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3×3 | Alcaldesa de Bogotá estigmatiza a venezolanos aunque no quiera
Claudia López, alcaldesa de Bogotá, señaló a los migrantes venezolanos como los culpables del aumento de la criminalidad en la ciudad colombiana sin tener pruebas. Estudios y especialistas rechazan sus afirmaciones

 

@ValeriaPedicini

“Yo no quiero estigmatizar, ni más faltaba, a los venezolanos, pero hay unos inmigrantes metidos en criminalidad que nos están haciendo la vida cuadritos”, dijo la alcaldesa de Bogotá, Claudia López. 

Ese día presentaba un reporte de seguridad en el que informaba sobre el aumento de la criminalidad en Bogotá, luego de que un usuario fuera asesinado en el transporte público de la ciudad. 

López señaló a los migrantes venezolanos como responsables del aumento en las cifras de criminalidad. Inmediatamente  sus declaraciones se difundieron en redes sociales, causando indignación y rechazo entre especialistas, figuras políticas y de instituciones.

Según datos de la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur), alrededor de un millón 700 mil venezolanos viven en Colombia, de los más de cinco millones que han abandonado la nación.

La gran cantidad de venezolanos que han llegado a Colombia no son vinculantes con las tasas de criminalidad. Las cifras dadas por el director de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa, ponen al descubierto la verdad: solo 4% de los delitos realizados en Colombia son llevados a cabo por extranjeros. El resto, 96%, son atribuidos a los colombianos. 

En un estudio llevado a cabo por la Fundación Ideas para la Paz (FIP), los índices delictivos en Colombia no se han visto afectados por la llegada de venezolanos: “el comportamiento de los homicidios, lesiones personales, delitos sexuales y hurto a personas no pueden ser explicados por el flujo migratorio”.

Al contrario, el análisis de la FIO asegura que la población venezolana en el país vecino ha logrado insertarse en las dinámicas colombianas, “lo que significa que no existe una diferencia entre los ciudadanos colombianos y venezolanos con respecto a su vinculación en actividades delictivas”.

En Bogotá, ciudad que concentra aproximadamente 35% de migrantes venezolanos, aumentó 130% la tasa de lesiones personales a venezolanos y 110% la tasa de hurtos. 

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) mostró su preocupación por las declaraciones de López y mencionó que los funcionarios públicos “deben abstenerse de incurrir en declaraciones estigmatizantes que puedan exacerbar la xenofobia hacia las personas venezolanas”.

Asimismo, recordaron que quienes ocupan cargos de responsabilidad pública no deben contribuir a generar “un clima de permisividad o justificación de las violencias que se ejercen contra la población migrante”.

A pesar de las críticas por sus afirmaciones, la alcaldesa publicó este sábado 7 de noviembre en redes sociales otro comentario refiriéndose a los migrantes venezolanos en Bogotá. 

Runrun.es consultó a tres especialistas sobre las declaraciones de la alcaldesa: la abogada y directora de Cepaz, Beatriz Borges; la socióloga y magister en Ciencias Políticas y Sociales, Claudia Vargas Ribas; y  al abogado y miembro de Amnistía Internacional sección Venezuela, Marino Alvarado.

La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, expresó que había unos migrantes venezolanos metidos en criminalidad «que nos están haciendo la vida cuadritos”. ¿Por qué estas declaraciones se producen en este momento?

 

Beatriz Borges

Lamentablemente, una estrategia política que se ha utilizado mucho para disminuir el grado de responsabilidad en el ejercicio de políticas públicas en la ciudad, y se ha buscado estas afirmaciones donde se logra estigmatizar a grupos de migrantes para responsabilizarles por los hechos de criminalidad que están ocurriendo en Bogotá.  No se entiende si hay una razón específica de por qué este momento en particular (más allá de que el lugar de su alocución fue en una comunidad densamente poblada por venezolanos). Lo que sí se entiende es que con el discurso de la alcaldesa se procuró continuar estigmatizando a una población que ya se encuentra suficientemente vulnerable dentro de Colombia. 

