diga esto quien tiene a su familia viviendo precisamente en ese “imperio”.

Recordemos (para que no se nos olvide en un régimen que vende y usa “fake” historias y “fake” cifras para todo) que luego de varios años trabajando en el proyecto para la nacionalización de la industria petrolera, con un equipo de expertos y profesionales en la materia, el 1 de enero de 1976 la bandera venezolana fue izada en el pozo Zumaque 1 y el general Alfonzo Ravard, avalado por años de exitosa gestión al servicio de la administración pública, es nombrado por el presidente Carlos Andrés Pérez como el primer presidente de la flamante empresa petrolera Petróleos de Venezuela, S.A. (PDVSA).

Apoyado en un excelente equipo gerencial, Alfonzo Ravard logró llevar a PDVSA a ser, durante varios años, una de las cinco corporaciones petroleras más importantes del mundo, convirtiéndola en una empresa respetada por todo el sector político venezolano, como principal generadora de ingresos para el país. Me tocó a mí, trabajando en Nueva York, el convocar a la prensa global para presenciar vía satélite el izamiento de la bandera de Venezuela en ese histórico pozo petrolero.

La diferencia entre el general Alfonzo Ravard y sus pares militares de hoy en el gobierno es abismal. Entre 1965 y 1974 Alfonzo Ravard ejerce, simultáneamente con la presidencia de EDELCA, la vicepresidencia de Aluminios del Caroní (Alcasa). En 1973 asume además la presidencia de Venalum, es decir todas las empresas tuteladas por la CVG. En 1963 se pone en marcha el proyecto hidroeléctrico Guri, en su momento el de mayor capacidad en el mundo y una de las obras de ingeniería más colosales ejecutadas en la historia de Venezuela.

Mientras tanto y de manera infatigable, Alfonzo Ravard trazaba nuevos horizontes con proyectos de desarrollo agropecuario para proveer productos agroindustriales a la zona; en 1969 llevó adelante el proyecto de arborización de Uverito, al sur del estado Monagas, donde se realizó con éxito la siembra de 26 millones de ejemplares de pino Caribe.

Ciudad Guayana y todo ese territorio bolivarense le deben su fundación y crecimiento industrial. De allí que por ese respeto y probidad (lo que hay que repetir varias veces) este militar logró ser exitoso en todas las funciones asignadas. Su visión de futuro, quizás una de sus virtudes principales, la razón más preponderante en este militar ejemplar y decisivo en el desarrollo de CVF, CVG, EDELCA y PDVSA. Fue presidente de la petrolera entre 1976 y 1983.

GASOLINA CON FECHA: 7 DE ABRIL 2002

De la utopía de la “Venezuela potencia” a la realidad de la “Venezuela empobrecida.” Una frase que sintetiza el drama e inmenso dolor que se siente al ver el padecimiento y maltrato que recibe el venezolano de a pie por la falta de un bien que hasta hace pocos años le era abundante, seguro y de calidad: la gasolina.

El combustible necesario para movilizarnos no es un lujo. Lo requieren los agricultores para sacar sus cosechas y alimentar a todo el país; para que maestros y alumnos lleguen a sus centros de enseñanza; para que miles de empresarios mantengan puestos de trabajo con calidad y a largo plazo. Turismo, cultura, salud, ocio, seguridad, todos los sectores tienen un indispensable componente energético. Todos lo han perdido.

Para el 7 de abril del 2002 Venezuela mostraba uno de los esquemas más modernos y eficientes del mundo para procesar crudo y generar gasolina.

Abastecíamos nuestras necesidades internas y, además, exportábamos. Nuestras estaciones de gasolina eran limpias, surtidas, eficientes, ofrecían servicios al conductor. Nicolás Maduro dispone de información dura, comprobable, de cómo toda esa realidad se transformó desde aquella fecha hasta el presente en todo lo contrario: ruina, escasez, improvisación, desabastecimiento, corrupción.

Pero ante el padecimiento que actualmente viven todos los hogares venezolanos Maduro no va solo como protagonista responsable. Él fue y es el heredero obligado -el escogido por La Habana- para suceder al difunto Hugo Chávez Frías y con quien, ahora como pareja, entra en esta lamentable etapa de nuestra historia. Una innecesaria y dolorosa historia.

No en vano la fecha arriba señalada: el 7 de abril del 2002. Fue ese día en que el difunto Chávez Frías, en cadena nacional, con un pito en la mano, sin ninguna visión estratégica nacional ni global y conduciendo su Aló presidente número 101, destituyó arbitrariamente al cuerpo de expertos y especialistas que conducían nuestra industria petrolera. Fue una trasmisión no solo inconstitucional y dañina, también vejatoria, humillante, demostrando sobrada arrogancia sobre un tema y una industria sobre lo que poco o nada sabía o comprendía.

Así lo dijo: “Yo no tengo problemas de rasparlos a todos, a toditos, si a todos hay que rasparlos”. Ese 7 de abril del 2002 el difunto se mostró convencido de sus abstracciones ideológicas y megalomanías, para que hoy su sucesor lleve a Venezuela a producir menos de 700.000 barriles diarios de petróleo (el nivel de nuestra industria para el año 1945, es decir, ¡65 años atrás!) y bastante menos de 100.000 barriles diarios de gasolina. Para aquel año, recordemos, Venezuela producía cerca de 2,5 millones de barriles diarios de petróleo y más de 1 millón de barriles diarios de gasolina.

Luego de 18 años, hoy desde Miraflores se mantiene la orden de abastecer ininterrumpidamente con nuestro petróleo al régimen de Cuba, y la crisis de no tener gasolina hace presencia brutal en Caracas y alcanza niveles nunca antes conocidos en el resto del país. Vemos cómo hasta los miembros de los cuerpos policiales y ambulancias quedan varados en la vía por falta de combustible.

El mercado negro de gasolina ya entró en la agenda cotidiana, mostrándose a la vista y protección de miembros de la Fuerzas Armadas (un experto nos explica que un mercado negro de combustibles solo es posible ¡si cuenta con el tutelaje de los cuerpos de seguridad de ese país!). Dios quiera que quienes están en capacidad de entrar y salir de Miraflores en estos días logren la difícil tarea de hacerle entender a su inquilino que con gasolina no se juega, porque es combustible, se prende y quema.