La fundación conformada por médicos veterinarios se fundó hace ocho años y actualmente la integran 12 personas
El 17 de octubre, Lorena Patiño, médico veterinario y presidente de Ángeles Peludos, estaba con el grupo de veterinarios de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Central de Venezuela (UCV) cuando la quebrada de Palmarito derrumbó el muro de su casa en la zona de El Castaño, específicamente en Palmarito.
Su primera preocupación fueron sus seis perros, Zarco, Facundo, Blanquita, Susy, Violeta y Lulú. Zarco y Facundo son perros grandes, las otras son pequeñas y rescatadas.
A las 2:40 p.m. los vecinos de Lorena la llamaron para avisarle que la Quebrada de Palmarito se había desbordado, lo que ocasionó un deslave que pasó enfrente de su casa.
Desde el día siguiente del hecho, la fundación Ángeles Peludos ha atendido y rescatado al menos a 30 animales en El Castaño. Entre ellos perros, gatos, pájaros e iguanas.
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Hace dos años, en septiembre de 2020, el equipo de Ángeles Peludos también prestó sus servicios cuando se desbordó el Río Limón. No solo a animales, también tuvieron que asistir a personas que estaban en zonas donde nunca llegó la ayuda médica.
Ángeles Peludos es una fundación conformada por médicos veterinarios que se fundó hace ocho años. Actualmente, 12 personas integran el equipo. Antes apoyaban a Misión Nevado, programa del Estado venezolano que preserva y rescata la raza canina mucuchíes.
“Preferimos separarnos porque nosotros somos independientes completamente. Los animales son apolíticos”, indicó Patiño.
Aparecen Facundo y Blanquita
La casa de Lorena, ubicada en Palmarito arriba del sector Potrerito, perdió su fachada lateral. El porche y el jardín de adelante terminaron cubiertos de tierra y piedras. También, se cayeron dos árboles sobre el techo y lo rompieron. Sus perros grandes, Zarco y Facundo, estaban en ese jardín. Las pequeñas no se escuchaban, por eso pensaban que habían muerto.
Cuando empezó la crecida de la quebrada, los vecinos de Lorena le comentaron que se sintió como un temblor, y ese movimiento ocasionó que una ventana de la parte frontal de la casa de al lado se abriera. Gracias a eso, Zarco pudo entrar esa vivienda. La casa no sufrió daños en la parte interna. Facundo se perdió y fue encontrado al día siguiente.
El martes 18 de octubre, tres de las cuatro perras pequeñas estaban en la casa. Faltaba, Blanquita que había caído al río, también fue encontrada y está a salvo.
Asistencia casa por casa
Ángeles Peludos se ha encargado de asistir en casa a los animales que han sido afectados por el deslave en El Castaño. Los alimentan, le brindan atención médica al que necesite, desparasitan y reubican a los que están perdidos con sus familias.
“El rescate de animales lo hacen los funcionarios de la policía. Luego, nos los entregan. Verificamos si son agresivos y después, los examinamos. En este caso, hemos atendido mascotas en casas. Hemos asistido animales que están heridos, cuyos familiares piden ayuda cuando nos ven”, aseguró la médico veterinario.
El equipo de la fundación camina por las calles de El Castaño preguntando quiénes tienen animales que deben ser asistidos. “Si no salen los dueños, los vecinos nos indican quiénes tienen mascotas en las casas cercanas. Así hemos ido casa por casa”, dijo Lorena.
Ángeles Peludos ha reubicado a cuatro perros con sus familias, uno de ellos es Dana, una pug de edad avanzada que no ve muy bien. Cuando empezó el deslave, la familia de Dana salió de su casa con sus ochos perros, a Dana la dejaron con una persona que la cuidaba, pero se escapó.
Mientras la familia buscaba a su mascota, la policía se acercó al grupo de veterinarios con una pug que habían encontrado en una quebrada. Era Dana. Estaba deshidratada y respiraba mal. El equipo de Ángeles Peludos la atendió, le dio algo para el dolor y la entregó a la dueña, que estaba en el Hotel Pipo, ubicado en El Castaño también, y que no se vio afectado por la tragedia.
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Otro perro que regresó a su familia fue Rocco, un canino negro parecido a un labrador y que pertenece a la policía de El Castaño. Al igual que una de las perritas de Lorena, Rocco fue arrastrado por el río. Sus dueños sabían que estaba vivo, pero no lo encontraban. Un grupo de voluntarios se lo llevó de la zona para atenderlo en el hospital de la UCV y llamó a Lorena pensando que podía ser su perro Facundo. Rocco fue entregado a sus dueños el martes 25 de octubre.
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Los perros también están traumatizados
Además de haber sido arrastrados por el deslave y sobrevivir, Blanquita, Dana y Rocco tienen otra cosa en común. Desde que la marea marrón los arrastró, han estado tranquilos.
“Mucha gente nos ha preguntado por qué los perros no se emocionan al ver a sus dueños de nuevo. Están traumatizados e impactados por lo que sucedió”, explicó Lorena.
A diferencia de otros encuentros después de un viaje, estos perros estaban muy tranquilos, no inquietos, apenas movían la cola. “Es un reencuentro diferente”, indicó la médico veterinario.
“Me pasó con Susy, que fue la primera perrita que bajamos de El Castaño. La llamé y apenas me vio casi ni batió la cola. A Rocco le pasó lo mismo, cuando llegó a El Castaño, empezó temblar. Cuando vio a los funcionarios empezó a mover la colita”, señaló la presidente de la fundación.
Continuarán ayudando a los animales de El Castaño
La fundación seguirá brindando sus servicios gratuitos a los animales de El Castaño. Durante las próximas semanas, el equipo realizará jornadas de atención y vacunación en alianza con la asociación de vecinos de El Castaño. Las fechas están aún por definirse.
También, continuarán recolectando insumos médicos como gasas, algodón, peridón, jeringas y agujas.
