Pastor Heydra, jodedor de oficio, por Víctor Suárez* - Runrun
Pastor Heydra, jodedor de oficio, por Víctor Suárez*

Imagen: captura de pantalla del programa Vladimir a la 1, por Globovisión (intervenida por N. Silva / Runrunes).

@VV_Suarez

-¿Cuánto has gastado en reponer los anteojos desde que estabas en el liceo?

Esa cuenta no la lleva Pastor Heydra. En las lides estudiantiles y parlamentarias se distinguió siempre como personaje fornido, arrojado y vehemente, cuyas discusiones terminaban a veces a puño limpio.

A los 13 años de edad ya estaba incorporado a la lucha política. Fue dirigente de centros de estudiantes liceístas, donde fue compañero de pupitre de un muchacho apendejeado que posteriormente resultó ser Carlos Ramírez “El Chacal”, el terrorista internacional más buscado que ahora paga triple cadena perpetua en París. A la hora de entrar en la UCV, a mediados de los años 60, “la Juventud Comunista necesitaba un dirigente fogueado en la facultad de Ingeniería, porque allí los copeyanos dominaban”. A partir de entonces hasta su muerte el martes 2 de febrero en Porlamar, se le conoció como El Perro Pastor.

El Perro estaba en todos los tumultos universitarios. Contra los adecos, contra los copeyanos, contra los “anarco-aventureros” del MIR, contra los fraccionalistas de Douglas Bravo. “Por la edad de los participantes, esas confrontaciones derivaban en esgrimas físicas que casi nunca pasaron a mayores”, suaviza.

En la madrugada del 21 de agosto de 1968 hizo su debut en la arena internacional. Había estado en Sofía, capital de Bulgaria, en un Festival de Juventudes; luego pasó a Moscú y Volgogrado, en la URSS; cuando llegó a Praga (capital de Checoslovaquia), en la noche salió a pasear junto con un grupo de venezolanos y culminó en una cervecería centenaria (U-Flekus). A la hora de marcharse el grupo, que entonaba himnos y canciones revolucionarias en español, fue atacado por jóvenes radicales checos que les imprecaban al grito de Kommunists Kaputt (¡Muerte a los comunistas!). Se formó la sampablera, que debió ser reducida por la policía. “La tángana –me dice Pastor cinco décadas después, como si yo no hubiera estado con él en esa trifulca- fue para mí muy significativa, pues le había dado un golpe a uno de los checos y supongo que le partí la nariz o la boca. El individuo me veía muy calmado aunque sangrando, haciéndome señas de que iría por mí, hasta que, en un descuido, cuando apuraba a mis compañeros para abordar el último autobús, me bajó de la portezuela. De pronto me vi de frente con los adoquines. Fui rescatado por un uniformado de la milicia, que le había propinado un porrazo al hooligan”. Al despertar ese 21 de agosto, los ejércitos del Pacto de Varsovia habían tomado el país y la Primavera de Praga de súbito había comenzado a morir.

La UCV es allanada y cerrada por el gobierno de Rafael Caldera. Viaja al sur. Al volver de Chile, tras el golpe militar que derrocó a Salvador Allende en septiembre de 1973, fue electo presidente del centro de estudiantes de la escuela de Periodismo de la UCV, y más tarde, en 1975, electo presidente de la Federación de Centros Universitarios UCV. Siguió discutiendo, peleando y perdiendo espejuelos en cada escaramuza.

En enero de 1971 había surgido el MAS. A decir del periodista, analista e investigador estadounidense Norman Gall en un ensayo-entrevista a Teodoro Petkoff, publicado en 1972, “El elemento más sorprendente del grupo de jóvenes comunistas que dejaron el PCV en diciembre de 1970 y formaron el Movimiento al Socialismo, es que son un cuerpo coherente de revolucionarios profesionales, en el sentido leninista clásico del término, fenómeno acaso único en América Latina”. Un revolucionario profesional es alguien totalmente dedicado a las tareas de una organización subversiva específica, como era el caso de Pastor.

