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CLAVES | Lo que dejaron los procesos previos de negociación en Venezuela según WOLA
Existe la posibilidad de una nueva mesa de negociación entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, liderada por Noruega, que podría instalarse en agosto de 2021 en México

El 30 de enero de 2019, el Consejo Europeo aprobó la creación de un Grupo Internacional de Contacto para Venezuela, que tendría como objetivo generar apoyo internacional para establecer un diálogo entre la oposición venezolana y Nicolás Maduro.

En marzo de 2019, la oposición y el oficialismo iniciaron una mesa de negociación para discutir el retorno de la democracia a Venezuela.

Estas reuniones fueron lideradas por el Centro Noruego de Resolución de Conflictos (NOREF) y se llevaron a cabo en Oslo y Barbados. La primera se realizó en Nueva Esparta y como resultado, se permitió el ingreso de ayuda humanitaria de la Cruz Roja Internacional a Venezuela. 

Sin embargo, estas negociaciones no llegaron a ningún acuerdo político que lograra destrabar la conflictividad en el país.  Por lo que, ante la posibilidad de una nueva mesa de negociación  liderada por Noruega que podría instalarse en agosto de 2021 en México, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA por sus siglas en inglés) publicó un informe, desde el punto de vista de los participantes, sobre las conversaciones pasadas de Barbados y Oslo. 

El pasado 21 de julio, el presidente interino, Juan Guaidó, aseguró que la oposición está lista, como alternativa democrática y como gobierno encargado, para lograr una solución al conflicto a través de la mesa de negociación en México.

Además, reiteró que el gobierno de Nicolás Maduro es el que impide esta opción. “Esperemos que se logre una solución al terrible conflicto  que atraviesa Venezuela”, dijo durante una entrevista con RCN.

Para la elaboración del informe, los autores de WOLA  realizaron extensas entrevistas con fuentes de la oposición venezolana y del gobierno de Nicolás Maduro, incluyendo varios miembros de ambos equipos de negociación que participaron en las conversaciones de Oslo y Barbados en 2019. 

De igual forma, consultaron a funcionarios de alto rango estadounidenses y a otros diplomáticos internacionales familiarizados con las negociaciones.

A continuación, algunas claves de lo que dejaron los procesos previos de negociación en Venezuela según este documento. 

Los equipos negociadores avanzaron discutiendo problemas intratables. Los negociadores del gobierno en Oslo y Barbados se negaron a aceptar una propuesta que involucrara que Nicolás Maduro saliera del poder y cediera este a un «Consejo de Estado», que supervisara las elecciones. Tanto la oposición como el gobierno discutieron la posibilidad de nuevas elecciones presidenciales, centrándose más en las condiciones electorales que en quien ocuparía el nuevo puesto del palacio presidencial.

Los miembros de ambos equipos de negociación desarrollaron un nivel de confianza y entendimiento mutuo. Mientras que ambos equipos mantuvieron firmes sus posiciones centrales, desarrollaron suficiente familiaridad con las limitaciones de sus contrapartes, lo que permitió plantear soluciones más pragmáticas a problemas difíciles.

Ambos equipos negociadores se enfrentaron a facciones de línea dura. Fuentes del gobierno de Maduro describen el rechazo de sectores resistentes a concesiones. Fuentes de la oposición sugirieron que la falta de progreso y el apoyo apático de EEUU redujo su capacidad para generar aceptación en su coalición.

Tanto el gobierno de Maduro como la oposición tenían alternativas para una solución negociada. La oposición señaló las conversaciones fallidas para afirmar que se necesitaba más presión contra la administración de Maduro y el hecho de que sostener las conversaciones pulió la legitimidad y la posición internacional del gobierno. El éxito en las negociaciones no fue adquirido por ninguna de las partes.

