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Runrunes de Bocaranda: La verdad sobre Alex Saab, según Gerardo Reyes
El periodista investigador y director de Univision, Gerardo Reyes, acaba de publicar el libro Álex Saab, la verdad (Planeta), donde en 33 capítulos, 352 páginas, y diversos documentos inéditos desnuda al protegido de Nicolás Maduro

 

El respetado colega Gerardo Reyes hizo una sorprendente investigación para su libro Alex Saab, la verdad (Editorial Planeta). Y me envía este resumen, que comparto con ustedes, tras una entrevista que sostuvimos en Vivo Play. 

El libro responde estas preguntas: ¿Cómo llegó el empresario colombiano Alex Saab a las cumbres del poder de la Venezuela chavista? ¿Quién lo apadrinó? ¿Quién le dio el espaldarazo y cómo adquirió la importancia de un superministro que terminó resolviendo grandes y pequeños problemas de la revolución bolivariana?

 Este aparte del prólogo retrata al personaje

“Los amigos de Alex Saab no se explican cómo un tipo tan común y corriente de aspiraciones modestas y sin ninguna pasión, aparte del amor por sus hijos, se convirtió en el chacal financiero de la revolución bolivariana. Cuando ocupaba la gerencia de la empresa de textiles de la familia en Barranquilla, su meta más apremiante era llegar a fin de mes con saldos suficientes en el banco para pagar la nómina. Pero un día que lo había perdido todo y lo perseguían los bancos, cambió de sentido el famoso proverbio del que fue por lana y salió trasquilado. Saab viajó trasquilado a Venezuela y regresó con lana, mucha lana’’.

 Piedad Córdoba y Saab

El libro empieza  justamente con los detalles inéditos del día de octubre de 2010 en el que el colombiano en bancarrota conoció al canciller Nicolás Maduro por gestión de Piedad Córdoba. Fue a las 10 de la noche…

La crónica narra el emotivo encuentro a los pocos días con otro personaje clave en su ascenso: el ministro del poder popular Tareck El Aissami, y la amistad con un intermediario imprescindible para explicar su acceso directo al gobierno venezolano: Williams Amaro, el secretario personal de Maduro.

Piedad Córdoba logró la aprobación del desembolso que sacó de la ruina al empresario barranquillero. Ella dice que sin cobrar comisiones de éxito, pero hay documentos que indican lo contrario. Existen correos electrónicos en los que Saab no ocultaba su ansiedad por saber de los pagos.

Cuando Saab se quebró, debió abandonar en obra negra una casa enorme que estaba construyendo en Lagos de Caujaral, a las afueras de Barranquilla. Al recuperarse económicamente con el dinero que recibió del gobierno de Venezuela, le pidió al arquitecto Virgilio Sierra, que construyó la casa, que reiniciaran las obras y que solo le haría un agregado: una escultura de una mano haciendo pistola a los barranquilleros que le voltearon la espalda cuando se quebró. El arquitecto se negó.

Ya en las gozosas, el hijo mayor de Saab le armó una pataleta en París porque de cumpleaños el papá no quiso regalarle un Maserati sino un Porsche.

El sueño de Saab era tener un avión. Llegó a poseer una flota de seis o más. Todos muy lujosos, como el que usaba cuando fue detenido en Cabo Verde.

En proceso de separación, Saab se relacionaba con modelos europeas a quienes alojaba en hoteles de cinco mil dólares la noche en París y las invitaba a los restaurantes más costosos y exclusivos del mundo.

Dice el libro: “Al final, en el líquido de revelado fueron apareciendo dos rostros diferentes de Saab en el tiempo: el modesto y taciturno comerciante barranquillero ahorrativo y buen padre de familia y el arrogante nuevo rico de la revolución bolivariana que pagaba propinas astronómicas en los restaurantes de París y que no tuvo escrúpulos en involucrar a sus hijos, esposa y familiares en negocios por los que podrían ser acusados penalmente’’.

 Piedad, el Ñeñe y otros

Alrededor de las deudas del gobierno venezolano con empresarios colombianos por concepto de exportaciones, hay un correo de 23 de septiembre de 2010 enviado al director del SEBIN, servicio bolivariano de inteligencia, en el que la congresista insiste en los pagos: “Compatriota, me da mucha pena molestar, pero se me está convirtiendo en un grave problema lo de los empresarios que te enviamos los listados. Ellos están confundidos, me preguntan por qué le están pagando primero a los que están en contra del proceso y hasta apoyan a los paracos y a aquellos que nos han apoyado históricamente son rechazados”. Agregaba que “el grave problema es que yo les dije que no hicieran nada a través del ministro, que lo hicieran conmigo que yo me comprometía a que serían los primeros pagos en salir”.

