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Dainer, 16 años y una vida en pausa por una detención doblemente arbitraria

Con 16 años, Dainer Abraham Rivero debería estar cursando el último año de bachillerato, practicando deportes y planificando su futuro. En cambio, lleva 10 meses privado de libertad en el retén de menores y mujeres de Caraballeda, estado La Guaira, sin una sentencia firme, sin acceso a defensa privada y con un proceso judicial marcado por irregularidades.

Al adolescente se lo llevaron el 29 de julio de 2024, fecha en la que en distintos puntos del país se desataron protestas en contra del resultado de las elecciones presidenciales anunciado por el Consejo Nacional Electoral. Es de los detenidos que más tiempo lleva tras las rejas por esta causa. Desde entonces, su proceso ha estado plagado de aplazamientos y audiencias suspendidas, además de otras irregularidades. 

La familia del adolescente es de bajos recursos y tampoco sabe nada sobre leyes y el sistema de justicia. A 10 meses de la detención, esperan que pronto termine este agobiante proceso para que él pueda retomar sus estudios de bachillerato y pueda graduarse.

Un familiar que declaró a Runrun.es bajo anonimato dijo tener conocimiento de que al muchacho le imputaron los presuntos delitos de terrorismo y daños al patrimonio público.

Dainer Abraham Rivero vive solo con su papá en una casa tipo “ranchito” que construyeron ellos mismos en una zona popular de Caraballeda. Ese lugar lo levantaron en un pequeño terreno “prestado”, porque el papá del joven no tenía un empleo fijo y le es imposible pagar un alquiler. Además de que están a la espera de obtener una casa mediante un plan de vivienda, pero no saben cuándo podrán ser beneficiarios.

La detención y los presuntos cargos

A Dainer Abraham lo imputaron por los presuntos delitos de terrorismo y daños al patrimonio público Lo vincularon con el derribo de una estatua del fallecido presidente Hugo Chávez en La Guaira. Sin embargo, su familia niega que él haya participado en ese hecho.

“Él estaba llevando una bolsa de comida el día que hubo ese alboroto. Regresando de llevarla, sacando conclusiones y preguntándole a él sobre eso, cuando venía por La Guaira en la bajada del Playón, se bajaron cuatro colectivos de un carro negro con armas largas, vestidos de negro y no se les veía el rostro”, contó el familiar.

En ese momento, el muchacho fue detenido junto a otros jóvenes y estos sujetos comenzaron a preguntarles: “¿Quién les pagó para que salieran a la calle a guarimbear”. En ese proceso de detención irregular, el familiar afirma que tanto a los otros jóvenes como a Dainer los golpearon porque se negaban a reconocer algo que ellos no hicieron.

“Lo golpeaban para acá y para allá, y entonces, en vista de que ellos no decían nada, los llevaron  a un sitio. Lo querían matar, esa es la verdad. Con su misma franela le taparon su rostro y lo montaron en la unidad, no sé si era cerrada o era abierta atrás. Era una camioneta que ellos decían que era negra”, relató su pariente.

De acuerdo con lo que narró la fuente, la camioneta comenzó a rodar hasta una zona que no saben si era Macuto o La Guaira, donde unos presuntos colectivos detuvieron el vehículo y preguntaron para dónde llevaban a los muchachos. Pidieron que los dejaran allí y comenzaron a interrogarlos.

“Ellos negaron todos los cargos. Hasta a un bolsito que ellos llevaban le metieron una piedra como para justificar que ellos sí estaban en eso. Hicieron creer todo eso y ellos pasaron un momento feo”, contó su allegado.

Después de todo ese horror que les hicieron vivir y de horas en las que temieron incluso por sus vidas, los jóvenes fueron entregados a Polivargas, quienes los trasladaron hacia el retén de Caraballeda, donde el adolescente permanece detenido hasta la fecha.

Un proceso judicial sin avances

Durante un tiempo, la familia del adolescente fue engañada porque les dijeron en varias ocasiones que lo iban a liberar. Pero eso no ocurrió. Fue pasando el tiempo en audiencias telemáticas en las que, en  ocasiones, no aparecían los fiscales ni la parte acusadora.

“El caso es una cosa loca porque en el primer relato decían que a ellos los agarraron los policías, pero los agarraron fueron los colectivos. Hay audiencias que se suspendían porque no había pruebas. La única prueba eran los policías y no se presentaban”, añadió el familiar. 

La última audiencia del caso del adolescente tuvo lugar el pasado viernes 23 de mayo, donde se presentaron las pruebas acusatorias. Su familiar afirma que estas “fueron montadas”. La próxima audiencia se realizará el 28 de mayo y la familia del joven espera que sea la última.

Problemas de salud desencadenados por el injusto encarcelamiento

La detención ha tenido un impacto devastador en la vida del adolescente. No pudo ni siquiera comenzar a cursar el quinto año de bachillerato, aun cuando el Estado tiene la obligación de garantizar su continuidad educativa. 

