Es posible acabar con la violencia en Caracas: Un exmiembro de bandas cuenta cómo lo logró
[#CuéntameConvive] Es posible acabar con la violencia en Caracas: Un exmiembro de bandas dice cómo lo logró

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Foto: Cortesía Caracas Mi Convive

En la ciudad más peligrosa del mundo, según el más reciente informe de la organización civil mexicana Seguridad, Justicia y Paz (enero de 2016), en la que se registran casi 120 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, aún es posible encontrar historias de resiliencia. Hay habitantes de Caracas que a pesar de haber caído en el círculo de la violencia como víctimas y/o victimarios, le han dado la espalda a la opción de la venganza y, hoy por hoy, son líderes de la convivencia, que con su ejemplo inspiran a abandonar la violencia como forma de vida.

Con la historia de “Miguelón” que hoy es presentada al país, Caracas Mi Convive inicia la divulgación de la serie de testimonios de héroes de la convivencia , una iniciativa con la que se pretende resaltar que sí es posible salir del espiral de la violencia de forma pacífica, promoviendo la convivencia, apostando a la rehabilitación física y moral de los ciudadanos y “desnormalizando” los actos violentos: La sociedad debe recuperar la noción de que la violencia es la excepción y no la norma e integrarse como parte activa en la recuperación de la convivencia en la ciudad.

“Miguelón” tiene 36 años y es profesor de baloncesto en la comunidad capitalina de San Agustín. Perteneció a una banda y en una fiesta, como en las tantas que todos los fines de semana terminan en hechos violentos en Caracas, su vida dio un giro inesperado: recibió tres tiros en la espalda que le impidieron volver a caminar. Contradictoriamente, lo que pudo haber sido el final de su historia o el inicio de una cadena de revanchas, le devolvió el sentido a su vida.

“Dios me puso así en el camino correcto. A lo mejor de pie, ya estuviese muerto o preso, no estuviese dando clases de baloncesto. A raíz de eso, me levanté y empecé a luchar, me di cuenta de que la delincuencia no deja nada bueno”, expresa Miguelón.

Nuestro héroe de la convivencia es profesor de baloncesto de niños y niñas de 7 a 19 años. Se encarga de organizar los torneos, tanto dentro de su barrio como con otras comunidades y ha incentivado a sus vecinos a trabajar “con las uñas” para mantener operativa la cancha en la que practican y reparar los balones, porque no reciben ayuda de las autoridades locales. Su mensaje a sus alumnos y tres hijos trasciende el puro enfoque de la disciplina deportiva.
“La vida fácil no lleva a nada bueno. La vida fácil solo te puede llevar a la cárcel, o a la tumba”, comenta siempre a sus alumnos un hombre que recibió al menos diez tiros en su antiguo proceder, y que perdió a sus padres y a su esposa en hechos violentos.

“Las OLP solo ampliarán el círculo de la violencia”

Roberto Patiño, fundador de Caracas Mi Convive y experto en materia de seguridad, afirma que los testimonios como los de “Miguelón” demuestran que la rehabilitación física y moral es posible. Responder a la violencia con más violencia solo ampliará el círculo vicioso de la criminalidad. A su juicio, las acciones de la Operación de Liberación y Protección del Pueblo (OLP) que son promovidas desde el Gobierno, se inscriben en el desacertado enfoque de la “mano dura”, que ha sido inefectivo en el pasado para reducir la violencia.

“La OLP es más de lo mismo. Un Miguelón, por ejemplo, no podría haber sobrevivido con las OLP. Lo que aplica el gobierno actualmente es una política de ‘dispara primero, pregunta después’. Esas acciones promueven el revanchismo, empeoran el problema y ponen en riesgo la vida y la seguridad de los habitantes de las comunidades”, precisa Patiño, al tiempo que advierte sobre el peligro que representará trasladar estas operaciones a todo el país, tal y como anunció el 31 de mayo pasado el presidente Nicolás Maduro.

Destaca que todo procedimiento para recuperar territorios tomados por el hampa debe respetar los derechos humanos y ser avisado con suficiente antelación, para evitar impactar negativamente en las comunidades. “La OLP ha deslegitimado al Estado, porque de alguna forma están implementando la pena de muerte”, acota.

Patiño fue dirigente estudiantil de la Universidad Simón Bolívar en 2011 y tiene estudios de posgrado en Políticas Públicas en Harvard. En su trabajo de grado, estudió casos de prevención de violencia en varias ciudades del mundo y recopiló información de la Alcaldía de Sucre, municipio en donde 8 de cada 10 homicidios son cometidos en 6% del territorio. Esto confirma la hipótesis de que la violencia social es “pegajosa”: es “viral”, se reproduce y se concentra en pocos lugares y en pocas personas.

A partir de un análisis de las estadísticas de homicidios en ese Municipio, se concluyó que 7 de cada 10 crímenes en los últimos 5 años se relacionaron con ajustes de cuentas, lo que evidencia además que un factor de riesgo importante para ser víctima de la violencia es tener un familiar, amigo o cercano que haya sido asesinado.

Patiño se devolvió al país a prestar sus conocimientos en pro de la pacificación de la ciudad y dirige junto a Leandro Buzón el proyecto social “Caracas Mi Convive”, un movimiento en el que confluyen vecinos y líderes comunitarios de Caracas de distinta orientación política, lo que ya es un logro relevante en un país en donde la polarización política colorea el tono y nivel de las relaciones sociales, familiares y hasta personales.

Desde “Caracas Mi Convive” se busca promover una ciudad de convivencia a través del desarrollo de redes comunitarias y políticas en el Municipio Libertador. Lo más importante de este proyecto es que los líderes y organizaciones sociales se integran como protagonistas de las actividades para fomentar esa integración entre vecinos.

“Caracas Mi Convive” identifica a los jóvenes en situación de riesgo y los incluye en programas que los alejen del círculo de la violencia; también crea los vínculos con otras asociaciones que prestan apoyo legal, psicológico y material a los familiares de las víctimas de la violencia.

Las actividades con las comunidades son constantes. En el transcurso de 2016, Caracas Mi Convive ha realizado 13 talleres de prevención de la violencia, 4 jornadas de salud, 2 actividades deportivas; ha recuperado 2 canchas y ha integrado a distintas comunidades con 7 actividades culturales y 5 sancochos.

También, ha asesorado a los vecinos en la realización de cuatro “mapeos comunitarios”, actividad en la que se establecen los puntos “calientes” de las comunidades donde ocurren hechos de violencia y se establecen agendas de trabajo con eventos deportivos y culturales en esos espacios.

La historia de “Miguelón” es el abrebocas de una serie de trabajos que darán a conocer que el círculo de la violencia tiene fin. Lo han logrado ciudades como Medellín y Ciudad Juárez, y Caracas tiene el capital humano y social necesario para conseguirlo.