La congresista reconoció la gestión, que en este caso era para unos empresarios de la Costa y Santander con quienes se reunió en Valledupar. Uno de esos empresarios era el Neñe Hernández.

Como la excongresista Córdoba se convirtió en el último puente que quedaba en pie entre el gobierno de Chávez y empresarios colombianos de todas las ideologías que querían recuperar los dineros congelados por exportaciones desde Colombia, a ella le hacían cola Carlos Mattos, el empresario automotriz, y Pepe Duver, líder de la industria textil.

 La espiritista del gobierno

En septiembre de 2010, Maduro envió a Córdoba con sus escoltas a consulta con la Gran Yolba, la espiritista oficial del gobierno venezolano, quien vivía en las colinas La Pastora, en una zona deprimida de Caracas. La Gran Yolba le dijo a la congresista que ella era considerada la médium oficial del libertador Simón Bolívar. Luego, en la sesión, Yolba fumó un tabaco y empezó a hablar con una voz diferente y dijo que era el Libertador. Luego señaló que Piedad llegaría a la presidencia de Colombia. A partir de ese momento Piedad Córdoba se convirtió en la consentida del régimen. Chávez y Maduro le daban gusto en lo que pidiera, incluyendo su latosa insistencia de que le pagaran a Saab 30 millones de dólares que Cadivi, la entidad oficial que controlaba las divisas, le adeudaba.

Además, la Gran Yolba se convirtió en consultora de las FARC: la guerrilla colombiana quería saber cómo curar la ceguera del comandante Jesús Santrich y dónde buscar la espada de Bolívar.

Piedad confirmó el episodio: “Soy amiga de Yolba. Y es más, por una razón muy sencilla, porque yo soy santera”.

 Saab y su padre

Una gran influencia en la vida de Saab es su padre, Luis Samir Saab Rada, un inmigrante libanés que llegó a Barranquilla a finales de los años cincuenta con treinta dólares en el bolsillo. Un capítulo completo del libro explica aspectos pocos conocidos de su vida: la masacre de niños de la que fue testigo en su natal Líbano, su travesía a Colombia, la amistad de su padre en Estados Unidos con Henry Ford, el magnate de la industria automotriz, sus peleas con la embajada gringa en Colombia y su amor por este país.

El libro señala que tras la detención de su hijo Alex en Cabo Verde, don Luis recibió una llamada de Maduro. “El presidente Maduro me llamó para tranquilizarme, me dijo que con su cuerpo diplomático están ayudando a mi hijo. No nos han dejado solos, han demostrado lealtad”.

 Saab y sus líos judiciales

El libro cuenta uno de los episodios más desconocidos de los enredos de Saab con la justicia: sus reuniones secretas con agentes de la DEA en varias partes del mundo en busca de una entrega negociada. El acuerdo fracasó en el último momento. Saab se reunió en Bogotá con el fiscal de su caso Michael Nadler quien salió convencido de que le estaba mintiendo, pero el empresario no tenía quién lo defendiera en ese momento porque sus abogados Rick Díaz de Estados Unidos y Abelardo de la Espriella de Colombia, no asistieron a la reunión.

Aún después de detenido en Cabo Verde, Saab continuó enviando señales de arreglo. Uno de sus intermediarios dijo que el empresario quería reunirse con el presidente Donald Trump.

El gran misterio: ¿a dónde fueron a parar dos millones de dólares que Saab le envió a Estados Unidos al profesor Bruce Bagley, un prestigioso académico que terminó detenido por corrupción.

 De la Espriella

El libro reconstruye paso a paso cómo la oficina del abogado Abelardo de la Espriella coordinó sacarle información a un patrullero de la policía que interceptaba las comunicaciones de Saab, su familia y algunos colaboradores. Durante 20 días, el bufete obtuvo verbalmente y por escrito del patrullero Eddie Pinto, los detalles de las investigaciones que adelantaban las autoridades colombianas y de Estados Unidos.

