Humo blanco salió a las 6:37 p.m. (hora local) de la chimenea del Vaticano este 8 de mayo de 2025 para anunciar al papa número 267 de la Iglesia Católica. Los cardenales eligieron a Robert Francis Prevost Martínez como el sucesor del fallecido papa Francisco, quien murió el pasado 21 de abril.
La selección de Prevost, nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Estados Unidos, se produjo luego de una cuarta ronda de votación entre los 133 prelados autorizados.
Prevost es el primer pontífice estadounidense y el primer agustino en alcanzar el papado. Su elección podría marcar una continuidad en el legado de Francisco en lo relativo a temas globales como la paz, la inclusión y la justicia social. Su experiencia en Latinoamérica ha influido en su enfoque pastoral y en su compromiso con los sectores más vulnerables.
El nombre que escogió como papa evoca a León XIII, “una figura asociada al compromiso social y a la apertura diplomática en la historia reciente de la Iglesia”, explica la Agencia Informativa Católica de Argentina.
En sus primeras palabras como papa, Prevost recalcó su intención de lograr una iglesia misionera, “una iglesia que construye puentes y dialoga, siempre dispuesta a acoger, como esta gran plaza, con sus brazos, tenemos que mostrar nuestra caridad, presencia y diálogo con amor”.
Un pastor con raíces latinoamericanas
Hijo de madre española y padre estadounidense, Prevost fue ordenado sacerdote en 1982 como miembro de la Orden de San Agustín. Tres años más tarde, inició una larga labor misionera en Perú, donde se desempeñó como prior, director de formación, profesor de teología y vicario judicial. En 2015, se convirtió en ciudadano peruano, un gesto que confirma su integración y compromiso con la región.
En 2014, lo designaron obispo de Chiclayo, cargó en el que estuvo hasta su traslado al Vaticano en 2023. Entre 2018 y 2023 formó parte de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP), de la que fue vicepresidente segundo,
En 2023, el papa Francisco lo llamó a Roma y lo designó prefecto del Dicasterio para los Obispos y Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, lo que lo mantuvo en contacto estrecho con la jerarquía católica del continente y lo convirtió en un referente clave en la articulación de respuestas eclesiales a las crisis sociales.
El nuevo papa, de 69 años de edad, tiene una licenciatura Ciencias Matemáticas por la Universidad de Villanova, así como una maestría en Divinidad por la Catholic Theological Union de Chicago. A su formación suma una licenciatura y un doctorado con grado magna cum laude en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino (Angelicum) en Roma. Además, domina cinco idiomas: español, francés, italiano, portugués, latín y alemán.
Apoyo a migrantes venezolanos
Durante su episcopado en Chiclayo, Perú, Prevost se destacó por su respaldo a la población migrante venezolana que llegaba al norte de dicho país huyendo de la emergencia humanitaria compleja.
En octubre de 2022, participó activamente en una feria de salud e integración para migrantes venezolanos, organizada por Cáritas y la Iglesia local. Allí, más de 200 personas recibieron atención médica gratuita y orientación social. En sus palabras de apertura, Prevost agradeció a la comunidad venezolana por su resiliencia y destacó el trabajo conjunto como un “signo de unidad, fraternidad y generosidad”.
Estas acciones reflejan que su enfoque pastoral se centra en la acogida, la inclusión y la dignidad humana, más allá de discursos políticos. Quienes lo conocieron en Chiclayo afirman que mostraba una “preocupación especial” por los migrantes venezolanos, y que no dudaba en respaldar iniciativas que ofrecieran alivio y oportunidades de integración.
Hay respaldos digitales que dan cuenta de su presencia en actividades para tratar el tema de la atención a la migración venezolana en Perú.