En el lugar en el que está recluido solo permiten visitas de mujeres y su papá está a su cargo, por lo que se le ha hecho muy difícil poder verlo, pues otro familiar que sí es mujer es quien puede ir a visitarlo cada 15 días aproximadamente. Su pariente mencionó que es gracias al director del penal que el padre del adolescente ha podido verlo algunas veces para llevarle algunos insumos.

“(Su papá) le manda alguna plata o Harina PAN pan, ñema y ciertas cosas. Por la parte donde están las mujeres, ellas tienen una cocinita y en la noche ellos hacen su comida y comparten. Las mujeres hacen comida (…) Hicimos unas amistades con las femeninas y los muchachos, pues, a veces, cuando se puede, él llama y esa es la comunicación que se tiene con él”, señaló el familiar entrevistado.

Pero estando en prisión, el adolescente ha padecido diversos problemas de salud. “Al principio, no sé si por la angustia, se enfermaba mucho. Tenía un dolor en una muela que lo tenía muy mal. Una vez lo tuvieron que sacar al ‘hospitalito’ de Caraballeda. Lo inyectaron con un calmante”, contó su familiar.

Dainer también ha tenido problemas de gripe, malestar general y ha sufrido de “asfixia tipo asma”, según denuncian sus allegados.  A medida que pasaba el tiempo encarcelado, se veía también afectado por el calor.

Un sistema que incumple la protección a los adolescentes

El caso de Dainer Abraham Rivero choca frontalmente con lo establecido en la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA), y en particular con el Sistema de Responsabilidad Penal del Adolescente (SRPA), vigente en Venezuela desde 2007. 

La legislación establece, entre otras cosas, que la privación de libertad debe ser una medida excepcional y de último recurso para personas de esta edad. Además, el Estado tiene la obligación de garantizar que todo adolescente acusado tenga asistencia legal efectiva, el derecho a ser oído con prontitud, y a ser juzgado en un plazo razonable.

En el caso del adolescente, ninguna de estas garantías se ha cumplido. Y después de afrontar todas las irregularidades de una detención doblemente arbitraria sigue esperando la libertad para retomar no solo su ciclo educativo, sino continuar también con su vida. 

*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país

La detención ha tenido un impacto devastador en la vida del adolescente. No pudo ni siquiera comenzar a cursar el quinto año de bachillerato, aun cuando el Estado tiene la obligación de garantizar su continuidad educativa
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Con 16 años, Dainer Abraham Rivero debería estar cursando el último año de bachillerato, practicando deportes y planificando su futuro. En cambio, lleva 10 meses privado de libertad en el retén de menores y mujeres de Caraballeda, estado La Guaira, sin una sentencia firme, sin acceso a defensa privada y con un proceso judicial marcado por irregularidades.

Al adolescente se lo llevaron el 29 de julio de 2024, fecha en la que en distintos puntos del país se desataron protestas en contra del resultado de las elecciones presidenciales anunciado por el Consejo Nacional Electoral. Es de los detenidos que más tiempo lleva tras las rejas por esta causa. Desde entonces, su proceso ha estado plagado de aplazamientos y audiencias suspendidas, además de otras irregularidades. 

La familia del adolescente es de bajos recursos y tampoco sabe nada sobre leyes y el sistema de justicia. A 10 meses de la detención, esperan que pronto termine este agobiante proceso para que él pueda retomar sus estudios de bachillerato y pueda graduarse.

Un familiar que declaró a Runrun.es bajo anonimato dijo tener conocimiento de que al muchacho le imputaron los presuntos delitos de terrorismo y daños al patrimonio público.

Dainer Abraham Rivero vive solo con su papá en una casa tipo “ranchito” que construyeron ellos mismos en una zona popular de Caraballeda. Ese lugar lo levantaron en un pequeño terreno “prestado”, porque el papá del joven no tenía un empleo fijo y le es imposible pagar un alquiler. Además de que están a la espera de obtener una casa mediante un plan de vivienda, pero no saben cuándo podrán ser beneficiarios.

La detención y los presuntos cargos

A Dainer Abraham lo imputaron por los presuntos delitos de terrorismo y daños al patrimonio público Lo vincularon con el derribo de una estatua del fallecido presidente Hugo Chávez en La Guaira. Sin embargo, su familia niega que él haya participado en ese hecho.

“Él estaba llevando una bolsa de comida el día que hubo ese alboroto. Regresando de llevarla, sacando conclusiones y preguntándole a él sobre eso, cuando venía por La Guaira en la bajada del Playón, se bajaron cuatro colectivos de un carro negro con armas largas, vestidos de negro y no se les veía el rostro”, contó el familiar.

