Nuestro capital semilla - Runrun
Julio Castillo Sagarzazu Nov 16, 2021 | Actualizado hace 1 mes
Nuestro capital semilla
Esta nota da cuenta de un fenómeno que ya se ha producido: la estupenda movilización de cuadros políticos opositores que hibernaban en la inacción política

 

@juliocasagar

Luego del evento electoral del 21 de noviembre, se verterán ríos de tinta sobre sus efectos políticos. Será inevitable que cada quien defienda “su verdad” y, como es natural, halará la brasa para su sardina.

Ya vendrá el momento del balance. Por ahora, esta nota solo tiene el objetivo de dar cuenta de un fenómeno que ya se ha producido; que está en pleno desarrollo y que, como dicen ahora, es “público y comunicacional”. Se trata de la estupenda movilización de cuadros políticos opositores que estaban hibernando en las catacumbas de la inacción política. Cuando esta inacción ocurre, como “la ociosidad es la madre de todos los vicios”, pues se potencian las diferencias; cualquier cosa, como en las cárceles hacinadas, es motivo de una reyerta colectiva y por “quítame esta paja” se puede llegar a las peores batallas campales.

¡Ojo! No se trata de que las diferencias hayan desaparecido. ¡Para nada! Basta mirar a los torneos que tienen lugar entre las direcciones políticas nacionales y en aquellos sitios en los que no hubo sindéresis para lograr candidaturas únicas, para que veamos que estamos muy lejos de un ambiente como el de los cuadros de Rubens, llenos de angelitos agarrados de la mano. Desde este punto de vista, Caracas, donde tienen su asiento estos desaguisados, no es ciertamente “la capital del cielo”

Nos referimos, en este caso, a las realidades locales. Carabobo es uno de los casos, donde los principales factores pudieron ponerse de acuerdo y han resuelto participar juntos en la campaña.

Apenas se dio el pistoletazo de salida, los factores políticos que se liaban como perros y gatos pasaron a tener un objetivo común y pusieron las diferencias (que siempre habrá) en un segundo plano. El trabajo de la movilización, la organización y el activismo se puso en movimiento y se convirtió en una sola marea azul trabajando con un objetivo común.

En notas anteriores, hemos señalado que muchos de estos candidatos deberían asumir una narrativa que les acerque más al votante opositor que no está todavía convencido de participar y hemos dado algunas de pistas de como pudiera hacerse esto. Confesamos que no a todos les ha parecido correcto y siguen en sus campañas centrados solamente en la dimensión reivindicativa de la campaña. Ya veremos cuál será el efecto de esta situación. Aún hay tiempo para recalcular muchas cosas. Ojalá se hiciera porque, lo reiteramos, el verdadero adversario de la oposición es la abstención.

Muchos de estos candidatos serán electos. En sus manos estará convertir las posiciones que alcancen en un bastión, en un punto de apoyo para continuar la lucha para reconquistar la libertad y la democracia. No se puede abandonar al pueblo movilizado y organizado que les llevará a esos cargos. Ustedes y esa gente, junto con muchos otros líderes del país, serán el capital semilla para las jornadas que vienen.

Hay que seguir trabajando duro. Lo que están haciendo, con las uñas, sin recursos y a pulmón, es una de las pruebas de que un evento como el del 21 no podía ser ignorado. Si algo valdrá la pena luego de él es que, como decimos arriba, estas jornadas sean parte de la lucha por la libertad.

El 22 habrá que comenzar a trabajar para relegitimar al liderazgo opositor. Habrá que hacer profundas reformas. Esa será la responsabilidad en el corto plazo para todos.

¿Un nuevo ciclo?

¿Un nuevo ciclo?

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