En declaraciones a la agencia Reuters Jesús León Ángeles, coordinador de uno de los grupos católicos en Perú, aseguró que Prevost dirigió oraciones por los más de 1.5 millones de migrantes venezolanos en Perú.
Además, como prefecto del Dicasterio para los Obispos, Prevost respaldó iniciativas de la Santa Sede orientadas a asistir a los migrantes venezolanos. Una de las más destacadas fue el proyecto “Puentes de Solidaridad”, lanzado en 2018 en colaboración con ocho conferencias episcopales sudamericanas. Este plan pastoral buscaba ofrecer apoyo integral a los migrantes venezolanos en todas las etapas de su desplazamiento, promoviendo su acogida, protección, promoción e integración.
En su perfil en X el nuevo papa invitaba continuamente a participar en jornadas de colectas públicas para respaldar a los migrantes en Perú, que usaban como lema citas bíblicas como la de Mateo 25, 35: “Fui extranjero y me recibiste en tu casa”.

También, compartió el anuncio que hacía en esos años la Conferencia Episcopal Venezuela sobre la apertura de un centro de información y orientación al migrante venezolano por parte de su organización homónima en Perú, “con el fin de que conozcan sus derechos y los procedimientos para su estadía en este país”.

Opuesto a la arremetida anti-migrante de Trump
Su cuenta oficial en la red social X es @drprevost, la cual, a cuatro horas de su escogencia como nuevo sumo pontífice de la Iglesia Católica, acumulaba cerca de 214 000 seguidores.
Aunque no es especialmente activo, destacaron en los últimos meses tres mensajes que retuiteó o compartió: uno de ellos contenía críticas a Donald Trump y a Nayib Bukele por las deportaciones “ilícitas” de indocumentados en EEUU a ese país y fue originalmente posteado por Evelio Menjivar Ayala, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Washington, D.C., quien preguntó: “¿No ven el sufrimiento? ¿No les preocupa su conciencia? ¿Cómo pueden callarse?”.

En otro par de mensajes, compartió textos de terceros que rechazaban comentarios del vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance. En uno de ellos, publicado en febrero de 2025, se confrontaba una declaraciones del funcionario de la administración Trump en donde justificaba la arremetida que llevaría a cabo su gobierno contra los migrantes indocumentados, sustentado en un concepto medieval conocido como ordo amoris, u “orden de la caridad” -atribuido a Santo Tomás de Aquino- que establece que el amor debe tener un orden jerárquico, que cada persona prioriza correctamente sus afectos, priorizando la familia.
«Existe un concepto cristiano: amar a la familia, amar al prójimo, amar a la comunidad, amar a los conciudadanos y, después, priorizar al resto del mundo. Mucha extrema izquierda ha invertido eso por completo», declaró Vance en una entrevista televisiva.
El nuevo papa compartió en su cuenta personal un artículo del medio cristiano que abordaba esta polémica y titulado “JD Vance se equivoca: Jesús no nos pide que clasifiquemos nuestro amor por los demás”, que en uno de esos apartados expresa lo siguiente:
“No negaré las complejidades de la inmigración. Pero enmarcar el amor como algo calculado y condicional pasa por alto por completo su esencia. Claro que no descuidamos a nuestras familias. Claro que invertimos en nuestras comunidades locales. De hecho, así es como logramos el cambio más profundo: votando, luchando, oponiéndonos a los sistemas que se niegan a proteger a los más vulnerables. Pero el amor no se detiene ahí. El amor del que habla Jesús no se trata de cálculos ni de una elección entre nuestras familias o vecinos. No es un recurso finito que se pueda repartir, sino un río que fluye, impetuoso y sin restricciones. La visión del amor del imperio se basa en la escasez, pero el reino de Dios se basa en la abundancia”, expone la editora del referido medio católico.
Ya desde el primer gobierno de Trump el papa Leon XIV había compartido en sus redes públicas mensajes en los que se cuestionaba la política de separación de los niños de sus padres cuando eran detenidos en la frontera de ese país.
En agosto de 2022 también se hizo eco de un mensaje de los obispos peruanos en solidaridad con las víctimas de persecución política en Nicaragua, en especial, a los miembros de la Iglesia Católica, en un contexto de agresión y destrucción de imágenes y símbolos religiosos católicos.