En ese momento, el muchacho fue detenido junto a otros jóvenes y estos sujetos comenzaron a preguntarles: “¿Quién les pagó para que salieran a la calle a guarimbear”. En ese proceso de detención irregular, el familiar afirma que tanto a los otros jóvenes como a Dainer los golpearon porque se negaban a reconocer algo que ellos no hicieron.

“Lo golpeaban para acá y para allá, y entonces, en vista de que ellos no decían nada, los llevaron  a un sitio. Lo querían matar, esa es la verdad. Con su misma franela le taparon su rostro y lo montaron en la unidad, no sé si era cerrada o era abierta atrás. Era una camioneta que ellos decían que era negra”, relató su pariente.

De acuerdo con lo que narró la fuente, la camioneta comenzó a rodar hasta una zona que no saben si era Macuto o La Guaira, donde unos presuntos colectivos detuvieron el vehículo y preguntaron para dónde llevaban a los muchachos. Pidieron que los dejaran allí y comenzaron a interrogarlos.

“Ellos negaron todos los cargos. Hasta a un bolsito que ellos llevaban le metieron una piedra como para justificar que ellos sí estaban en eso. Hicieron creer todo eso y ellos pasaron un momento feo”, contó su allegado.

Después de todo ese horror que les hicieron vivir y de horas en las que temieron incluso por sus vidas, los jóvenes fueron entregados a Polivargas, quienes los trasladaron hacia el retén de Caraballeda, donde el adolescente permanece detenido hasta la fecha.

Un proceso judicial sin avances

Durante un tiempo, la familia del adolescente fue engañada porque les dijeron en varias ocasiones que lo iban a liberar. Pero eso no ocurrió. Fue pasando el tiempo en audiencias telemáticas en las que, en  ocasiones, no aparecían los fiscales ni la parte acusadora.

“El caso es una cosa loca porque en el primer relato decían que a ellos los agarraron los policías, pero los agarraron fueron los colectivos. Hay audiencias que se suspendían porque no había pruebas. La única prueba eran los policías y no se presentaban”, añadió el familiar. 

La última audiencia del caso del adolescente tuvo lugar el pasado viernes 23 de mayo, donde se presentaron las pruebas acusatorias. Su familiar afirma que estas “fueron montadas”. La próxima audiencia se realizará el 28 de mayo y la familia del joven espera que sea la última.

Problemas de salud desencadenados por el injusto encarcelamiento

La detención ha tenido un impacto devastador en la vida del adolescente. No pudo ni siquiera comenzar a cursar el quinto año de bachillerato, aun cuando el Estado tiene la obligación de garantizar su continuidad educativa. 

En el lugar en el que está recluido solo permiten visitas de mujeres y su papá está a su cargo, por lo que se le ha hecho muy difícil poder verlo, pues otro familiar que sí es mujer es quien puede ir a visitarlo cada 15 días aproximadamente. Su pariente mencionó que es gracias al director del penal que el padre del adolescente ha podido verlo algunas veces para llevarle algunos insumos.

“(Su papá) le manda alguna plata o Harina PAN pan, ñema y ciertas cosas. Por la parte donde están las mujeres, ellas tienen una cocinita y en la noche ellos hacen su comida y comparten. Las mujeres hacen comida (…) Hicimos unas amistades con las femeninas y los muchachos, pues, a veces, cuando se puede, él llama y esa es la comunicación que se tiene con él”, señaló el familiar entrevistado.

Pero estando en prisión, el adolescente ha padecido diversos problemas de salud. “Al principio, no sé si por la angustia, se enfermaba mucho. Tenía un dolor en una muela que lo tenía muy mal. Una vez lo tuvieron que sacar al ‘hospitalito’ de Caraballeda. Lo inyectaron con un calmante”, contó su familiar.

Dainer también ha tenido problemas de gripe, malestar general y ha sufrido de “asfixia tipo asma”, según denuncian sus allegados.  A medida que pasaba el tiempo encarcelado, se veía también afectado por el calor.

Un sistema que incumple la protección a los adolescentes

El caso de Dainer Abraham Rivero choca frontalmente con lo establecido en la Ley Orgánica para la Protección de Niños, Niñas y Adolescentes (LOPNNA), y en particular con el Sistema de Responsabilidad Penal del Adolescente (SRPA), vigente en Venezuela desde 2007. 

La legislación establece, entre otras cosas, que la privación de libertad debe ser una medida excepcional y de último recurso para personas de esta edad. Además, el Estado tiene la obligación de garantizar que todo adolescente acusado tenga asistencia legal efectiva, el derecho a ser oído con prontitud, y a ser juzgado en un plazo razonable.

En el caso del adolescente, ninguna de estas garantías se ha cumplido. Y después de afrontar todas las irregularidades de una detención doblemente arbitraria sigue esperando la libertad para retomar no solo su ciclo educativo, sino continuar también con su vida. 

*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa, con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes “contra el odio”, “contra el fascismo” y “contra el bloqueo”. Este contenido está siendo publicado teniendo en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país

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