Claudia Vargas Ribas

Estamos hablando de unas declaraciones que en principio son lamentables vengan de donde vengan, pero son todavía más lamentables y más delicadas si vienen de la autoridad, quien está teniendo un discurso discriminatorio hacia una población extranjera, en este caso los venezolanos, basándose en argumentos completamente errados. La verdad es que no sé por qué lo dice ahora, pero una de las hipótesis que tengo es que la ciudadanía está demandando resultados en cuanto a seguridad ciudadana y sanitaria. Como no está pudiendo dar respuestas,  lamentablemente lo lleva hacia un sentido equivocado, hacia una población que está vulnerable. Puede afectar enormemente los procesos de integración dentro de esos tejidos sociales y que, a mi parecer, está inmiscuyendo un problema político, poniendo en el medio a una población que lo que necesita es protección y oportunidades para integración.

¿Por qué se señalan a los extranjeros? Creo que se ha tomado muy a la ligera la vulnerabilidad de esta población y en lugar de promover integración, políticas para que estos venezolanos puedan ser protegidos, se quiere tratar de evadir la responsabilidad que tienen los estados y las localidades de proteger personas como los venezolanos que van con carencias. Estamos hablando de personas que pueden estar sin papeles, pueden estar sin dinero y que justamente por la precariedad y la necesidad que llevan consigo se involucran en el empleo informal, pero el empleo informal no es sinónimo exclusivo de delincuencia, son dos cosas muy diferentes.

Marino Alvarado

Las desagradables y lamentables declaraciones de la alcaldesa creo que se corresponden a una tendencia que tienen muchos funcionarios públicos en distintas partes del mundo de querer descargar en los migrantes responsabilidades de situaciones de las cuales no tienen mayor responsabilidad y principalmente la vinculan a la criminalidad. Lo que dijo la alcaldesa lo habían dicho algunos funcionarios en algún momento en Ecuador, en Perú y se decía mucho en Venezuela cuando la migración colombiana y peruana. Creo que es parte de esas políticas de funcionarios del estado que para evadir sus responsabilidades en la gestión pública que les corresponde buscan chivos expiatorios. 

¿Por qué si el director de Migración Colombia asegura que solo el 4% de los delitos en el país son cometidos por extranjeros, señalan a los migrantes venezolanos como los culpables de la criminalidad?

 

Beatriz Borges

Tampoco es una afirmación que se entiende con claridad. Claudia López hizo una afirmación genérica sobre grupos venezolanos que se encuentran delinquiendo, pero lo hizo sin presentar estadísticas, evidencia, ni algún otro tipo de planteamiento que refleje el grado de representatividad de la participación de venezolanos en el crimen en Bogotá. Por el contrario, su discurso deja entrever que los venezolanos son responsables de la criminalidad, afirmación que es incorrecta. Aunado a ello, la invitación a la deportación de los venezolanos involucrados en la criminalidad es igualmente peligrosa, porque no toma en cuenta las circunstancias particulares en las que se encuentra Venezuela en la actualidad, donde una persona deportada no podría tener acceso a las garantías mínimas para su supervivencia como salud, alimentación, entre otras. 

Claudia Vargas Ribas

Del 4% que menciona el director de Migración Colombia, 0,63% apenas es la población venezolana. En cuanto a la representatividad de cuántos son los que cometen delitos y cuántos son venezolanos no se corresponde con la realidad. Si hablamos de números, estamos hablando que son 50 millones de colombianos aproximadamente, según lo que dijo el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) en febrero de este año, y un millón 800 mil venezolanos. Estamos hablando que la población venezolana es 3,6% y según lo dicho incluso por el propio DANE y dos investigaciones muy importantes, ambas sostienen que no hay argumentos posibles para que se crea que la delincuencia viene específicamente de los venezolanos. Por el contrario, los venezolanos contribuyen por lo menos con el 0,25% del PIB en la economía colombiana.

En cuanto a cometer delitos, solo el 0,63% de esta población es la que está presa por cometer algún tipo de delito y que además la mayoría generalmente se dan en zonas de frontera que no tienen nada que ver con la ciudad de Bogotá. Es muy importante también decir que su opinión pudiera generar no solamente una percepción errada de esta población porque ella no se está basando en los argumentos que yo te acabo de dar, sino que se basa simplemente en la cualidad de ese extranjero.

