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Lo que callan los venecos

Ilustración de Alexander Almarza, @almarzaale

@ReubenMoralesYa

Hay un secreto que guarda todo aquel veneco que haya emigrado a un país de Latinoamérica. Es el secreto para ganar cualquier discusión con algún nacional de esa nueva patria que le alberga. Supongamos que dicho veneco se mudó a Colombia. La discusión entre el colombiano y él sería así:

C: ¿Y por qué se vino, parce?

V: Porque la situación en Venezuela está muy dura.

C: ¿Pero sí es verdad todo lo que dicen las noticias?

V: ¡Hasta peor!… Lo que pasa es que en los medios no sale todo por el tema de la censura.

C: ¡Igualito que acá! Todos los medios están comprados.

V: Bueno, pero es que allá te pueden hasta meter preso o desaparecer por decir algo que incomode.

C: Uy, ¿y qué le cuento de acá, hermano?

V: Bueno, pero al menos acá tienen buen internet para revisar otras páginas de noticias.

C: ¿¿Buen internet?? Métase en un plan de 30 meguitas para que vea. ¡Eso es una tortuga!

V: Allá el internet promedio no llega ni a un mega.

C: ¿Qué habla? Sí acá hay niños que ni pueden acceder a la teleeducación porque no tienen internet.

V: Pero al menos siguen estudiando. Allá han tenido que dejar la escuela y emigrar.

C: Vea, ¿pero por qué salen tantos venezolanos todos los días?

V: Es que la vida allá está sumamente cara. El salario no alcanza ni para hacer mercado. Menos para pagar un alquiler.

C: ¡Como acá! ¡Gane usted un sueldo mínimo a ver cómo vive!

V: ¡Acá al menos comen! Allá tú dejas de ver a alguien unas semanas y después te lo encuentras con diez kilos menos.

C: ¿De qué habla? Váyase a las comunas más pobres para que vea lo que es bueno.

V: Pero acá al menos tienen salud. Allá los hospitales no tienen nada.

C: Pida usted una cita acá en el sistema de salud y espere a ver cuándo lo atienden. ¡Son meses para que le den una cita! Se muere usted ahí esperando.

V: Bueno, pero al menos no se enferman tanto. Allá no puedes ni tomar agua. O te llega sucia por la tubería o no te llega. La tienen racionada en todo el país.

C: ¡Ay, hermano!… Retrásese un día acá en el pago del agua para que vea. ¿Y qué le cuento de La Guajira colombiana? ¡Esa gente allá parecen camellos!
V: Pero al menos tienen electricidad. No como en Venezuela, que hay apagones en todo el país y a veces, en varios estados a la vez.

C: ¿Y usted cómo cree que era Colombia en los ’90? Vea que hasta por esos apagones salió uno de los programas de radio más famosos: “La Luciérnaga”.

V: Ah, sí, yo lo escuché el otro día en mi celular. ¡Ah, que ésa es otra! Al menos acá uno puede caminar con el celular por la calle.

C: ¿Y usted cree que está en Suiza, hermano? Camine por el centro de noche para que vea cómo lo chuzan.

V: ¿Aquí roban con cuchillo? ¡Qué delicia! Allá en Venezuela roban con pistola. ¡Y ruega que no te maten!

C: Ay, papito, infórmese sobre los carteles, la guerrilla y los paracos y después hablamos, ¿sí?

V: ¡Ah, es que ése es otro tema! ¡El narcotráfico! Venezuela ya se convirtió en un narcoestado que ahora vive más de la droga que del petróleo.

C: Ay, hermano, ¿pero si esta es la fábrica del mundo?

V: Bueno, sí… Pero al menos aquí se respira cierta estabilidad. Hay elecciones cada cuatro años y la gente elige a quien quiera.

C: ¿A quién quiera? ¿Y usted quién cree que monta a los presidentes acá? ¿El voto popular? No, papá, son las mismas familias que siempre se reparten el poder. Si usted supiera lo corruptos que son los políticos colombianos.

V: ¡Claro que lo sé! Precisamente queremos devolver a uno. Ya tenemos más de veinte años de chavismo.

C: Y aquí más de veinte de uribismo.

V: Bueno, hermano, pero hagamos algo: Si la cosa está tan mal aquí en Colombia, le regalo las llaves de mi casa en Venezuela. Apartamento amoblado con carro y todo.

C: ¡Uuuuy, no hermano!… Tampoco ofenda… ¿Sumercé se volvió loco? Aquí al menos hay trabajito y uno no pasa hambre. Deje así.

¿Ven?… He ahí el secreto que esconde todo veneco para ganar cualquier discusión en su nuevo país. Saber que en Latinoamérica la disputa la gana… quien lo haga peor.

Las opiniones emitidas por los articulistas son de su entera responsabilidad y no comprometen la línea editorial de RunRun.es

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