El gobierno de Maduro buscó aprovecharse de las divisiones dentro de la oposición para marginar a la parte liderada por Juan Guaidó y empoderar a una facción que era menos conflictiva. Cuando las conversaciones de Barbados empezaron a titubear, Maduro entabló un diálogo paralelo con partidos minoritarios de la oposición para ofrecer solo concesiones mínimas.

Estados Unidos fue percibido, por ambas partes, como indispensable para las negociaciones de 2019, pero las divisiones entre el Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de la administración de Trump y el Departamento de Estado complicaron la participación de EEUU en el proceso. Exfuncionarios y negociadores de la oposición señalaron tensiones claras como: los diplomáticos del Departamento de Estado apoyaron las conversaciones, pero los funcionarios del NSC solo las vieron como una forma de profundizar las divisiones chavistas.

La falta de voluntad de Estados Unidos para igualar la flexibilidad de la oposición con respecto a las sanciones le dio un poder que fue ejercido inútilmente. La idea negativa de la Casa Blanca de considerar aliviar las sanciones a cambio de nuevas elecciones mientras Maduro todavía estaba en el poder, dejó a los negociadores de la oposición con poco apalancamiento. Las nuevas sanciones estadounidenses, anunciadas en agosto de 2019, significaron una excusa para que Maduro paralizara las conversaciones, y que la oposición pusiera fin al proceso.

 

Recomendaciones para no fallar de nuevo

Ante los fallidos resultados de estas mesas de negociación, WOLA planteó en el informe algunas recomendaciones para futuros procesos de diálogo entre el gobierno de Maduro y la oposición. 

A continuación, algunas de ellas: 

-La mesa de negociación debe reestructurarse para incorporar aportes de un conjunto más amplio de actores. Las próximas negociaciones deberían tener una mayor paridad de género e incluir un espacio claro para consulta con organizaciones de la sociedad civil, grupos de derechos humanos y víctimas. La mayoría de los entrevistados estaban abiertos a la participación de la sociedad civil de manera indirecta, creyendo que podría servir para ampliar tanto los aportes como el apoyo a las conversaciones.

-Se considera que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Noruega sigue siendo el mejor actor para facilitar futuras negociaciones. A medida que las negociaciones van avanzando, pueden requerir una participación más activa por parte de facilitadores para incluir propuestas de soluciones creativas a los obstáculos, y trabajar más libremente con los participantes para fomentar rutas futuras con otros actores internacionales.

-Publicar la agenda básica de cualquier negociación futura, y actualizar al público sobre su progreso, puede ayudar a inculcar confianza en el proceso, pero las conversaciones en sí deben ser confidenciales. Las negociaciones futuras deben ser informadas por el fallo de procesos previos, como las conversaciones UNASUR en El Vaticano en 2014, cuya transmisión creó incentivos perversos y redujo su eficacia.

-Una ruta hacia la reinstitucionalización, en lugar de un giro o punto de solución a la crisis de Venezuela, puede ser más apropiada. Las fuentes del gobierno de Maduro afirmaron que habitualmente están interesadas en una solución que va más allá de las elecciones que incluyan garantías para la convivencia política. Las fuentes de oposición describen una nueva apertura a un arreglo en el que las dos partes acordaron un plan a largo plazo basado en un acuerdo político para la reconstrucción de las instituciones, con incentivos como sanciones graduales y alivio de ellas adjunto a cada hito. Ambas partes requieren un enfoque a más largo plazo.

-Estados Unidos debería abandonar su enfoque de «todo o nada» para presionar, y dejar claro que el progreso en los puntos de referencia acordados puede conducir a un alivio gradual de las sanciones, que pueden revocarse en caso de incumplimiento. Fuentes de la oposición cercanas a las conversaciones de Oslo y Barbados indicaron una clara frustración con la falta de voluntad de la administración de Trump para ofrecer alivio de sanciones sectoriales, una demanda clave de los negociadores chavistas, a cambio de cualquier cosa adicional a la renuncia inmediata de Maduro.

 

Puedes leer el informe de WOLA completo aquí.