Entonces comenzó a pelear, en tono más civilizado, con lo que consideraba la cúpula neoestalinista que ostentaba el poder en la nueva formación política. A El Perro, y a un grupo de dirigentes, le rondaba en la cabeza la necesidad de reafirmar el concepto de “socialdemocracia avanzada”, que el MAS, una vez despercudido del comunismo tradicional tutelado por los soviéticos, debía seguir, como también lo hicieron otras formaciones comunistas en España, Italia, Francia, Finlandia, Japón y hasta en Nueva Zelanda. Observaba que Carlos Andrés Pérez, ya investido presidente en 1974, se había apoderado de algunas banderas que el MAS había enarbolado en sus inicios.

En un libro titulado La esperanza de una gran aurora y su arrebol, escrito en Panamá en 2018, inédito aún, salda cuentas con Pompeyo Márquez, Teodoro Petkoff, Freddy Muñoz, a quienes recrimina por haber aplastado y disuelto la Juventud del MAS, que había sido fuerza fundamental para su implantación como partido político en todo el país. Se salvan en su análisis apenas dos dirigentes: Antonio José Urbina (exsecretario general de la Juventud Comunista, fundador del MAS, exembajador en Suecia y directivo del entonces Consejo Supremo Electoral), a quien considera su mentor político, y Joaquín Marta Sosa, exmilitante de Copei que había dado el salto hacia los linderos indefinibles del socialismo con rostro humano que había emprendido el MAS, pero que no practicaba.

En el antiguo Congreso Nacional guerreó y entabló debates casi sangrientos. Me dice: “Las contiendas en el Congreso fueron varias. La denuncia que hice del llamado caso “Dáger-Jattar-Lamaletto” no pasó de un debate encendido, que culminó con la destitución de Douglas Dáger como presidente de la Comisión de Contraloría y el auto de detención a su asistente Braulio Jattar Alonso. Jattar Alonso fue perdonado por Caldera, coqueteó con el PSUV y a la final resultó víctima de la persecución de Nicolás Maduro”.

En la Asamblea Nacional, a partir del triunfo de Chávez en 1998, los contrincantes estaban mejor definidos.

-Allí tuve varios encuentros, si se les puede llamar así. El primero fue con el teniente ® Eliecer Otaiza, quien manejaba el aparato de seguridad del gobierno. Quería hablar desde el palco de prensa de la Asamblea, donde dijo que estábamos en “estado general de sospecha”. Subí al palco y le conminé a abandonar el hemiciclo. Otaiza no pudo continuar su perorata. A la final, dos cobardones de la bancada chavista de Nueva Esparta me atacaron por la espalda.

-Hubo un encuentro frontal, el único, con el diputado Pedro Carreño, quien vino a agredirme luego de una intervención que hice donde denunciaba hechos irregulares de funcionarios del gobierno.

-Con el presidente de la Asamblea William Lara hubo una confrontación verbal, pues este al darme la palabra para plantear el affaire del Aeropuerto de Margarita, entregado írritamente a un consorcio suizo-chileno, de mala gana señaló: “Tiene la palabra “El Perro Pastor”. Ante lo cual le riposté: “Presidente, mis amigos me llaman “El Perro”, porque es el mejor amigo del hombre, pero yo a usted jamás le he dicho el sobrenombre que le ponen en los pasillos, donde no lo mientan William Lara, sino “William Rara”. Y allí terminó ese round.

En 2014, le vi todavía en forma, listo para “la esgrima”. En una emisión del programa Vladimir a la 1, por Globovisión, las flechas comenzaron a silbar desde el principio.

El periodista Vladimir Villegas, cuya historia política está colmada de saltos y sobresaltos, al presentarlo dice entre risitas:

– Eres todo una leyenda, estuviste en el MAS, luego en Acción Democrática, no sé qué estás haciendo ahorita…

– Tú también has dado tus brincos…

– Todos hemos dado brincos en esta vida…

Pero Sofía Imber y Carlos Rangel, los reyes matinales de la televisión en los 80, en su programa Buenos días (Venevisión) lo veían con otro cristal: “Antes que nada quiero decir que Pastor y yo somos muy amigos, que Carlos y yo lo tuvimos cuando él era un muchachito, él sigue siendo un muchachito pero ahora ya es ministro, anda con guardaespaldas, anda con unas mujeres bellas, etc. etc. Yo lo conocí, Carlos y yo, aquí en Venevisión hizo su primer programa y quedamos encantados de él, venía sin corbata, venías como presidente de la Federación de Centros, estabas militando en el MAS, y nos diste una gran impresión, me acuerdo yo, realmente”. Eran las 7 a. m. del viernes 24 de noviembre de 1989.