Al final, cuando ya lo sabía todo y Saab y los miembros de su entorno se habían salvado de un arresto por la filtración del policía, Abelardo de la Espriella dio la orden a una joven abogada de su bufete de denunciar a Pinto. ¿Por qué el patrullero fue el único acusado del delito de soborno? ¿Por qué no se investigó a quienes lo pagaron? El autor del libro confrontó con estas preguntas al fiscal y al juez del caso.

Independientemente de este episodio, el autor construye un perfil de De la Espriella que no lo deja bien parado. Ya anteriormente, De la Espriella demandó al autor en Estados Unidos y luego la retiró.

El libro publica el contenido completo de dos cartas inéditas de agentes de la DEA en los que solicitan que se investigue a Saab y su círculo. Uno de los mensajes fue enviado por el agente de la DEA, Edward Martínez, al patrullero Eddie Pinto en la que pide investigar a Alex Saab, miembros de su familia y su entorno.

El detective Pinto terminó encariñándose con el abogado de Saab, Mario García, y de tanto escucharlo lo buscó y le dijo que no le iba a causar ningún perjuicio porque le caía bien.

Por todos estos favores, el policía Pinto, que luego fue detenido y condenado, recibió un celular iPhone de 600.000 pesos.

 El mafioso que cambió de nombre

El libro publica por primera vez las operaciones de narcotráfico en Europa de Alvaro Pulido Vargas, el socio multimillonario de Saab. El autor tuvo acceso a documentos de la justicia italiana que relatan el papel que jugó Pulido en una red internacional de cocaína que operaba además en Alemania, Holanda, Polonia y Checoslovaquia a finales del siglo pasado. En esa época Pulido usaba su verdadero nombre: Germán Enrique Rubio Salas.

Rubio cambió de identidad y empezó a llamarse Álvaro Pulido. El libro ofrece la versión de Pulido de su doble identidad y otras explicaciones que le dio al autor en la única entrevista que ha concedido.

Saab aparece transversalmente en dos grandes defraudaciones que enredaron al régimen de Venezuela: el de las claps, paquetes de alimentos de ayuda alimentaria a venezolanos y la construcción de viviendas en Venezuela. En las claps robaban el 70 por ciento de su valor.

Aquí aparece el famoso episodio de cuando Juan Manuel Santos y la canciller María Ángela Holguín fueron sorprendidos por la presencia de Alex Saab en la firma con Chávez de un contrato para la construcción de viviendas.

La empresa se llamaba Fondo Global de Construcción y el negocio era por más de 200 millones de dólares. Pero todo era ficticio porque las viviendas nunca fueron entregadas completamente.  El entramado incluyó una compleja operación en Ecuador, cuyo escándalo no empezó con la pesquisa de un detective. El chofer de un camión que llevaba mercancías a Venezuela desde Ecuador descubrió que las cantidades que aparecían en los papeles de exportación no coincidían con las que llevaba en su camión.

 El alto funcionario que persiguió a Saab

Detrás de la ofensiva del gobierno de Trump contra Saab y en general contra el régimen venezolano, hay un funcionario relativamente desconocido: Marshall Billingslea, un alto oficial del Departamento del Tesoro.  El funcionario explicó al autor su estrategia para poner en la lista negra a la plana mayor del gobierno de Maduro. Meses antes de salir del cargo, Billingslea le hizo llegar a Saab una gorra con el logo del Tesoro que decía:  I see you soon (Lo veré pronto).

La segunda esposa de Saab, la italiana Camilla Fabri, a quien visitaba todos los fines de semana en Roma, en un agotador viaje que hacía en uno de sus aviones ejecutivos.

El libro no se limita a los aspectos legales y técnicos de los embrollos de Saab. El autor entrevistó a amigos de infancia y juventud que hablaron de su amor por los hijos y su dedicación a la fábrica de textiles de la familia. “Es obsesionado con los hijos, si él pudiera amamantarlos lo haría, el los cambiaba, el los peinaba, les armaba la lonchera y el era siempre el primero en llegar a todas las celebraciones del colegio de los pelaos’’.

Otras novedades: ¿Por qué Saab perdió la visa de Estados Unidos cuando era joven y soñaba con empezar una vida de empresario exitoso en Miami junto a su esposa Cynthia Certain? El final de la relación de Saab con su esposa: historias de infidelidades y desencanto.