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Dirigentes estudiantiles reflexionan sobre una década de protestas

En la última década, Venezuela ha experimentado una vorágine de manifestaciones que ha dejado una profunda marca en la vida política, social y económica del país y con la intención de mantener viva la memoria histórica, la organización Gritemos con Brío lanzó su nueva campaña titulada «¿Dónde Estuvimos?». Una iniciativa que busca fomentar una revisión crítica de los últimos diez años trastocados por miles de protestas.

Desde 2014, diversas ciudades del país se han convertido en escenario de manifestaciones que reflejan el descontento de la población ante una serie de crisis que han afectado todos los aspectos de la vida cotidiana.

La juventud venezolana ha desempeñado un papel activo y protagónico en las manifestaciones, expresando su descontento y demandando cambios en la situación política y económica. Su participación en las calles ha sido fundamental para la movilización social y la defensa de sus derechos.

Claro mensaje de participación ciudadana

Rodolfo Paredes, coordinador de Todos por la Educación en el estado Trujillo, opina que las protestas además de ser una expresión de ese malestar social, son un claro mensaje de participación ciudadana, por la idea de vivir en democracia. A su juicio, estas protestas en algunas oportunidades han contado con un mal liderazgo.

“Hemos ido aprendiendo sobre lo que es la lucha no violenta en contextos autoritarios sobre la marcha. A pesar de que hemos tenido una gran participación de la ciudadanía en las protestas de los últimos años, aún no conseguimos reeditar escenarios como los de 2002. Se ha apostado mucho a la espontaneidad y la generación de grandes expectativas, dejando de lado la organización de los distintos sectores”, detalló Paredes.

En 2014, las protestas estudiantiles exigían mejoras en la calidad educativa y denunciaban la represión gubernamental. Dichos eventos estuvieron enmarcados en el plan “La Salida”, el cual nació el 23 de enero de 2014 y tenía como fin lograr una salida pacífica, democrática y constitucional al gobierno madurista. Ese año se registraron más de 9,000 manifestaciones, reflejando la magnitud del descontento.

Hernán Bethelmy, coordinador de la alianza Todos por la Educación en Bolívar, define esta última década de protestas con dos palabras: “resistencia y esperanza”, porque muchos de los que protestaron en 2014 se mantienen en actitud de manifestación y creen en la posibilidad de un cambio de sistema, más allá de todas las trabas.

Bethelmy insiste en que como joven es muy abrumador este panorama porque protestar es hacer frente a múltiples realidades que representan un riesgo como detenciones, persecuciones o represalias.

En Bolívar ve con preocupación la censura y la falta de espacios para difundir llamados a las protestas. “Son las redes sociales nuestra única vía para dar a conocer nuestras necesidades. En los demás espacios está la bota montada y aún así logramos una buena convocatoria”.

«Hay que repensar la forma de protestar»

Tras 10 años de lucha, Luisa Díaz, coordinadora de Todos por la Educación Zulia, ve un resultado cargado de caos. “En fechas como 2014, 2017 o 2019, la idea de un cambio de sistema no era tangible porque no había elecciones cerca, pero ahora que sí tenemos elecciones las manifestaciones se han desactivado”.

A su juicio hay una gran desconexión por parte de los políticos hacia los requerimientos de los jóvenes y ver el panorama con los ojos de otra generación la hace sentir que dichas protestas “no fueron una solución, lejos de mejorar estamos peor y se tendría que repensar la forma de manifestarse entender que esto de pararse en una esquina, levantar unos carteles y hacerse unas fotos no es efectivo”.

Para Díaz, la falta de estrategia, de alcance y de lo que se quiere lograr han sido los talones de Aquiles de las protestas venezolanas a lo largo de una década. Además, Díaz opina que las ONG no se están involucrando en las protestas como muchos esperan, mientras que buena parte de la población vive en estado de trauma cada vez que escucha, lee o percibe algo llamado “protesta”.

Adriana Adrián, representante de Todos por la Educación en Nueva Esparta, enfatiza que aunque las protestas han disminuido en cantidad de participación diariamente en todo el país, hay manifestaciones pequeñas en comunidades por problemas básicos. “Es otro ciclo, pero la red de solidaridad sigue siendo un determinante en estas protestas”.

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