Iglesia que acompaña, no que domina
Prevost ha sido claro en su visión de una Iglesia que acompaña sin imponerse, que no cae en polarizaciones ni busca protagonismo político. En entrevistas recientes, ha afirmado que la autoridad en la Iglesia debe usarse “para servir, para escuchar, para estar cerca del pueblo”.
También ha advertido sobre los riesgos de usar el lenguaje o las redes sociales para “alimentar divisiones”, instando a obispos y líderes eclesiásticos a actuar con responsabilidad, buscando siempre la unidad y la paz.
Su postura sobre temas controversiales
El medio especializado The Catholic Herald define al nuevo papa como una “figura moderada y equilibrada, conocida por su sólido juicio y una gran capacidad de escucha, y alguien que no necesita golpearse el pecho para ser escuchado”.
Anticipaban en un artículo el pasado 1 de mayo que, de ser electo, Prevost sería visto, a grandes rasgos, “como un voto a favor de la continuidad de gran parte de la sustancia de la agenda del Papa Francisco, pero no necesariamente del estilo, ya que es más pragmático, cauto y discreto que el difunto Papa”.
El mismo medio menciona que Prevost ha tenido bajo reserva su opinión sobre temas controvertidos de la vida católica, como la bendición de las personas en uniones del mismo sexo. No obstante, y de acuerdo con una publicación del New York Times, en el año 2012 el papa lamentó que los medios de comunicación occidentales y la cultura popular generaran “simpatía por creencias y prácticas que están en desacuerdo con el evangelio”, citando el “estilo de vida homosexual” y las “familias alternativas compuestas por parejas del mismo sexo y sus hijos adoptados”.
El mismo medio asegura que, como obispo en Chiclayo, Leon XIV se opuso de igual forma a un plan del gobierno para añadir enseñanzas sobre “identidad de género” en las escuelas: “La promoción de la ideología de género es confusa, porque busca crear géneros que no existen”, habría declarado a medios regionales.
En lo que respecta al racismo, varia publicaciones en redes sociales dan cuenta de sus cuestionamientos. En ocasión de la muerte a manos de un policía del afroamericano George Floyd reposteó un mensaje en el que expresaba solidaridad con su familia. En otro trino, destaca su opinión sobre el papel que deben jugar los líderes de la iglesia en la erradicación del racismo y la búsqueda de justicia social.

Sobre el aborto, en un mensaje en X -antiguo Twitter- del año 2015 compartió un mensaje de apoyo a una marcha por la vida, que acompañó con el texto: “Defendamos la vida humana en todo momento”.

Prevost no apoya la ordenación de mujeres al diaconado. En 2023, afirmó que esta medida “no necesariamente resuelve un problema” y que “podría crear uno nuevo”, postura que refleja una visión conservadora respecto al papel de las mujeres en la jerarquía eclesiástica.
La polémica por manejo de casos de abuso sexual
A pocas horas de su designación como nuevo papa de la Iglesia Católica la organización SNAP (Red de Sobrevivientes de Abuso por Sacerdotes), que recopila casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes y apoyar a las víctimas, acusó a León XIV de encubrir casos de abuso mientras fue obispo en Perú.
Aseguran que cuando era provincial de los agustinos, en acusaciones que se remontan al año 2000, permitió que un sacerdote acusado de abuso de menores residiera cerca de una escuela católica en Chicago, pese a restricciones desde 1991.
Además, lo acusan de omisión cuando fue obispo de Chiclayo, Perú, al no investigar adecuadamente denuncias de abuso ni impedir que el sacerdote acusado continuara celebrando misa.
El 25 de marzo de 2025, SNAP presentó una denuncia formal contra él bajo el decreto Vos estis lux mundi, y ahora exige acciones contundentes en sus primeros 100 días como Papa, incluyendo una Comisión Global de la Verdad, una política de tolerancia cero en el derecho canónico, acuerdos legales internacionales y un Fondo de Reparaciones financiado con bienes de la Iglesia.
Las acusaciones contra León XIV fueron negadas por la diócesis y desmentidas por fuentes cercanas a las investigaciones. El periodista peruano Pedro Salinas, reconocido por su trabajo en casos de abusos dentro de la Iglesia y por su investigación sobre el Sodalicio de Vida Cristiana, calificó las denuncias como “absolutamente falsas”, afirmando que no existen pruebas ni testimonios sólidos que impliquen al ahora Papa en encubrimientos.
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