La cuarentena por la Covid-19 no deja muchas opciones para la distracción de los más pequeños
El tiempo de uso de los dispositivos electrónicos debe ser acordado para evitar los daños que causan las pantallas
@Yeannalyfermin
Desde el pasado mes de febrero, Juan David, de 10 años, ya estaba haciendo planes de lo que serían sus vacaciones escolares de este 2020. Su papá le había prometido que si pasaba con buenas calificaciones lo llevaría a la isla de Margarita para que conociera la Laguna la Restinga, El Faro de Pampatar y la Basílica de la Virgen del Valle. De regreso, pasarían por la casa de sus abuelos maternos en Carúpano, estado Sucre, allí se tomarían unos días de descanso para compartir con la familia, visitar varias playas y pescar.
Juan David no le dio mayor importancia a la noticia del pasado 13 de marzo en donde Nicolás Maduro anunciaba los primeros dos casos positivos de la enfermedad. En su inocencia, pensaba que se trataba de algo pasajero, pero con el pasar de los meses su papá lo ayudó a entender que el viaje que habían planeado se debía posponer para poder preservar la salud de ambos.
Los días que tanto ansiaba Juan David ahora transcurren entre la tablet y la computadora, sus pasatiempos favoritos son Fortnite, League of Legends, Minecraft, Counter Strike y comunicarse por Zoom con sus primos, que también esperaban esta época para poder jugar y divertirse. Pero todo el tiempo dentro de cuatro paredes.
En Venezuela, la transición de las clases presenciales a las clases virtuales fue un proceso complejo y muy engorroso por las constantes fallas eléctricas, la poca o nula conectividad a internet y las carencias tecnológicas de padres y representantes de bajos recursos. Ahora, las vacaciones también representan un gran reto: días atípicos, desiguales, sensibles, con muy pocas opciones de entretenimiento, pero con mucho tiempo libre y con el reto adicional que impone el confinamiento.
La psicóloga clínico, Vanessa Nunes (@psicovane7092), trabaja con niños y adolescentes ofreciendo consultas online por la pandemia. Afirma que los constantes cambios, límites y privaciones que ha generado el coronavirus no son fáciles de asimilar por los niños y menos por los adolescentes.
“Los niños no deben pasar todas las vacaciones estudiando, aunque es necesario que refuercen algunos contenidos”, afirmó.
Nunes enfatizó que para sobrellevar este momento es importante mantener las rutinas que estaban establecidas desde antes de la pandemia, pero flexibilizando ciertos aspectos.
“Este período no tienen porqué ser aburrido. Hay que ingeniárselas con actividades lúdicas, ecológicas y fomenten la lectura”, dijo Nunes.
Sobre el internet, la especialista aseguró que es una buena herramienta para estos tiempos porque a través de las pantallas se pueden hacer muchos cursos, campamentos virtuales, tutoriales de idiomas e instrumentos musicales. Sin embargo, aclaró que debe ser bajo supervisión y con horarios.
“Hay niños que se quejan en las consultas porque sus padres no les permiten utilizar el teléfono hasta tarde en las noches”, dice Nunes, quien considera que lo mejor es establecer acuerdos porque lo ideal es que exista un equilibrio entre la cantidad de actividades que realizan los niños en el día.
¿Qué están haciendo los niños?
Sobre la relación actual de los niños con la tecnología, el Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap) solicitó al Instituto de Investigaciones de la Comunicación (Ininco) la realización del estudio académico Procesos, Prácticas y Experiencias Comunicacionales de Niños, Niñas y Adolescentes, durante la Cuarentena por COVID-19. La investigación, realizada entre el 20 de abril y el 22 de mayo de 2020 en el área Metropolitana de Caracas y en el estado la Guaira, determinó que el equipo tecnológico al que más tienen acceso los niños, niñas y adolescentes es al teléfono móvil inteligente.
El estudio precisó que es el correo electrónico la herramienta universal de comunicación más utilizada por los entrevistados al igual que Facebook. Sin embargo, la investigación encontró que el correo es utilizado por los niños no como herramienta de comunicación asincrónica, para la realización de actividades académicas sino también como un requisito para instalar videojuegos.
TikTok e Instagram son las redes sociales favoritas donde los jóvenes de colegios privados tienen mayor presencia, mientras que niños y adolescentes de zonas rurales solo tienen cuenta en Facebook, que revisan cada vez con menos frecuencia, afirmó el estudio.
La investigación que estuvo a cargo de Morella Alvarado y Mariana Bacalao concluye que los jóvenes buscan información, consultan tutoriales o datos sobre videojuegos, deportes, moda, hobbies, profesiones, alimentación, farándula, música principalmente por Youtube.
Recurren a influencers, youtubers, humoristas y/o adultos cercanos. Los adolescentes prefieren utilizar a sus familiares como fuentes de información, afirmó el estudio.
