Protestas laborales amenazan con reventar la burbuja   - Runrun
Protestas laborales amenazan con reventar la burbuja  
86% de las 480 protestas que se llevaron a cabo apenas en los primeros 16 días de este año corresponden a reclamos laborales 
Bolívar fue el estado donde se produjeron más manifestaciones con 65
Observatorio Venezolano de Conflictividad Social reportó 28 protestas este 17 de enero, más de una por hora 
Docentes y personal de la salud son los principales protagonistas de las movilizaciones de calle 

 

@franzambranor

 

Enero comenzó caliente en las calles de Venezuela. El frío de diciembre y la algarabía que se respiraba en el último mes de 2022 parece haberse esfumado con las protestas de miles de trabajadores de la administración pública en este recién iniciado 2023.

Con el fantasma de la hiperinflación amenazando con una nueva cabalgata, los venezolanos despertaron de la siesta decembrina con los bolsillos rotos y clamando por un sueldo digno que les acerque a los 371 dólares que costó la canasta alimentaria a finales de 2022, de acuerdo a estimaciones del Observatorio Venezolano de Finanzas.

De Coro a Maturín, de San Cristóbal a Ciudad Bolívar, la mayoría de las ciudades venezolanas se unieron al clamor de los trabajadores que no toleran más un sueldo mínimo de apenas 130 bolívares, el equivalente a siete dólares mensuales.

De acuerdo a un mapa de conflictividad social elaborado por la empresa ORC Consultores, hasta el 16 de enero de este año, se contabilizaron 480 protestas, de las cuales 413 fueron por reclamos laborales, es decir el 86%

Le siguieron protestas por agua (16), gasolina (12), justicia (6), política (5), infraestructura (5), aseo (4), salud (3), electricidad (3), aguas negras (3), gas (3), estudiantes (2), otros servicios (2) y telecomunicaciones (1). 

Bolívar fue el estado donde se produjeron más protestas, con 65, secundado por Aragua (42), Miranda (33), Falcón (28), Barinas (27), Guárico (27), Mérida (23).

En la lista también están Portuguesa (23), Táchira (23), Sucre (22), Lara (22), Cojedes (17), Carabobo (16), Zulia (16), Trujillo (13), Monagas (12), Distrito Capital (12), Delta Amacuro (12), Apure (12), Anzoátegui (9), Yaracuy (9), Nueva Esparta (6), Vargas (6) y Amazonas (5). 

Las 480 manifestaciones que se produjeron en la primera quincena de enero de este año duplicaron a las 211 que se llevaron a cabo en 2022 durante el mismo periodo.

De 69 protestas exigiendo mejoras salariales del 1 al 16 de enero de 2022, Venezuela saltó a 413 este año, una escalada de más del 2 mil por ciento.

 

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Olla de presión a punto de estallar

Según el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social solo este 17 de enero se produjeron 28 movilizaciones de calle, es decir, más de una por hora, y en 2022 se contabilizaron 2.649 protestas laborales, la mayoría protagonizadas por trabajadores de los sectores educativos, salud y administración pública. 

En el inicio de 2023, maestros, personal sanitario, profesionales, técnicos, obreros, trabajadores de las empresas básicas del Estado como Sidor (Siderúrgica del Orinoco) y la CVG (Corporación Venezolana de Guayana), universitarios, empleados públicos, jubilados y pensionados no han escatimado esfuerzos para salir a la calle a clamar por sus reivindicaciones.   

“El año 2022 fue un año de luchas, quizás no con la misma intensidad con la que hemos iniciado el 2023, un año parecido al 2018, donde tuvimos que apelar a un paro indefinido porque los salarios no alcanzaban”, dijo Ana Rosario Contreras, presidenta de la junta directiva del Colegio de Enfermeras del Distrito Capital.

Gricelda Sánchez, presidenta de la ONG Formación de Dirigentes Sindicales, manifestó que este enero fue particularmente intenso para los docentes porque querían hacer ruido en la conmemoración del Día del Maestro, el pasado 15 de enero.

“El lunes 16 de enero salimos a las calles y le exigimos a la coalición sindical nacional del sector educativo que entregue el pliego conflictivo al Ministerio del Trabajo, hay que darle carácter administrativo a este reclamo”, expuso Sánchez.

