A Irene la detuvieron por formar parte de un grupo de WhatsApp y le pausaron la vida
Irene, de 17 años, fue detenida cuando estaba con sus padres. Antes de ser encarcelada tenía el sueño de estudiar Derecho y ser modelo

En la familia de Irene siempre fueron tres: su mamá, su papá y ella. Estaban acostumbrados a acompañarse en las buenas y en las malas. El día de su detención no fue la excepción. La niña, de 17 años, acompañó a su papá hasta la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) de Las Acacias, en el estado Carabobo, junto a su madre.
El día anterior, 3 de agosto, su padre había recibido una citación por obstrucción de la vía pública. El 4, tanto su mamá como Irene lo acompañaron porque creían que era un proceso rutinario. “Asistimos porque sabíamos que no teníamos nada que perder”, dice su madre.
Después de cuatro horas de espera, los tres son llamados por un agente del organismo. Les pidió sus teléfonos y les revisó el WhatsApp a cada uno. Cuando le tocó el turno a la niña, él contestó: “Es ella la que se queda”.
“¿Por qué?, ¿Cuál es la razón?”, preguntaron sus padres. El funcionario les explicó que era por un grupo de WhatsApp. “Por este grupo”. En el grupo había más de 200 personas y eran jóvenes que compartían memes, opiniones y algunos chistes.
La razón principal de la detención de Irene fue pertenecer a un grupo que ella no creó, solo fue invitada. Ese día, la dejaron con dolor y tristeza. No se opusieron porque estaban seguros de que saldría en pocos días.

80 días detenida
Aunque pensaron que saldría pronto, Irene tiene 80 días detenida y fue imputada por “incitación al odio”. El 26 de septiembre fue la audiencia preliminar y, al igual que a los otros niños detenidos en contexto postelectoral, le propusieron declararse culpable y aceptar una condena de seis años y ocho meses. Ella lo rechazó y ahora se debe enfrentar a un juicio.
“Ese mismo día nos enteramos de que había una denuncia por ese grupo de WhatsApp. Alguna persona dijo que se estaban burlando de ella y que le habían hecho bullying. Pero no entendemos por qué Irene está detenida, si no hay nada que compruebe que ella participó en esos mensajes”, afirmó su madre en una entrevista a RunRunes.
Ese día, las lágrimas de Irene eran incontables. Ahora solo piensa en cuánto tiempo más debe pasar para que vuelva a estar en libertad.
Antes de estar detenida, la muchacha quería estudiar Derecho y sus padres estaban haciendo la gestión para que pudiera inscribirse en la Universidad Arturo Michelena. Además de dedicarse a sus estudios, Irene tenía una carrera prominente en el modelaje. Tenía años en esta disciplina y le faltaba poco para culminar su ciclo. Es única hija y su madre la define como “la luz de la casa”.
“Ella es la alegría. Solo somos tres y ella siempre con su bulla, con sus historias. Sin ella, todo es oscuridad”, confiesa su mamá.
“Ella quería irse”
Los padres de Irene guardaban la esperanza de que “Venezuela podía cambiar” y cuando ella propuso irse al extranjero a estudiar, la respuesta fue un rotundo “no”.
“Casi toda mi familia está fuera del país y ella quería irse con mi mamá a Chile a estudiar a la universidad. Pero le dijimos que no, más que todo su papá se negó a que se fuera porque solo somos tres y, ahora, estamos arrepentidos”, dice Katherine, madre de Irene.
El dormir por las noches se ha convertido en una tarea titánica para los padres de Irene. Todos los jueves su madre la visita y todos los días le lleva comida. Aunque afirma que “está bien”, verla detenida por razones políticas le parte el corazón.
Creen que, si la hubiesen dejado ir, estaría lejos, pero estudiando y haciendo su vida. Cada día que pasa es un día pausado en la vida de Irene, desde el punto de vista de sus padres.
La mamá de la niña es educadora de profesión y después de todo lo sucedido, decidió pedir vacaciones. La situación la obligó a asistir al psiquiatra por los ataques de ansiedad y el insomnio.
En estos tiempos difíciles, Dios ha sido su refugio y, dentro de todo, agradece que a su hija “la han tratado bien” y le permiten llevarle comida y conversar con ella.
Ahora, las metas de la niña han cambiado: Ya no quiere estudiar Derecho y solo piensa en el momento en que pueda dormir en su cama, estar con sus padres y seguir con su vida.
Organizaciones de Derechos Humanos han abogado por la situación de los niños, niñas y adolescentes detenidos después de los resultados del 28 de julio.
El aislamiento agrava situación de menores detenidos
Encuentro, Justicia y Perdón en X, antiguo Twitter, insistieron en la libertad de los jóvenes encarcelados:
“Las condiciones de aislamiento y la falta de contacto con sus seres queridos agravan aún más su sufrimiento. Instamos a las autoridades a permitir visitas semanales y a evitar el aislamiento injustificado de estos muchachos. El respeto a los derechos humanos es fundamental y no puede ser ignorado”.
Las madres de los niños detenidos exigen el respeto a su debido proceso y el cumplimiento de la ley. Desde hace más de 30 días, se han movilizado incansablemente en apoyo a sus hijos. Han asistido al Ministerio Público para entregar una carta y, posteriormente, se dirigieron al Tribunal Supremo de Justicia. Sin embargo, aún no han recibido respuestas. En su última concentración, solicitaron ayuda a Unicef.
En un documento, instaron al organismo internacional a que intervenga en la liberación de los niños y niñas. “No merecen estar enjaulados, merecen estudiar, merecen tener salud”, gritaron al frente de las oficinas en Caracas, durante una protesta el pasado 21 de octubre.
#21Oct 11:15 a.m. | "Un niño no tiene que ser enjaulado, tiene derecho a pensar, al estudio, a la salud". Familiares de niños detenidos se concentran al frente de la sede de Unicef en Caracas para clamar al organismo su intervención pic.twitter.com/nMXXBHcBvW
— Runrunes (@RunRunesWeb) October 21, 2024
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