-Gracias, Sofía, mi amor…

 EL MÉTODO Y LA CREATIVIDAD

Pero el arco y la flecha, el grito y el puño, no pueden ser las únicas herramientas del político vocacional. En la Juventud Comunista y luego en el MAS, Pastor se cultivó muchísimo. Había escrito una laureada tesis de grado en Periodismo cuyo tutor había sido el exigente profesor Jesús Sanoja Hernández (“La izquierda, una autocrítica perpetua. 50 años de encuentros y desencuentros del marxismo en Venezuela”, 1981). El borrador de ese libro se lo entregó a Teodoro Petkoff para que le hiciera correcciones “y él tuvo la delicadeza de hacerlas, sin tocar los párrafos en los que disentía”.

Así se reveló su interés por las metodologías de investigación documental que luego utilizaría en su capacitación como analista político, que ejerció en El Diario de Caracas, El Nacional y El Universal. En procura de ese desarrollo personal (“Soy un libre pensador”, se definía al estilo de los doctos rosacruces) publicó seis títulos y creo que al menos tres se quedaron en sus gavetas, listos para impresión. Aunque, ciertamente, en estilo no sobresalió.

-Tuve la dicha de estar con ustedes (Víctor Suárez, “El Cojo” Lira, “El Mono” Rosales, “El Checo” Gregory Colomine…) en el trabajo político y propagandístico de la Juventud Comunista en la UCV en los años 60. Aprendí mucho. Somos buenos en propaganda, que es diferente a publicidad y marketing. Esas experiencias me tocó aplicarlas en las campañas de Lusinchi y CAP, al lado de Simón Alberto Consalvi, Armando Durán y creativos como el argentino Juan Fresán, el cubano-venezolano Bernardo Viera, Mario Ábate, Pablo Antillano, y demostramos que esos figurones, como J. J. Rendón o esos gringos que traían, eran y son un gran bluf. Otra cosa fue Joe Napolitan, pero este era asesor: un sistematizador de lo obvio, que sabía resumir y analizar lo elemental, lo que está a nuestro lado y nadie ve, pero que tiene una fuerza aplastante. El jingle “Ese hombre sí camina” es un ejemplo de una expresión popular que cogió el cojo Viera y Chelique Sarabia le puso música, y fue el centro de una campaña exitosa,

 EL DESLUMBRAMIENTO

Los objetivos que el MAS se había dibujado (“Diez años para construir una fuerza, diez años para llegar al poder”, que Teodoro Petkoff había prefigurado como estrategia), para Pastor, se habían convertido en humareda ideológica y política. La llamada Socialdemocracia Avanzada (“en la que sigo creyendo”, me dijo el año pasado) ya no la encarnaba el MAS sino Carlos Andrés Pérez.

– La política de CAP en sus dos períodos fue la de modernizar, renovar el Estado, fortalecer la descentralización y la democratización de la democracia en todos los niveles.

Tan pronto a CAP le colocan la banda presidencial por segunda vez, Pastor es llamado a Miraflores.

-Yo no me identificaba con la dirección de AD, y con esta menos. Conocí dirigentes de peso e importancia, con mucha capacidad de razonamiento, pero no eran los más. CAP me llamó la tarde anterior a su juramentación, el 1 de febrero de 1989. Había montado todo el andamiaje periodístico con una gran rueda de prensa donde la primera pregunta la iba a hacer Gabriel García Márquez y el elenco periodístico era de lujo. CAP simplemente me dijo: “Véngase bien vestido que mañana lo juramento en Miraflores”.

“Yo venía acercándome a CAP gracias a Héctor Alonso López, amigo de Mérida y secretario juvenil de AD, y a mi gestión en la FCU de la UCV que le garantizó la paz estudiantil en su primer gobierno. Trabajaba en el Diario de Caracas y le acompañé en sus giras a República Dominicana, Panamá, Costa Rica, Colombia, donde el personaje me impresionó por su audacia, claridad de propósitos renovadores, cordura y tino”.

