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10 años de los cuestionados comicios del #14Abr que llevaron a Maduro al poder

maduro comicios
Yakary Prado
Hace 1 año
El 14 de abril de 2013, según las cifras del CNE regido por Tibisay Lucena, Maduro se impuso a Capriles con poco más de 223.000 votos. Tensiones antecedieron y se desencadenaron luego del proceso comicial. Al menos ocho personas murieron en protestas por los resultados
Chávez «ungió» a Maduro como su sucesor en diciembre de 2012 tras una grave recaída del cáncer. En una decisión tildada de inconstitucional, Maduro -entonces vicepresidente- fue juramentado como «presidente encargado» pocas horas después del funeral de Chávez
Voto asistido, cierre de fronteras, votación obligada tras el cierre de centros, daños de máquinas y retiro a la fuerza de observadores y testigos marcaron la jornada electoral del #14Abr de 2013 en la que Maduro fue declarado ganador
«Señor Maduro, si usted antes era ilegítimo, hoy está más cargado de ilegitimidad», dijo Capriles tras conocer el resultado que anunció Tibisay Lucena el #14Abr de 2013. Días después, sentenció enfáticamente: «La verdad es que ustedes se robaron las elecciones»

 

Este 14 de abril de 2023 se cumple una década de la celebración de los comicios presidenciales anticipados que llevaron a Nicolás Maduro al poder en Venezuela.

En esa fecha tuvo lugar una de las jornadas electorales presidenciales más tensas en la historia del país. Seis meses antes, Hugo Chávez resultaba victorioso, pero su muerte en marzo de 2013 obligó a que se convocaran nuevas elecciones para escoger a quien ocuparía la silla que dejó vacante en Miraflores. 

El 9 diciembre de 2012, y probablemente consciente de lo que sería su sino, Chávez «ungió» a Maduro como su sucesor en una alocución nacional sabatina y nocturna, misma en la que anunciaba que había recaído del cáncer y que tendría que operarse nuevamente en Cuba.

En su discurso, ordenó al chavismo cómo actuar en el escenario que lucía más probable: unas elecciones presidenciales anticipadas, ante la imposibilidad de seguir gobernando el país por su condición de salud.

«Mi opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta y total es que, en ese escenario que obligaría a convocar como a elecciones presidenciales de nuevo, como manda la Constitución,  ustedes elijan a Nicolás Maduro como presidente de la República Bolivariana de Venezuela», ordenaba Chávez a sus militantes frente al compungido rostro de quien era entonces su vicepresidente. 

El anuncio luego de la incertidumbre

Cuatro días después del anuncio de la muerte de Hugo Chávez el 5 de marzo de 2013, el Consejo Nacional Electoral convocó a elecciones presidenciales para suplir su falta. 

La Constitución venezolana establece que, en caso de falta absoluta del primer magistrado, las elecciones deben convocarse en un plano no mayor a 30 días.

El CNE presidido por Tibisay Lucena, quien falleció en Caracas en abril pero de 2023, anunció la fecha y estableció nueve días de campaña electoral. 

En la alocución, Lucena refirió que había pedido un minuto de silencio al directorio en solidaridad con Chávez.

Juramentación espuria

Antes de las elecciones,  Maduro había jurado como presidente encargado, pocas horas después del funeral de Chávez. 

En el estrado de la AN lloró al afirmar que esa banda «realmente le pertenecía a Chávez» y anunció que gobernaría «con mano dura».

«Juro a nombre de la lealtad más absoluta al comandante Hugo Chávez que cumpliré y haremos cumplir esta Constitución Bolivariana con la mano dura de un pueblo dispuesto a ser libre», expresaba Maduro, quien recibió la banda presidencial de manos del entonces presidente de la AN, Diosdado Cabello. 

La bancada opositora no asistió a este acto tras denunciar que era inconstitucional. Henrique Capriles, líder opositor de la época, advirtió horas antes de la juramentación de Maduro que era «espuria». 

Capriles recalcaba que el artículo 233 de la Constitución establecía que Maduro debía asumir el mandato hasta nuevas elecciones, pero que no perdía su calidad de vicepresidente tras la muerte (falta absoluta) de Hugo Chávez, hasta que se eligiera un nuevo mandatario en los 30 días siguientes.

Insistía, en que la Carta Magna también establece que un vicepresidente en funciones no puede competir por la Presidencia.