La dirigente sindical aseguró que las protestas de docentes este año han tenido lugar en los 23 estados del país.

“No solo maestros y profesores activos, también jubilados, personal administrativo y obrero, y hasta padres y representantes”, aseguró.

Sánchez manifestó que los educadores están exigiendo un salario base de 600 dólares.

“Maduro prometió que el sueldo iba a estar anclado al petro, entonces que cumpla su palabra, no queremos bolívares devaluados que se los come la inflación”, indicó.

Por debajo de la franja de la pobreza

Durante un acto proselitista en los Valles del Tuy, estado Miranda, Nicolás Maduro volvió a esgrimir la carta de las sanciones para escurrir la responsabilidad de los sueldos ínfimos en Venezuela.

“Basta de torturas y persecución criminal contra la clase obrera venezolana”, dijo.

Sánchez desestimó las declaraciones de Maduro: “Cuando llegaron las sanciones ya nuestros sueldos venían en picada y se habían violado una serie de contrataciones colectivas. Estamos así por las políticas de hambre del gobierno, no por las sanciones”.

El líder chavista prometió un sueldo acorde con las necesidades del venezolano. “Más temprano que tarde pasaremos de esta fase de parto y de resistencia, a una fase de mejoría sostenida de los ingresos de la clase obrera y trabajadora”. 

Maduro no dijo de dónde sacaría los recursos para honrar a los empleados. “De mil maneras lo haremos, ¿Pariendo recursos?, pariremos. ¿Produciendo?, produciremos”, sostuvo.

Asimismo, cuestionó a quienes, según él, consideran que un aumento salarial resolverá los problemas estructurales en escuelas y hospitales.

“¿Ustedes creen que nosotros podemos resolver a punta de realazos (sic) todos los problemas? ¿Cuántos millones de dólares debemos tener para resolver los problemas de infraestructura? ¿Mil, dos mil millones?”, esbozó. 

Contreras considera que el Estado es el principal responsable de fomentar un salario digno para los trabajadores.

Cuando Maduro dice que no hay dinero para aumentar a los empleados es una falta de respeto, porque los trabajadores no podemos seguir asumiendo las consecuencias de una crisis que no generamos”, dijo.

Según Contreras, los profesionales de la salud escasamente devengan 15 o 16 dólares mensuales.

“Y, por supuesto, eso es insuficiente para hacerle frente a una canasta básica alimentaria que supera los 300 dólares. Los trabajadores de la salud que viven en la periferia de Caracas tienen que pagar 50 bolívares diarios en transporte, no tenemos siquiera para pagar un pasaje y menos para comer”, indicó la enfermera.

Contreras hizo un llamado a dolarizar la economía venezolana. “Que terminen de hacerlo de una buena vez, ya no podemos seguir cobrando en bolívares cuando todo está en divisas. Nos encontramos en el umbral de la extrema pobreza porque no tenemos un salario básico que esté por encima de los dos dólares diarios como dice el Banco Interamericano de Desarrollo”.

Contreras aseguró que los grupos afectos al gobierno denominados colectivos y que amenazaron a los manifestantes con amedrentarlos si continúan en las calles, no representan mayor obstáculo.  

A pesar de la estrategias para desmovilizar la protesta, no nos han podido intimidar, ni los facinerosos ni los bonos devaluados nos van a desviar del objetivo”, aseveró Contreras.

Sánchez también criticó la bonificación de 580 bolívares (alrededor de 30 dólares) que recientemente hizo el gobierno a los empleados del sector educativo a través del sistema Patria.

“Nosotros lo que queremos es la recuperación real del salario, que los 500.000 docentes que hay en el país y el millón de empleados que tiene el Ministerio de Educación salgan beneficiados”.

Contreras manifestó que no es justo que mientras los gobernantes exhiben camionetas blindadas con escoltas y joyas el pueblo tenga que conformarse con una limosna.

“Hoy parece que estamos haciendo labor social ad honoren, nuestra petición es que se homologuen los salarios al costo de la canasta básica y por eso es que vamos a seguir en la calle, somos esenciales para los pacientes, pero invisibles para el Estado”, concluyó.