“En el MAS habían comenzado a cortarnos el oxígeno desde la nacionalización petrolera de 1976, a cuyo acto fui como presidente de la FCU, acompañado de Eleazar Díaz Rangel, de la AVP, Germán Lairet, del Congreso, Jesús Urbieta, de la CTV, y “Caraquita” Urbina, del CNE. La dirección del MAS inicialmente se opuso, pero luego debió ceder. Me querían imponer que sacara manifestaciones contra el gobierno y yo alegaba que no había razones. Al final se impuso la Dirección Nacional del MAS, y yo acuerdo en los siguientes términos: “Si la ultra las sabotea, yo los denunció”. Dicho y hecho. Públicamente dije que los saboteadores eran de la Liga Socialista-MEUP y no los estudiantes, que habían mantenido un comportamiento cívico. Eso trajo cola larga”. “Comienza el hostigamiento para eliminar a la J-MAS hasta que “Los Halcones” (corriente interna liderada por Petkoff) obtienen mayoría y cumplen su propósito”.

“CAP me nombró jefe de la Oficina Central de Información de la Presidencia de la República, OCI (Ministro de Información). Eso causó resquemores en AD y comienzan a ponerme zancadillas. El objetivo final era erosionar el equipo de CAP en el gobierno. Hago un plan de asistencia a los medios según el cual el consumo de teléfonos, seguro social, Ince, agua, etc., les era canjeado por publicidad. El Estado se ahorraba mucho dinero y los medios estaban felices. Pero no así los agentes del partido. El jefe de sus periodistas, publicista, que deseaba el cargo que yo ostentaba, comienza la campaña en contra. Con los diputados Luis Emilio Rondón y Liliana Hernández, con la venia de Alfaro Ucero y otros, me montan interpelaciones todas las semanas, en las cuales llevan, por instrucciones de Alfaro y del jefe de la fracción, a Rafael Poleo, que deseaba acuchillar a CAP”.

“El presidente me llama un día para preguntarme si yo soy militante de AD. Yo le digo: “Usted sabe que nunca he sido adeco, solo su amigo y admirador”. Me dice que tiene una gran presión para que nombre a un militante y me pide que vaya a ver con el célebre Encarnación Rivas, portero de la casa nacional de AD, en La urbanización La Florida, quien me inscribiría en el partido. Voy donde el Negro Encarnación. Me dice con una gran sonrisa: firma aquí y dame copia de tu cédula, y dile al jefe que el mandado está hecho, formas parte del Comité del Negro Encarnación Rivas”.

“Sin embargo, las cosas no terminaron allí. Sigue la guerra de que no soy adeco, y le pido, con el visto bueno de CAP, a Gonzalo Barrios que me reciba en una reunión del CEN. Allí comencé a dispararles a mis francotiradores: Dije: Yo tengo el pecado venial de no haber nacido adeco, pero veo aquí muchos rostros que me dicen lo mismo. Allí está Paulina Gamus. ¿No te acuerdas de los tiempos de la Juventud Comunista con tu hermana Raquel? Y los rostros cambiaban de color. Veo a Arístides Hospédales: ¿Tú no fuiste dirigente de Copei en Monagas? Y hasta allí llego con esta parte del cuento”.

 EL PROYECTO MÁS AMBICIOSO

Muchas han sido las condolencias virtuales que he visto ante el fallecimiento de Pastor Heydra, entre las que abundan los recuerdos de gente de medios en torno al proyecto denominado Venpres Internacional, que impulsó Heydra desde la OCI. Venpres fue una agencia de noticias del Estado que funcionó durante décadas (desde 1977) como procesadora y proveedora de información oficial a todos los medios venezolanos y a las corresponsalías extranjeras. En 2000 cambió de denominación (Agencia Bolivariana de Noticias). En 2008 Hugo Chávez emitió un decreto que la llamaba Agencia Venezolana de Noticias, pero tuvo que esperar dos años más para comenzar a utilizar la marquilla AVN.

¿Ha contado alguna vez el Estado venezolano con una política comunicacional de acción exterior? No. Hasta entonces los medios en manos del Estado habían sido VTV Canal 8, Canal 5, Radio Nacional de Venezuela y la agencia Venpres. No puede hablarse de un proyecto comunicacional específico de los gobiernos del período democrático. El chavismo sí lo ha hecho, con Telesur, el canal multiestatal, cuya idea original, dice Pastor Heydra, la tenía en cartera pero que su director de entonces el uruguayo Rubén Aharonian se la “vendió” a Chávez tiempo después.

