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#EnPocasPalabras | Dudas e incertidumbres globales
Vladimir Putin invadió Ucrania y, para su sorpresa, generó una guerra indirecta con la OTAN y el mundo democrático Occidental

 

La invasión a Ucrania y el expansionismo ruso por un lado; y la propagación de la pandemia ómicron (SARS-CoV-2) en gran parte del vasto territorio chino, por el otro, están afectando la economía mundial, creando toda clase de dudas e incertidumbres a lo largo del planeta.

Vladimir Putin invadió Ucrania y, para su sorpresa, generó una guerra indirecta con la OTAN y el mundo democrático Occidental que ha dejado de confiar en una sana relación económica con Moscú.

En la China, mientras tanto, el gobierno de Beijín insistió que podía crear una solución a la pandemia y de paso dejó a sus habitantes desprotegidos iniciando, de hecho, una pugna en contra de uno de los virus más contagiosos de la Madre Naturaleza. Una pugna que perdió, por lo que ha impuesto cierres en Shanghái y en partes de otras 44 ciudades, afectando a unos 370 millones de personas.

Dos líderes, un desastre global

Los causantes de estos dos desastres han afectado seriamente las economías de los dos grandes países que lideran y del mundo. Debido a la alta eficiencia del ejercito ucraniano, Rusia ha sufrido graves pérdidas en cuanto a su arsenal militar, incluyendo su buque insignia y centenares de tanques y carros blindados.

Mientras tanto, el servicio de inteligencia inglés calcula que hasta la fecha los enfrentamientos han causado la muerte de por lo menos 20.000 soldados rusos.

En China la grave situación de la pandemia causa estragos en la producción industrial y en la economía en general, afectando gravemente sus exportaciones. Pero mientras se prevé que la crisis china tenga un tiempo limitado, el conflicto en Ucrania podría expandirse a un enfrentamiento total o un ataque final para conquistar a la acería de Mariúpol y la región del Donbás, decisión que muchos observadores piensan va a ser anunciada por Vladimir Putin el 9 de mayo, coincidiendo con el aniversario de la victoria rusa en contra de los alemanes en la Segunda Guerra Mundial.

En Europa y gran parte del mundo occidental la crisis económica deriva de la decisión de castigar a Rusia, interrumpiendo la compra de su gas y petróleo para no querer seguir dependiendo de un país que evidentemente no ha abandonado sus planes expansionistas. Y que hoy sigue soñando con la restructuración del imperio mejor conocido como Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas o URSS, que desde 1922 al 1940 se expandió hasta incluir los siguientes 15 países: Rusia, Bielorrusia, Ucrania, Moldavia, Kazajistán, Armenia, Georgia, Turkmenistán, Uzbekistán, Azerbaiyán, Kirguistán, Tayikistán, Lituania, Letonia y Estonia.

La cuestión energética

Las economías europeas dependen en gran parte de los hidrocarburos rusos, los cuales son indispensable para la generación eléctrica cuyo uso principal es la calefacción y el transporte que incluye una gran gama de productos alimenticios.

Los países de la Unión Europea (UE) que más dependen de los hidrocarburos rusos son Checoslovaquia 100 %, Hungría 95 %, Alemania 65 %, Italia el 43 %, Francia el 17 % y España el 10.5 %. Los Estados Unidos han dejado de depender de Arabia Saudita, de los países del Medio Oriente y de Venezuela.

Sin embargo, el precio mundial del petróleo ha subido de manera tal que el litro de gasolina en los Estados Unidos ha subido de $ 0.95 en septiembre del 2021 a $ 1,21 pero sigue menos caro que el litro a $ 1.51 en Europa. Y la inflación americana en el mes de marzo 2022 subió al 6.5 % lo más alto de los últimos cinco años.

El precio del carburante ha subido también en Australia, la India, Sur África, Japón, Corea del Sur, Canadá, Méjico Brasil y Argentina, países que sin ninguna duda culpan a Vladimir Putin.

Además de sufrir también un alza del precio del carburante, la economía China está parcialmente inoperante a causa de la pandemia que está paralizando su gigantesco aparato productivo. Varios economistas internacionales piensan incluso que causará una fuerte ralentización económica de por lo menos 2 años.

Pero mientras el presidente de China, Xi Jin Ping, defiende a brazos partidos la política estatal en su incierta lucha para contener la pandemia, ha cambiado su actitud hacia Moscú considerando que la decisión de invadir a Ucrania y enfrentarse a la OTAN está causando una innecesaria crisis económica mundial.

Esta actitud se refleja en la inquietud de un creciente número de países, los cuales consideran que no han tenido ni voz ni parte en el enfrentamiento entre Rusia y los países de la OTAN.

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