¿Quién es ese extranjero venezolano? Una persona que viene sin papeles, que viene huyendo de una crisis humanitaria compleja, que viene sin dinero y que no siempre es integrada completamente a la sociedad que lo recibe porque tienen que meterse en empleos informales para poder sobrevivir. Señalar a los venezolanos es una salida lamentable y hasta cierto punto muy cómoda ante una población que lo que está demandando es protección e integración.

Marino Alvarado

Los datos que da Migración Colombia sobre el porcentaje de venezolanos que pueden estar involucrados en criminalidad por supuesto que desenmascara todo este discurso que pretende hacer ver al pueblo colombiano que cualquier incremento de la delincuencia se debe a la población venezolana. Qué bien que se hayan hecho públicas para contrarrestar esas informaciones de la alcaldesa porque son cifras muy concretas y además oficiales que derriban ese argumento de que la criminalidad se ha incrementado en Colombia como consecuencia de la presencia de la población venezolana.

¿Qué tanto influyen estas declaraciones en la exarcerbación del discurso xenófobo?

 

Beatriz Borges

Lo que sí se puede determinar con claridad es cómo las declaraciones de Claudia López potenciaron el discurso xenófobo. Solo en redes sociales, según el barómetro de la xenofobia – iniciativa de distintas organizaciones no gubernamentales que mide el discurso xenófobo en redes sociales- «se impulsaron las publicaciones xenófobas o de discriminación en un 83% a nivel nacional, con respecto al día anterior». Además, «en Bogotá, la conversación de xenofobia aumentó en 918% con respecto al día anterior; en Cúcuta 900%; en Cali, 376%, en Barranquilla 300% y en Medellín, 250%». Esto es sencillamente terrorífico, pero es un reflejo del grado de responsabilidad que tiene una figura pública como Claudia López por su discurso. Claudia López se encuentra en una posición de garante respecto a sus palabras y al impacto que generan, y frente su discurso, debe adoptar medidas diligentes e inmediatas para que la xenofobia cese de inmediato en contra de los venezolanos.

Claudia Vargas Ribas

Es muy delicado el tema de las declaraciones xenófobas. Cuando vienen de la población en general, hay mitos o creencias que pueden deconstruirse pero cuando vienen desde la voz oficial esto puede generar entre la ciudadanía primero una gran incertidumbre y miedo. «¿Cómo dejaron entrar a este extranjero que supuestamente es delincuente? ¿Qué hago ahora?». Hay una ruptura o debilitamiento del tejido social de ese entorno. Los ciudadanos del día a día son los que más sufren porque empieza a haber desconfianza, no solamente por el extranjero sino por todo aquel connacional colombiano que ayude al extranjero. Entonces puede haber divisiones, como una segmentación de la población: somos nosotros y ellos que son los enemigos. Y eso puede generar mucha violencia, desde intercambios de palabras hasta hechos lamentables.

Y también evidentemente estamos hablando de la violación a la dignidad humana de los venezolanos que están allí. ¿Por qué tienes que estigmatizarme como delincuente porque no tengo recursos económicos, porque ahora mismo no tengo un trabajo, porque no estoy regularizado? Creo que ahí se violenta el  tema de un trato digno hacia todos los seres humanos. Estamos hablando de un venezolano que tiene miedo seguramente de reconocerse como tal, de andar por las calles porque no sabe cuál va a ser la percepción que va a tener con el colombiano con el que esté tratando. Esto hace muchísimo daño en términos del tejido social pero también para que haya un adecuado proceso de integración.

Marino Alvarado

Son declaraciones que estimulan que se incrementen los comentarios xenófobos y que además se ponga en riesgo a los venezolanos que están en Bogotá y en otras partes del país porque se les puede empezar a considerar los primeros sospechosos ante cualquier delito que pueda ocurrir en una comunidad donde viven. Esto dificulta los procesos de integración que más bien debe facilitar una autoridad para que las personas migrantes, en este caso los venezolanos, puedan integrarse a plenitud de la mejor forma, con la otra posibilidad de que puedan dar todos los aportes como lo dan casi la totalidad de venezolanos y de otros extranjeros que puedan estar en Colombia.