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Opinión

#EnPocasPalabras | Democracia contra autocracia

Democracia contra autocracia, por Tony Bianchi
Muchos círculos intelectuales están preocupados por el declive de la democracia en todo el mundo desde el año 2006

 

La invasión rusa a Ucrania y el aumento de su beligerancia bajo el estricto mandato de su líder Vladimir Putin marca un cambio importante dentro de la política mundial porque refleja la disminución del número de los países o gobiernos democráticos en comparación al número de países de regímenes autoritarios.

La Freedom House, organización no gubernamental con sede en Washington que conduce investigaciones y promociona la democracia, libertad política y los derechos humanos, advierte que la población mundial democrática que en el 2005 sumaba 43 % bajó al 21 % en el año 2021 mientras que el número de regímenes autoritarios aumentó del 36 % en el 2005 al 40 % en el 2021.

Según la Freedom House el resto de los países practican una “democradura”, o sea solo son parcialmente libres.

Analizando el proceso de cambio ruso, la Freedom House considera que Moscú, cuya política en los últimos 20 años podía definirse “una autocracia con semblanzas democráticas”, ha vuelto otra vez a ser una dictadura totalitaria.

Diferente, pero siguiendo la misma tendencia, China está aumentando su control autocrático. Hace frente a unos movimientos liberales que solicitan cambios con la introducción de Estados de derecho definitivamente más democráticos que Beijín se rehúsa aceptar.

Muchos círculos intelectuales, tanto en Europa como en otros continentes, están preocupados porque luego de una rápida expansión de los regímenes democráticos durante la década de 1990, el mundo democrático ha experimentado un declive a partir del 2006 con la proliferación de gobiernos que se han asentado en la zona híbrida entre la democracia liberal y una autocracia estable.

Varios regímenes autoritarios se han mantenido estables durante las últimas décadas gracias a su poder geoestratégico. Y han tomado medidas para controlar la expansión global de la democracia.

Mientras tanto, las viejas democracias del mundo occidental enfrentan problemas importantes, como la disminución de participación de las nuevas generaciones y una creciente protesta en contra de lo que los jóvenes consideran políticas obsoletas.

Los académicos europeos consideran insuficiente la preparación democrática que “la vieja guardia” de los políticos está dispuesta a enseñar a las jóvenes; incluyendo logísticas tradicionales acompañadas por nuevas técnicas derivadas de metodologías avanzadas.

Estos políticos piensan que lo único que les interesa a los jóvenes está relacionado a lo último en diversiones electrónicas. Y que poco les importa la inestabilidad que hay que combatir antes, durante y después de elecciones políticas para asegurar el crecimiento económico, la salud y la educación de un país.

Mucho más simple y atractivo es encontrar fuentes de dinero fácil como el comercio de la droga y de las armas. Además de todo lo que se define como chanchullo, o acto ilícito sumamente beneficioso, que cuenta con la participación y apoyo de personas influyentes o de militares, todos unidos para asegurar grandes ganancias personales.

De allí arrancan los círculos viciosos que incluyen actos de violencia y todo tipo de abusos típicos de las dictaduras que afectan los pueblos que ellos controlan.

Si tomamos el ejemplo de la manera en que el gobierno chino ha enfrentado la gigantesca crisis de COVID-19 que ha causado el confinamiento de la sobrepoblada capital comercial de Shanghái, y no menos de otras 45 ciudades, no podemos evitar de achacarle un alto grado de ceguera e hipocresía.

Su presidente, Xi Jinping, no puede permitirse el lujo de admitir que esta crisis médica termine en un gran desastre que casi seguramente hubiera podido evitar si hubiera permitido que lo aconsejaran.

Vladimir Putin corre un riesgo similar. Además de tener la entera responsabilidad de los desastres ligados a la invasión y guerra con Ucrania por no escuchar consejos o simplemente porque nadie se atreve decirle la verdad sobre la situación militar, estratégica y económica del país.

El sistema democrático está lejos de la perfección y necesita grandes ajustes. Pero por lo menos es más abierto a las críticas y a los cambios dentro de un sistema no totalitario.

Prefiero un hegemon democrático

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Muchos círculos intelectuales están preocupados por el declive de la democracia en todo el mundo…

78% de los jóvenes venezolanos no está satisfecho con el funcionamiento de la democracia

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