"Mujeres dejadas atrás": Informe constata el deterioro indetenible de las condiciones de vida de las venezolanas - Runrun
«Mujeres dejadas atrás»: Informe constata el deterioro indetenible de las condiciones de vida de las venezolanas
El informe «Mujeres dejadas atrás» advierte que las madres venezolanas tienen diferentes desafíos, y uno de ellos es la garantía de acceder a servicios públicos básicos: agua, electricidad, transporte y gas
“Mi familia vendía droga. Veía a mi hermano preso, a mi padrastro preso, veía muchas cosas, mucha violencia. Todavía siguen pasando cosas y han matado a muchos seres queridos míos», relató Sofía

El informe «Mujeres dejadas atrás» reportó que, debido a la crisis económica y política, las mujeres que residen en Venezuela cargan con la sobrecarga de responsabilidad y vulneraciones diferenciadas de derechos.

De acuerdo con el informe, que realizó Proiuris entre abril del 2021 y marzo del 2023, las mujeres cuyos miembros familiares emigraron tienen condiciones de vida deterioradas.

Para elaborar el documento, la ONG documentó los casos de 94 personas, de los cuales 33 son mujeres adultas mayores y adolescentes residentes en Venezuela, con miembros de su núcleo familiar en el extranjero.

El informe precisó episodios de responsabilidades cedidas del cuidado y la crianza, dependencia económica sobre familiares migrantes, emocionales y psicológicas por separación, entre otras.

Según la organización, la «feminización de la pobreza» ha empujado a las mujeres a la economía informal y las ha dejado sin posibilidades de desempeñar una carrera profesional.

Además, se han profundizado las barreras educativas y los riesgos asociados a las Violencias Basadas en Género (VBG), así como a sufrir enfermedades físicas y mentales.

Dimensión de la crisis: mujeres que fueron dejadas atrás

Según Proiuris, se encontró que el 36,64% de las mujeres entrevistadas son mayores de 56 años, es decir, ya cumplieron la edad mínima establecida para hacer efectivo su derecho a la jubilación.

El segundo renglón lo ocupan las mujeres con edades comprendidas entre 40 y 55 años (15%), quienes se encuentran en el umbral de su etapa productiva. Continúan aquellas entre los 29 y 39 años (12%) y, por último, con un 3,03% adolescentes entre los 14 y 17 años.

Por otra parte, el 39% de las entrevistadas está jubilada o pensionada. El 27% está desempleada.

Asimismo, el 24% es empleada dependiente y solo el 9% desempeña alguna actividad de forma independiente y/o remunerada bajo contrato laboral.

Un 48% de las reportó que sí recibía remesas frecuentemente, lo cual ocurre desde quincenal hasta mensualmente. Mientras que el 27% respondió que recibiría remesas eventualmente (una vez cada dos meses).

Con ese apoyo, las mujeres “oxigenan” la subsistencia familiar en Venezuela, con la adquisición de bienes y servicios necesarios.

No obstante, el 24% expresó que no reciben remesas, lo que complejiza más sus estrategias de afrontamiento frente a la hiperinflación y la dolarización en Venezuela,.

Una necesidad insatisfecha es la atención a su salud mental. El 22% confesó que experimentan episodios de estrés, ansiedad y depresión, disparados por la separación forzada de sus familiares, la falta de dinero y la falta de estabilidad.

Todos esos episodios son consecuencia del quiebre de sus proyectos de vida, causados por la realidad a la que deben enfrentarse.

Desafíos para las madres

El informe «Mujeres dejadas atrás» advierte que las madres venezolanas tienen diferentes desafíos, y uno de ellos es la garantía de acceder a servicios públicos básicos: agua, electricidad, transporte y gas.

Esto se evidencia en casos como los de Thaina, Eliannys y Greysmar, en cuyos estado residen los cortes de electricidad continúan y los racionamientos de servicios como el agua potable se convierten en cruzadas repleta de precariedad.

Thaina tiene problemas con el suministro eléctrico, pero además, le suma al problema del servicio de agua potable la inseguridad, pues en muchas ocasiones para poder acceder al derecho de contar con algún servicio queda expuesta su integridad física.