-Quien intentó desarrollar una política comunicacional del Estado pero sin intención de capitalizarla en provecho propio–analiza Heydra-, fue Carlos Andrés Pérez durante su primer gobierno, cuando le dio especial impulso a la prensa impresa regional (con estímulos especiales a través de Corpoindustria para la adquisición de maquinaria, papel e insumos), y a los medios radioeléctricos de la provincia y un reparto equitativo de la pauta publicitaria del Estado.

Ese impulso a la prensa regional dio sus frutos. Podría resumirse en que fue descentralizada la producción de información en Venezuela. Aplicaba el exitoso eslogan de Empresas Polar “Cada región tiene su nombre, pero en todas su periódico se llama tal…”. Según estudio realizado por el sociólogo Rafael Quiñones, “la década de los 70 y 90 han sido los períodos de mayor auge de la prensa escrita en el interior del país, cuyo desarrollo se ha dado con bastante autonomía respecto a las políticas públicas incentivadas desde el Estado para estimular la actividad periodística fuera de la región capital. La mayor parte de los medios impresos tienen en su cartera de clientes a sectores vinculados al sector privado de la economía, más que al gobierno central o local donde desarrollan su actividad”. Y en otro aparte: “Los departamentos de medios de las grandes empresas del país han comenzado a recomendar a sus clientes la segmentación del mercado de acuerdo a las regiones geográficas del territorio, ya que la técnica de promocionar a través de diarios de circulación nacional estratégicamente se está volviendo menos efectiva” (Revista Comunicación, #144, 2008).

En 1989, con Heydra en la OCI y Pérez autoproclamado “hombre de mundo”, se inicia el proyecto Venpres Internacional. El soporte económico sería suministrado por las empresas que el país tenía funcionando en el exterior: Pdvsa, Viasa, CVG Internacional…

-Hicimos una selección por concurso –recuenta- de los corresponsales que inicialmente fueron a Londres, París, Madrid, Roma, New York, Miami, Berlín, Moscú, La Habana, México, Perú, Surinam… Similar al que tienen los españoles, mexicanos, argentinos o cubanos, como instrumento de proyección de sus países en el exterior. Hubo algunas resistencias. Uno de los dueños de un medio impreso se quejó de que le estaban sacando a sus mejores periodistas para debilitarlo. En ello coincidía con Luis Piñerúa Ordaz, quien consideraba que los gastos en materia comunicacional eran innecesarios. La experiencia se inició exitosamente, pero posteriormente fue boicoteada por algunos dirigentes de AD, quienes equívocamente veían en ello una plataforma de lanzamiento internacional de CAP, quien realmente era noticia por su naturaleza, funciones y razón de ser.

Los medios que hicieron a Chávez

El Nacional, El Diario de Caracas, El Nuevo País, entre otros medios venezolanos, fueron expresiones puntuales de la entente que virtualmente se armó en contra del gobierno “liberal y tecnócrata” de CAP II. Esos mismos medios fueron víctimas del gobierno de Chávez, al que le habían tendido alfombra para su triunfo electoral en 1988. Veinte, treinta años después, ¿cuál es su interpretación acerca de esos comportamientos de los dirigentes de los medios privados venezolanos?, rebusco en esa lengua pertinaz.

-Rafael Poleo tenía una obsesión enfermiza contra CAP. Dicen, no lo sé, que le molestó que no lo nombró ministro de Información en 1974 y en ese lugar puso a Diego Arria. De él no tengo buen concepto, es un personaje sórdido y laberíntico, me cuesta hablar de él y de sus inauditas conexiones. Sé que con Lusinchi hizo el negocio de su vida con el monopolio que logró con la venta de papel chileno a los medios de provincia (a través de una corporación creada en el primer gobierno de CAP). Es habilidoso y se supo mover en el oscuro universo de los capos de AD. No es necesario dar nombres, que muchos conocen. Los utilizó y lo utilizaron. Si lees lo que decía de Miguel Henrique Otero y de Marcel Granier, palidecerías. Hurga en la revista Zeta, allí está retratado en su pantera rosa chismográfica (columna escrita bajo el seudónimo Porfirio Pomarosa).

