#EnPocasPalabras | El enfrentamiento en Ucrania - Runrun
#EnPocasPalabras | El enfrentamiento en Ucrania
La invasión y descarada guerra no provocada en contra de Ucrania de parte de Rusia marca un cambio trascendental en la geopolítica y economía mundial

 

La invasión y descarada guerra no provocada en contra de Ucrania de parte de Rusia marca un cambio trascendental tanto en el panorama geopolítico como en el panorama económico internacional. Vladimir Putin deja de esconder sus ambiciones conquistadoras a través de su gobierno totalitario descartando la posibilidad de establecer un modus vivendi pacífico y duradero con el mundo occidental, democrático y liberal.

Tal como el nombre de la película “Past and present danger” (Peligro pasado y presente) Putin está resucitando el proyecto de asegurarse el control total del norte de Asia como lo intentó la antigua Unión Soviética bajo el mando de Stalin. Recordemos que a los cuatro años de terminada la Segunda Guerra Mundial la URSS empezó a invadir varios países europeos, obligando a los regímenes democráticos del Oeste a crear la OTAN (la Organización del Tratado Atlántico Norte, encabezada por Estados Unidos) en 1949.

Luego del periodo de Guerra Fría entre los dos bandos y de la disolución de la Unión Soviética hubo intentos bastante promisorios de distensión. Rusia y los países occidentales entablaron buenas relaciones comerciales y culturales a tal punto que Rusia se ha venido burlando progresivamente de la OTAN, tachándola de “muro innecesario”.

El temible expansionismo ruso

Ahora tenemos la demostración de que el miedo a una nueva escalada militar rusa nunca ha sido descabellado. Y que el establecimiento y vigencia de un sistema de defensa recíproca europea no era infundado.

Al tratar de dominar a Europa, y quizás eventualmente al mundo, Putin está descartando el sistema democrático liberal e insistiendo en la adopción universal del totalitarismo feroz y violento de la época de Stalin. Un estricto control despótico que regularía todo aspecto de la vida de los ciudadanos.

De lograr controlar a Ucrania y derrocar a su presidente Volodímir Zelenski, Putin trataría de demostrar a otros regímenes totalitarios que el uso de la fuerza militar puede obtener grandes resultados políticos.

El reconocido politólogo Francis Fukuyama considera que Putin se ha equivocado en pensar que podía dominar fácilmente a Ucrania en un par de días; su error fue descartar la feroz resistencia de un bravo pueblo que defiende a su país a pesar de su poder bélico inferior.

Termópilas

Termópilas

Fukuyama concuerda que, a raíz de la acción de Rusia, el espíritu general de los países democráticos del mundo ha sido un rotundo rechazo a la invasión, especialmente por parte de los gobiernos europeos. Destaca el cambio radical y vertiginoso de Alemania, al duplicar urgentemente un gasto militar que había mantenido muy bajo desde la Segunda Guerra Mundial. Resalta también que Berlín está dispuesta a proveer armas a Ucrania.

La posición de Alemania, pese a que le compra a Rusia el 65 por ciento del gas que necesita, constituye un rechazo determinante a la actitud de Putin. Además ayuda a consolidar la OTAN que, con Francia y Alemania a la cabeza, podrá finalmente impulsar la llamada Iniciativa Europea de Defensa Independiente, tan deseada por el resto de los países de la Unión Europea (UE).

En cuanto al peligro de que este enfrentamiento termine en una guerra nuclear, Fukuyama considera que la amenaza atómica es muy poco creíble. El politólogo piensa que “todos, incluido Putin, se dan cuenta de que la bomba atómica no es un arma útil para lograr objetivos políticos. Temo más bien que el líder ruso haga uso de armas químicas como reacción desesperada de un Kremlin arrinconado”.

Dentro de las fuerte sanciones promovidas por Occidente en contra de Putin, está la exclusión de Rusia del sistema SWIFT (Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication), que permite el intercambio monetario internacional, casi exclusivamente de dólares y euros.

Según Fukuyama, no será tan fácil para Rusia, y eventualmente para China, reemplazar una red financiera global como Swift; podrían hacerlo, pero no a corto plazo.

La resistencia de Ucrania

En el conflicto bélico en Ucrania hay que destacar la gran resistencia de la fuerza armada ucraniana y de los irregulares, que incluyen a soldados chechenos y bielorrusos disidentes. Ambos actores han impedido que Rusia se adueñe de la capital Kiev, infligiendo graves pérdidas a las tropas de Putin. Además del aporte de Turquía, que hay que recordar que es miembro de la OTAN y por lo tanto sujeta a su defensa occidental.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, está algo molesto con Putin por no haber escuchado sus consejos relacionados al enfrentamiento con Ucrania. Y poco le importa ver a Moscú en problemas. Tanto es así que en las últimas semanas Erdogan ha permitido la venta a Ucrania de sus formidablemente mortíferos drones turcos que, gracias a su avanzada tecnología, todo el mundo quiere comprar ahora.

La economía mundial, víctima de guerra

La guerra de Ucrania está afectando seriamente la economía mundial. Por un lado, al interrumpirse la compra de gas y petróleo a Rusia, que constituye las dos terceras partes de los ingresos de Moscú, crea dificultades económicas a un país en guerra.

Por el otro lado Europa, que depende del 40 por ciento de la importación de gas ruso, está empezando a tener dificultades con los precios de la gasolina y en algunos países ya está alcanzando los 2,39 euros por litro.

Automáticamente esto afecta al mercado mundial del petróleo, cuyo precio por barril ha sobrepasado los 110 dólares, cosa que duplica el costo de todo tipo de transporte y es causa de inflación general en una gran mayoría de los países.

La Agencia Internacional de Energía (IEA) está preparando un plan que reduciría en una tercera parte la dependencia de las fuentes de energía rusas dentro de un plazo de un año.

China es también figura entre los países afectados por el mercado energético. Por un lado, Pekín se ha abstenido de condenar la invasión de Ucrania por razones políticas. Por otro lado, encuentra difícil importar gas o petróleo ruso debido a la gran distancia y la falta de oleoductos y gasoductos entre los dos países.

En cuanto al futuro de la industria energética en Venezuela, estamos copilando un informe que trataremos en otro artículo.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de