“Cuando llega el agua debo salir en la madrugada a agarrar agua y por acá en el barrio ha habido violaciones a mujeres», relató la mujer, residente del municipio San Francisco, estado Zulia. Vive con tres de sus siete hijos.

La salud sexual femenina

La salud sexual se ha vuelto un problema sensible, porque muchas adolescentes y mujeres sostienen que no cuentan con los medios para comprarse unas toallas sanitarias.

Con respecto a los métodos anticonceptivos, las protagonistas del informe relatan que les es «sumamente difícil» acceder a estos insumos, que además sirven para prevenir Infecciones de Transmisión Sexual (ITS).

Vale recordar que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha reiterado su preocupación por las denuncias sobre la falta de acceso a servicios de salud sexual y reproductiva en Venezuela, lo cual impacta de forma desproporcionada en las mujeres.

La CIDH ha pedido al Estado venezolano a eliminar las barreras que les impiden acceder a servicios de salud sexual y reproductiva, así como a revisar su legislación restrictiva en materia de interrupción voluntaria del embarazo.

Instrumentalización y abuso policial

El relato de Sofía aborda la vulneración de sus derechos por la violencia social y la delincuencia ciudadana. Esto afecta en gran medida a los menores.

“Mi familia vendía droga. Veía a mi hermano preso, a mi padrastro preso, veía muchas cosas, mucha violencia. Todavía siguen pasando cosas y han matado a muchos seres queridos míos», relató la joven.

Sofía contó que casi todas las personas que vivían con ella se drogaban frente a otras niñas y frente a ella misma.

«Yo era una de las que le vendía la droga, me tocaba verlos, a veces veía personas que mataban. Un día estaban y al otro no”, dijo.

Otro mal que afecta a los menores es el abuso de los organismos de seguridad. Entre el 2017 y 2019, se 3.738 muertes violentas de niños y adolescentes en Venezuela, ocasionadas por los funcionarios de cuerpos policiales.

 

Thaina tenía un sobrino de 14 años que en febrero del 2022 fue asesinado en una cancha del barrio Suramérica, en el municipio San Francisco, Zulia.

“Lo hemos denunciado y hasta tenemos foto del policía que lo mató, pero ninguna institución del Estado quiere investigar”, contó.

La salud es vital

La expectativa que tienen las protagonistas del informe «Mujeres dejadas atrás» es tener una vejez tranquila y en paz, toda vez que una persona que llega a la adultez ya siendo jubilado o pensionado.

Para Gloria esta situación es delicada y considera que las carencias en el sector de la salud con los años se han maximizado debido a la crisis humanitaria que atraviesa el país.

“Hoy solo le rezo a Dios que no me pase nada, porque no sabría adonde  ir”, dice esta jubilada de Pdvsa, quien en el 2018, tras una caída y fractura de los dos fémures, le tocó vivir en carne propia la precariedad del sistema público de salud venezolano.

Por su parte, Omaira señala que la realidad médica es complicada. Sostiene que “nunca le falta las medicinas, ni las tres comidas del día si no fuera por lo que nuestros hijos desde Colombia y Argentina nos envían”.

Dependencia económica

Luz Marina Montenegro tiene 68 años y es jubilada de la Universidad del Zulia (LUZ) desde el 2003. Ella recibe su sueldo mensual y tiene el pago del seguro social y todavía así con estas dos fuentes de ingreso no le alcanza para cubrir sus gastos.

“Además de eso, mis hijos gracias a Dios me pasan una mesada mensualmente. Todos los meses me mandan lo que pueden, para la comida y otros gastos y si tengo un gasto extra, ellos también me ayudan”, agregó.

La mujer confiesa que esa ayuda que recibe de sus hijos es vital para ella. “Sinceramente, la ayuda que me dan mis hijos es mucha y como yo muchas personas que nos hemos quedado aquí en Venezuela y sus hijos han salido del país, creo que por eso estamos sobreviviendo».

 

«Los que tenemos familia afuera somos los que estamos como mejor. Gracias a Dios nos ayudan, porque si no fuera por esa ayuda creo que nos veríamos cortos para sobrellevar todos los gastos”, acotó.