(Diálogo entre Sofía Imber y Rafael Poleo en Venevisión el 21 de julio de 1989:

RP: Yo no soy enemigo de Pérez.

SI: ¡Cónchale!

RP: Yo lo que soy es enemigo de la gentuza con la cual Pérez suele rodearse cada vez que llega al poder.

SI: Eso decían cuando andaba contigo, que andaba con gentuza.

RP: No, él no anda conmigo desde el año 1973 en que él se distanció de Acción Democrática y de sus amigos)

-Marcel Granier es un personaje aparentemente inmutable, de trato educado; se montó la idea que podía ser presidente de Venezuela, fundó el grupo “Roraima”, editó un libro que alguien le escribió, se guareció en El Diario de Caracas y lo quebró, en RCTV hizo lo indecible para cumplir su propósito, cuando él debía ser el personaje central de la telenovela Por estas calles. Un Doctor Valerio de bigotico y hablar más rebuscado. Qué de cosas no se pueden decir de la miseria humana. Una moneda sin cara, ni sello.

-De Miguel Henrique Otero, ¿qué te cuento? Lo conocí cuando regresó de Europa a través de un buen amigo uruguayo ya fallecido, el periodista Ernesto González Bermejo, con quien había estado en el Chile de Allende y fuimos a la llegada de Perón al aeropuerto de Ezeiza en Buenos Aires. Este curioso personaje venía de trabajar en la agencia Prensa Latina y tenía excelentes contactos con los tupamaros uruguayos y con los montoneros argentinos, muchos de ellos asesinados y a quienes conocí gracias a él.

-Miguel fue encumbrándose. Me dio acceso a El Nacional en la campaña de CAP, donde escribía con el seudónimo “Arquímedes” que respondía a otra columna de Rubén Carpio que atacaba al precandidato, firmada como “Pitágoras”, pero luego de yo salir del gobierno me hizo una mala pasada con Alfredo Peña, director, e Ibéyise Pacheco, jefa de redacción. Publicaron un domingo en el Cuerpo D, desplegado en primera página, fragmentos entrecortados de la transcripción de una conversación mía con el general Herminio Fuenmayor, que les había entregado José Vicente Rangel, donde le hablaba de un mensaje que este le había enviado a CAP a través de mi persona, sobre la preparación de dos golpes de Estado que estarían montando, por un lado los Comacates de Chávez y Arias Cárdenas (primera vez que oía esas siglas) y por otra los generales encabezados por el jefe del Ejército Juan Pablo Peñaloza, quien, por añadidura, era su informante en asuntos de la FAN y le había hecho llegar esa y otras cintas trucadas a JVR.

-Sin tener la delicadeza de llamarme, dado el grado de amistad que supuestamente teníamos, dispararon a mansalva sin medir consecuencias. Esto hizo que reaccionara con fuerza. Tuve con él encuentros fuertes en los pasillos del hemiciclo del Congreso. Cuando me presenté en El Nacional con un juez para que entregaran la cinta que era inexistente pues era una transcripción de Peñaloza y JVR, Peñita corría y se escondía. Un día en el restaurante Shorthorn Grill, estando yo con “Caraquita” Urbina y el abogado Mario Valdez, saqué una Sig Sauer 45 con mira laser y le pasé varias veces la luz por la frente.

-Luego hice las paces. Los disgustos no pueden ser eternos. El Nacional, coordinado por Sergio Dahbar, me publicó un libro, Las promesas de Hugo Chávez, pero hasta allí.

El Nacional y él mismo han pagado muy cara la entente con Chávez y los ministerios que le dieron a Peñita y a Carmen Ramia en ese gobierno. Sé que vive en España, que tiene una nueva esposa, a quien conozco, y espero haya aprendido la lección de lo negativo que son los caprichos en la política, que le ha costado demasiado a Venezuela y a los venezolanos.