Tensión por el uso de la tecnología
Katherine Martínez tiene 13 años y desde que comenzó la cuarentena se ha aferrado con mucha fuerza a su teléfono celular. Su madre, Ana María Martínez, afirma que en todo momento ella tiene el teléfono en las manos. “Uno le habla y tiene que repetirle las cosas varias veces porque se entrega al aparato. Vive pendiente de lo que publican sus amigas y las influencers que sigue. Ya no comparte tanto conmigo, a veces la regaño, pero la entiendo porque ya llevamos cinco meses encerradas”, dijo.
Según el estudio del Ininco, el uso de equipos tecnológicos está generando tensión en algunas familias venezolanas. Uno de los cambios más significativos hallados en el estudio fue que en la mayoría de los hogares, solo hay acceso a una computadora o dispositivo móvil inteligente lo que tiende a generar problemas.
La investigación destacó que incluso en los hogares con un nivel socioeconómico alto, pero con hijos pequeños, la cuarentena ha creado enormes tensiones, pues los padres deben compartir sus computadoras y al mismo tiempo trabajar de manera remota, en jornadas y horarios que se han extendido por la crisis.
Dispositivos electrónicos: si o no
Desde hace algunos años, pediatras y psicólogos infantiles han insistido en que el uso excesivo de dispositivos electrónicos podrían causar graves daños en la salud de los niños. Pero ahora, con la llegada del coronavirus, los riesgos por la exposición prolongada a las pantallas podrían aumentar si no se regula su uso.
La psicóloga infantil, María Antonieta de Lozada, explicó que actualmente todos los niños nacen con un dispositivo electrónico debajo del brazo. Aseguró que eso se debe principalmente a que los padres trabajan, se entretienen o hacen muchas diligencias con sus teléfonos, tablets o computadoras y el niño va copiando o modelando conductas que es una forma de aprendizaje del ser humano desde que nace.
De Lozada afirmó que el uso prolongado de las pantallas tienen consecuencias negativas principalmente en la conducta. “Los niños se vuelven menos sociables, les cuesta más socializar e interrelacionarse, su creatividad para jugar o inventar juegos disminuye”, dijo.
La psicóloga enfatizó que los padres no deben utilizar los dispositivos electrónicos a manera de pacificador ya que pueden generar adicción, problemas de sueño, irritabilidad y problemas con el peso al incrementarse el sedentarismo.
Pero prohibir las pantallas no es la solución, afirma la psicóloga clínico Mariana González. “Los dispositivos electrónicos son el futuro, y el futuro debe estar siempre abierto para cualquier niño y más si se trata de avances tecnológicos que facilitan el estudio, la convivencia y las relaciones personales”, aseguró.
Para González el uso de cualquier pantalla debe ser bajo supervisión y con horarios establecidos que no interrumpan las demás actividades, debido a que los riesgos que antes existían por el uso de estos aparatos, ahora se potencian por la prolongada exposición.
En 2018, la Asociación Americana de Pediatría (APP) estableció varias recomendaciones para el uso de pantallas en niños. En bebés de hasta 18 meses, se debe evitar la exposición a dispositivos electrónicos con excepción del videochat. De los dos a los cinco años, es importante limitar el uso de las pantallas entre media hora y una hora al día. Desde los cinco hasta los 12 años es necesario la supervisión sin exceder la hora y media al día. En la adolescencia, la APP sugiere educar en el uso responsable y saludable de las tecnologías.
¿Qué se puede hacer?
Cuando inició la cuarentena, Juan David y su padre jugaban dominó, cartas, hacían ejercicios y hasta cocinaban juntos, pero cinco meses después la rutina y los intereses de ambos han cambiado porque prefieren ver series, jugar online, y realizar otras labores a través de la computadora.
Sobre el uso responsable de los dispositivos electrónicos, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ofrece varias recomendaciones para que los niños, niñas y adolescentes se adapten de manera sana y responsable al entorno digital.
1.- Fomentar un ambiente de empatía y confianza en el hogar hará que los niños, niñas y adolescentes tengan confianza de expresar su punto de vista.
2.- Evitar una actitud inflexible ante el uso de las pantallas. Es recomendable transmitirles que no es saludable permanecer conectados tanto tiempo a los dispositivos electrónicos.
3.- Dar prioridad a las actividades básicas. Se deben respetar los horarios de sueño, aseo y alimentación. Aunque sea una situación excepcional, no se deben olvidar las rutinas.
4.- Cuando se esté utilizando Internet para tareas escolares, es preferible que no usen las aplicaciones de mensajería ni las redes sociales que solo servirán de distracción.
5.- Los padres deben dar ejemplo sobre el uso de los dispositivos electrónicos y gestionar el tiempo de uso de los mismos durante estos días.
El Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap) en su página web también ofreció varias recomendaciones para que los niños se entretengan durante estas vacaciones confinadas.
La psicóloga Maria Antonieta de Lozada enfatizó que si los padres no enseñan a sus hijos a utilizar correctamente los dispositivos electrónicos, esos niños en un futuro podrán sufrir problemas oculares, de mala postura y hasta obesidad.
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