Pero el Tribunal Supremo de Justicia ya había resuelto e interpretado a su modo  la Constitución y tendió el puente para la juramentación de Maduro, en una sentencia en la que hizo aparecer el cargo de «presidente encargado» que no figura  en el artículo 229 de la Carta Magna. 

«El TSJ no decide quién es o no el presidente, eso lo decide el pueblo. Es el colmo que un día como hoy ustedes despachen esa decisión», dijo Capriles.

Campaña intensa y confrontacional

Maduro se afincó en el recuerdo de Chávez para avanzar en la campaña. El comando oficialista ideó la consigna “Chávez, te lo juro, mi voto es por Maduro” para sintonizar con el duelo de los simpatizantes del fallecido presidente y comprometerlos con la continuidad del «proceso». 

“Ayúdenme a ser un buen comandante en jefe. Yo no soy Chávez, ustedes lo saben, pero soy su hijo”, clamó Maduro en un mitin de la época. 

Los descalificativos de Maduro contra Capriles no faltaron. En distintos actos públicos lo llamó «caprichito, burguesito, fariseo, perverso, Satanás». 

Incluso, el comando de campaña oficialista pidió que se le solicitara a Capriles una prueba toxicológica.

De la misma forma Capriles respondía a Maduro, tras llamarlo un «enchufado sin propuestas», cuyo único mérito según él era que Chávez le había alzado la mano. 

Jornada larga y desenlace polémico

La jornada fue tensa y larga. El candidato opositor y su comando de campaña hicieron constantes señalamientos y denuncias de voto asistido e intento de sufragar con mesas ya cerradas en distintos sitios del país. 

En horas de la madrugada del 15 de abril, Tibisay Lucena salía con voz temblorosa y rostro cansado a informar el resultado del primer boletín.

Con una transmisión de 99,12% y una participación de 78,71% de los electores, el CNE afirmaba que Maduro había obtenido 7.505. 338 votos ( 50,66%).  Ese primer boletín le atribuyó a Capriles 7.270.403 votos (49,07%).

 

Lucena reveló que había conversado con ambos candidatos en vista de lo ajustado de los cómputos, pero que la tendencia era «irreversible».

«Estos son los resultados irreversibles que el pueblo venezolano ha decidido (…) Venezuela ha hablado y habló fuerte. Les pedimos a todos y todas que vayan a sus hogares tranquilamente, pacíficamente y en la solidaridad que nos caracteriza como venezolanos», conminaba en la madrugada.

Minutos después del anuncio, Capriles exigía al CNE la revisión detallada del proceso «frente al país y frente al mundo».

«Si usted suma todas las incidencias, los votos en el exterior, y algunos centros de votación que incluyen 300.000 votos afectados, además de los vicios como cierres de frontera, utilizar grupos para amedrentar, todas las dificultades que se vieron, estamos hablando de un proceso distinto. Soy un demócrata, un luchador y siempre he respetado la voluntad del pueblo. El pueblo hoy se expresó y ese resultado no refleja la voluntad del país (…) Vamos a hacer todo para que la verdad se conozca. Señor Maduro, si usted antes era ilegítimo, hoy está más cargado de ilegitimidad», sentenciaba el candidato opositor. 

 

Bajo la sentencia «mayoría es mayoría y debe respetarse, en democracia no se pueden buscar emboscadas», Maduro fue proclamado en el CNE como presidente de Venezuela para el período 2013-2019.

 En el acto, la presidente del ente electoral, Tibisay Lucena, defendió el proceso de votación y exigió respeto a los funcionarios de esa institución que, según dice, han sido agredidos. Capriles le exigió entonces respetar a los venezolanos. 

Capriles exigió un recuento de votos que no se cumplió de manera completa. En posteriores y más detalladas denuncias, dijo que en el proceso hubo 535.000 máquinas dañadas, lo que habría afectado unos 189.982 votos.

Además, aseguró que en 1.176 centros Maduro sacó más votos que Hugo Chávez en 2012, casi un 1.000% más de papeletas: «¿Quién puede creer que Maduro haya sacado más votos que Chávez, si casi un millón de electores de Chávez votaron por Capriles?», criticó.

En esos mismos comicios se denunció el retiro por la fuerza de observadores electorales en 286 centros, lo que representaba que unos 722.983 sufragios se emitieron sin la debida vigilancia.