-Ello, y muchas cosas más, condujo a Chávez, quien fue estimulado por los mismos que se conjuraron contra CAP y donde jugaron un papel relevante algunos medios de comunicación nacional. Uno impreso y tres televisivos que cogobernaron con Chávez en 1999-2000, pensando que este modificaría su rumbo anunciado en su toma de posesión. Cuando esto no ocurrió, se percataron del monstruo que habían creado, comenzaron los deslindes negociados como fue el caso de los Cisneros con Venevisión y Armas Camero con Televen, al igual que las rupturas más abruptas como las de RCTV y El Nacional.

 EL NÁUFRAGO REVELADO

Podías estar hablando con Pastor Heydra día y noche, con tragos o sin ellos, a solas o en grupo, en sus tascas favoritas o bajo el crepúsculo de Juan Griego. En cada ocasión jamás dejaba de referir, aun con nuevos detalles, lo que ocurrió la noche entre el 3 y 4 de febrero de 1992 en el triángulo Maracaibo-Maiquetía-Caracas. “Eso fue una suma de casualidades que permitieron que el presidente Carlos Andrés Pérez no fuese atrapado, vivo o muerto, en La Casona. No me considero El Salvador de CAP”. Me lo decía, y se reía, a sabiendas que ni él se lo creía.

La mayoría de los tópicos que destacaban los medios sobre su trayectoria se refiere a esa experiencia ocurrida hace 29 años. “Chávez no parece vencido y, de parte del gobierno, un solo héroe sale de su anónima condición: Pastor Heydra, el salvador de Carlos Andrés Pérez”, decía la revista Exceso en su edición #40 de abril de 1992.

“Usted fabula mucho, Pastorcito”, calculaba que le habría dicho CAP si le hubiera escuchado narrar una y otra vez las correrías de esa noche fatal.

Admiraba tanto a CAP que cuando el duende que camina estuvo preso en El Junquito, ya despojado del poder en mayo de 1993, Pastor se la jugó completa para introducir a escondidas una cámara fotográfica Minox en el retén.

Pastor Heydra, un jodedor de oficio, por Víctor Suárez.

Portada del libro La rebelion de los náufragos, cuya foto fue tomada clandestinamente por Pastor Heydra cuando CAP estaba recluido en la cárcel de El Junquito.

Según el fotógrafo Carlos Hernández, residenciado hoy en Madrid, CAP había accedido a dejarse tomar una sola foto, posiblemente la única suya que existe en esa situación: “Cuando iba a tomarle la segunda, el hombre se levantó de la silla”. Fue la elegida para ilustrar la portada del magnífico libro La rebelión de los náufragos, de la periodista Mirtha Rivero, publicado en 2010.

A la postre, Pastor fue un náufrago, sin puerto. De la izquierda insurreccional, del comunismo dependiente y supletorio, de la inconclusa socialdemocracia masista, de la socialdemocracia que AD había olvidado y que jamás lo aceptó como uno de los suyos.

Fue concesionario de una emisora de radio en Margarita (La Guaiquerí 96.7 FM) que le dio CAP y se la quitó Diosdado Cabello cuando fue director general de Conatel. Dirigió en Margarita una página web informativa. Editaba un compendio noticioso llamado NotiNegro, porque también le conocían como El Negro Pastor. Quiso repetir por Nueva Esparta en la Asamblea Nacional en 2015 pero no encontró apoyo en la oposición. Entonces se lanzó como candidato por iniciativa propia, el único en el país en tratar de llegar por esa vía, y apenas obtuvo 1175 votos (0.49%) en su circunscripción.

 DONDE HABLA DE SUS ANCESTROS

-Háblame de tus padres…

-Ciertamente de eso he hablado poco. Nadie me lo había preguntado antes. Mi padre se llamaba Rafael Heydra Orozco. Fue un buen hombre, cariñoso y bondadoso. Guardo sus hermosas cartas. Era hijo de Alberto Heydra, ebanista muy fino que había llegado de la isla de Bonaire (de allí sus facciones, su tez y su pelo liso y suave). La abuela paterna se llamaba Cruz Orozco Malpica, una mezcla de catiense y valenciana. Su casa, ubicada de Ceiba a Delicias, en Altagracia, sirvió de escenario a muchas películas de época.

