Oswaldo Castillo fue sentenciado a la pena máxima sin pruebas que lo incriminen
Miliany Castillo aseguró que el día del magnicidio, su hermano estaba en el cine con sus amigos, “hay fotos con fecha y hora que lo confirman, los vecinos lo vieron, es imposible que una persona pueda estar en dos lugares tan distantes al mismo tiempo”
A Oswaldo Castillo solo le faltaba presentar la tesis para graduarse de ingeniero en mantenimiento mecánico en la Universidad Rafael María Baralt, del estado Zulia. Estaba en trámites para estudiar una segunda carrera cuando la Universidad Central de Venezuela (UCV) le informó que había sido admitido en la Escuela de Economía. Decidido a continuar con sus estudios, decide viajar a Caracas para formalizar su inscripción.
Durante todo el viaje, el joven estudiante estuvo en contacto con Miliany Castillo, su hermana, en el último mensaje que le envió le dijo que no pudo inscribirse en la universidad porque le faltaba un papel que debía gestionar en Maracaibo y que se iba a devolver.
Cuando Oswaldo llegó a la ciudad el Venado en el Zulia, el 6 de octubre de 2018, fue detenido por funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin). Cuenta Miliany que días después recibió una llamada desconocida que le informó que su hermano estaba preso, pero no le dijeron dónde. Tiempo después, se enteró que había sido su hermano quien mandó a que la llamaran para que supiera que estaba detenido, pues los policías no le permitían comunicarse.
Lo buscaron en todas las comisarías y organismos policiales del Zulia y no daban con él. “Un policía nos dijo, váyanse a Caracas que seguro lo tienen allá”.
“Cuando llegamos a la capital yo desconocía todos los nombres de las policías, Sebin, Dgcim, Cicpc, Dip… yo no sabía que existían. Lo buscamos por todos lados y nos decían que no estaba, hasta para la morgue me mandaron a buscarlo porque ya tenía 11 días desaparecido, pero para allá no fuimos porque mi mamá presentía, su corazón le decía que Oswaldo no estaba muerto”, dijo Miliany.
Oswaldo Castillo formaba parte del movimiento estudiantil y era muy activo durante las protestas de 2014 y 2017. Según cuenta Miliany, antes de que lo detuvieran era un chamo muy activo, le gustaba mucho la computación, hacer deporte y jugar fútbol.
“No hay evidencias en su contra”
Miliany y su mamá se enteraron dónde y quiénes tenían a Oswaldo gracias a una cadena nacional en donde el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, explicaba los detalles del plan de magnicidio que ocurrió el pasado 4 de agosto de 2018 mientras se celebraba el aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB).
Durante la cadena, Rodríguez presentó fotografías y un video en donde aparece Oswaldo -en lo que parece leyendo su propia confesión- explicando que había participado en las protestas de 2014, 2015, 2016 y 2017 y que estuvo en un campamento donde supuestamente se estaba planeando el magnicidio por órdenes de Julio Borges.
En el audiovisual, Oswaldo Castillo afirma que no quiso participar en el plan porque no le parecían las ideas. Jorge Rodríguez indicó que por Oswaldo desertar del plan, la oposición lo estaba buscando para asesinarlo y por eso tuvo que continuar su vida en la clandestinidad.
“A mi hermano lo detuvieron el 6 de octubre, dos meses después del intento de magnicidio, es mentira que estaba en la clandestinidad, él estaba haciendo sus diligencias para presentar la tesis y graduarse”, dijo Miliany Castillo.
Miliany Castillo aseguró que el día del magnicidio, su hermano estaba en el cine con sus amigos, “hay fotos con fecha y hora que lo confirman, los vecinos lo vieron, es imposible que una persona pueda estar en dos lugares tan distantes al mismo tiempo”.
Oswaldo Castillo fue recluido en el Sebin del Helicoide, sometido a torturas y tratos crueles e inhumanos y, luego de 144 audiencias y un juicio que duró más de dos años, fue sentenciado a 30 años de prisión por los delitos de “traición a la patria y homicidio intencional calificado en grado de frustración en la persona del Presidente de la República”; así como homicidio intencional calificado ejecutado con alevosía y por motivos fútiles en grado de frustración, y lanzamiento de artefacto explosivo en reuniones públicas.
Según detalla Miliany, en el expediente de su hermano “no hay nada”. Explicó que ni siquiera se tomaron la molestia de “sembrarlo” como sí lo han hecho en otros casos.
“Cuando a los funcionarios que detuvieron a mi hermano los llamaron a declarar por ser los testigos al momento de la detención, ellos mismos dijeron que no encontraron evidencias de la participación de él en el magnicidio”, dijo Miliany y agregó que introdujeron una apelación, pero los abogados no han podido hacer mayor cosa porque “los poderes están secuestrados”.
Trasladado al Rodeo I
El pasado 5 de abril, el Centro de Derechos Humanos del partido Vente Venezuela alertó que Oswaldo Castillo y otros presos políticos habrían sido trasladados de manera clandestina, bajo engaño y sin notificar a los familiares, a la Cárcel de El Rodeo I.
#Alerta | Oswaldo Castillo y otros presos políticos en el Sebien, fueron trasladados de manera clandestina a la cárcel de El Rodeo, bajo engaño, sin notificar a sus familiares.
Exigimos el cese de las violaciones a sus derechos. Son inocentes y merecen estar en libertad. https://t.co/wsO1gSAi1V
— DDHH Vente Venezuela (@VenteDDHH) April 5, 2024
Miliany Castillo describió las condiciones de reclusión en el Rodeo como inhumanas: Una celda 2×2 con letrina, comiendo en el mismo espacio donde hace sus necesidades, no le permiten almohadas, no le permiten libros, no le permiten llamadas.
Detalla que la última vez que lo vio fue el pasado sábado. Con un nudo en la garganta y la voz entrecortada pudo decir que viven en una “angustia y desesperación constante por las condiciones en las que está Oswaldo”.
“Sabemos que los que están recluidos ahí han perdido mucho peso y no tienen ni dos meses detenidos. Mi hermano me dice que la comida es poca y por lo general es pura harina, bollitos de masa, arroz, pasta”, dijo.
Explicó que las visitas aunque son semanales, son monitoreadas, solo duran 15 minutos y son a través de teléfonos. “Alrededor siempre hay funcionarios escuchando lo que uno habla, yo me imagino que a ellos los amenazan para que no cuenten las condiciones”.
Miliany aseguró que no permiten pasarles ni agua, ni comida, ni sus cosas personales. No tienen actividad física, ni recreacional, está totalmente aislado.
“Mi mamá está en el Zulia y yo estoy allá y acá. Yo tomé las riendas de esto porque mi mamá está muy afectada, está muy deprimida, porque sus padres fallecieron y su hijo está preso injustamente. No ha podido reponerse. Ha sido muy duro. Será el tiempo el que la ayude”, dijo.
Miliany comentó que aunque su hermano ya lleva cinco años detenido, la fe de él está firme y ora todos los días para que se haga justicia. “Él tiene fe de que este es el año”, dijo.
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