Además, se reportó que hubo voto asistido en 564 centros -algo prohibido en Venezuela- y que había más de 600.000 electores fallecidos en el registro electoral.

En total, las irregularidades detectadas habrían afectado a más de 1.479.774 de votos. El resultado oficial del CNE de esas elecciones fueron 7.587.579 votos a favor de Nicolás Maduro y 7.363.980 para Capriles Radonski, una diferencia de apenas 223.599 votos.

comicios Maduro

«La verdad del tamaño de nuestro país es que ustedes se robaron las elecciones, esa es la verdad, ustedes se robaron este proceso electoral y ustedes tienen que explicarle eso al país y al mundo», insistió Capriles en una rueda de prensa en abril de 2013.

En otras declaraciones también reveló que Maduro le habría dicho que tendría que consultar con el cubano Raúl Castro la posibilidad de un recuento de votos.

Protestas, muertes, salsa y cacerola

El resultado ajustado y las denuncias de irregularidades sobre la transparencia del proceso ocasionaron protestas en distintos estados de Venezuela. Al menos ocho personas murieron y 61 resultaron heridas en manifestaciones fuertemente reprimidas en Táchira, Miranda y Zulia.

En otras ciudades como Barquisimeto, Maracaibo, Mérida, Maracay, Maturín, Valencia, Coro, Punto Fijo y Puerto La Cruz también hubo reclamos por este resultado. 

Capriles convocaba a cacerolazos para descargar la «arrecher*» contra el resultado electoral.  Sus seguidores aún le cuestionan la decisión que tomó en vista de la creciente violencia contra manifestantes : la de desconvocar una manifestación a las adyacencias del CNE. 

«He tomado la decisión: mañana -17 de abril de 2013- no vamos a movilizarnos. Le  pido a todos mis seguidores recogerse. El que salga está en el lado de la violencia, está haciéndole el juego al gobierno. El gobierno quiere muertos, y como la persona que está al frente no tiene liderazgo quiere, a través de la violencia, escurrir el bulto, hacerse el loco cobardemente sobre esta situación de auditoría (…) Ser pacífico no significa ser débil», expresaba Capriles.

Un día antes de la proclamación de Maduro, Capriles también instó a sus seguidores a poner «salsa» como método de protesta.

 

TSJ consolidó a Maduro en el poder

La presidenta del TSJ de la época, Luisa Estella Morales, negó a la oposición un recuento manual de los votos de las controversiales presidenciales, bajo el supuesto argumento de que el sistema electoral era automatizado.

«El conteo manual no existe, se ha engañado a aquellas personas que han pensado que esto podía producirse. Debemos llamar a la seriedad y a la sindéresis. Cuando solicitamos un imposible, como el conteo manual, estamos llamando a que se comience una lucha de calle sin fin y, por eso, hay que establecer responsabilidades», advertía entonces. 

En agosto de 2013, el TSJ declaró inadmisible la impugnación de las elecciones presidenciales del 14 de abril de 2013

La Sala Constitucional, regida para la fecha por la actual presidenta del TSJ, Gladys Gutiérrez declaró inadmisibles al menos diez recursos en los que la oposición denunciaba  fraude. Estas decisiones consolidaron judicialmente a Maduro en el poder. 

En ese momento, Gutiérrez declaró que la Sala Constitucional  “era la máxima intérprete de la Constitución de acuerdo con lo establecido en la Carta Magna” y que por ello resolvieron, por decisión unánime,  asumir las causas relacionadas con las impugnaciones que cursaban en la Sala Electoral y presentadas por la oposición: «Ejercimos la facultad extraordinaria que atribuye el artículo 25, numeral 16 de la Ley Orgánica del TSJ». Ç

Y no conforme con rechazar las denuncias de Capriles,  la Sala Constitucional del TSJ le impuso una multa de cien unidades tributarias y hasta remitió copa del fallo al Ministerio Público, para que el ente resolviera si el político había incurrido en delito en sus expresiones contra el máximo órgano judicial del país. 

La respuesta de Capriles a la declaración de inadmisibilidad a las impugnaciones contra las presidenciales fue la siguiente: «Inadmisible es la falta de justicia en nuestro país, más de 50 venezolanos asesinados cada día, inadmisible es la corrupción del Gobierno».

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