-Mi madre se llamaba Iris Eloisa Rojas Rojas, margariteña. Éramos cuatro hermanos. Mi padre murió en Caracas, cuando yo tenía once años y estudiaba primero de bachillerato en el liceo militar Jáuregui, en La Grita. Estuve en su sepelio. Mi nombre Pastor viene de mi abuelo Pastor Antonio Rojas Villarroel, de Los Hatos, quien fue un pionero del comercio con el delta del Amacuro y Sucre, fundó haciendas de cacao en Macareo y Macareíto, traía telas, cigarrillos y licores de contrabando en medianas cargas cuando esa actividad no se consideraba delito, llegó a ser un próspero comerciante insular. Mi abuela Eloísa Rojas de Rojas, nativa de Juangriego (calle de la Iglesia), era de origen humilde, hacía dulces con su madre Isabel y su hermana Carmen, que vendían en el mercado de La Asunción. A la muerte prematura del abuelo Pastor, la abuela Eloísa se fue a Caracas a educar a sus seis hijos. El abuelo Pastor llegó a poseer 46 casas, entre otros muchos bienes que al morir desaparecieron, incluyendo tres lanchas que se las comió el mar y cajitas de morocotas que sabe Dios adónde fueron a parar. La mitad de esas casas estaban en Caracas y la otra mitad en Margarita. De la venta de esos bienes vivieron. Los Rojas Rojas se residenciaron de Aurora a Doctor González 11-7 en la parroquia Altagracia, ubicada a dos cuadras de la Iglesia de La Pastora, hacia el norte, y del Palacio de Miraflores, al sur. La casa se convirtió en una suerte de embajada de Juangriego en Caracas.

Su vida escolar fue bastante accidentada. Cursó en tres escuelas primarias, la secundaria la hizo en cinco liceos distintos y la educación superior transcurrió en dos universidades chilenas y tres venezolanas. Todo un prolongado carrerón para graduarse finalmente de periodista en la UCV en 1981. Su inscripción en Ingeniería 15 años atrás había resultado mera obligación militante.

 LAS RUMBAS UCEVISTAS

Se tomaba muy en serio su carácter siempre jovial. “Soy un jodedor de oficio”, decía como identificación personal. Efectivamente, contra todo pronóstico y apartados los rubores políticos o ideológicos, armó dos fiestones espectaculares el día de la toma de posesión de la presidencia de la FCU de la UCV. El 19 de noviembre de 1975, el Aula Magna y la Plaza del Rectorado se desbordaron. Soledad Bravo y Gualberto Ibarreto bajo techo. El Grupo Mango y La Dimensión Latina (con Oscar D´León y Vladimir Lozano), a campo abierto.

-Una situación similar –recuerda Pastor- se había presentado en 1967 en la campaña de Juvencio Pulgar (JC) a la FCU, quien derrotó a Julio Escalona (MIR), que representaba a los sectores ultraizquierdistas que seguían propugnando la lucha armada. La JC, que estaba en vísperas de participar con el PCV en las elecciones generales de 1968 bajo la fachada legal de Unión Para Avanzar (UPA), lanzó una consigna que descalabró, con un argumento simple y demoledor, la estrategia foquista: “Entre bonche y revolución, no hay contradicción”, interpretando el sentimiento mayoritario del estudiantado”.

Lo que más sonó entonces fue el éxito mundial “Pata Pata”, con la cantante sudafricana Miriam Makeba (Sat wuguga sat ju benga sat si pata pat, narra el coro: Nos dimos la vuelta y dijimos aquí está, toca, toca). Makeba había visitado Venezuela a inicios del 67, y la fuerza de su interpretación aún se mantenía en el gusto de jóvenes y adultos.

Algo parecido también, pero con menos estruendo, a lo sucedido en las carnestolendas de febrero de 1928, en época gomecista, que aun formaba parte del romanticismo juvenil.

Más o menos así creo que fue mi amigo Pastor Heydra, un jodedor de oficio hasta el fin de sus días. Ni tan santo, ni tan malvado…

Su última producción me la entregó en abril del año pasado, como epílogo a La esperanza de una gran aurora y su arrebol, referido al ocaso del Socialismo del siglo XXI y al renacer de una nueva esperanza democrática que aún no se ha concretado. Sus últimos dos años los pasó en Valencia, España. Desde allí me enviaba saludos mañaneros por mensajería, hasta el día 21 de diciembre de 2020, en que supongo regresó a Margarita.

*Víctor Suárez, periodista venezolano. Reside en Madrid, España.

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